A través de un juicio abreviado, que se realizó vía teleconferencia a causa del aislamiento decretado a partir de la pandemia de coronavirus, un médico con especialidad en rehabilitación fue condenado a cinco años de prisión de cumplimiento efectivo por producir y distribuir pornografía infantil.
La titular del Juzgado 13 en lo Penal, Contravencional y de Faltas, Lorena Tula del Moral, consideró al acusado “autor penalmente responsable de los delitos de producción de material pornográfico de un menor de 18 años” al menos en cuatro oportunidades, hechos que se le imputaron a partir del 15 de noviembre de 2016.
Según informó el sitio iJudicial, además se lo condenó por la facilitación de 45 imágenes con contenido de pornografía infantil y la tenencia de 391.878 archivos digitales con fines de distribución, “en los cuales se ven menores de edad exhibiendo sus genitales o realizando actividades sexuales explícitas”, y por la tenencia simple de arma de fuego de uso civil sin autorización.
Los técnicos sostuvieron que el médico desplegó “acciones tendientes a captar menores de edad en la vía pública (iglesias, comedores, plazas, paradas de transporte, etc.) mediante el ofrecimiento de dinero, hospedaje y/o alimentación” y con ello consiguió “imágenes y/o videos de sus genitales”.
Del Moral añadió que el imputado “se valió de niños (varones) en situación de vulnerabilidad agravada por sus condiciones de niños y por encontrarse en contexto de calle, donde los captaba y los trasladaba a su domicilio para tomarles las fotografías conforme al modus operandi aceptado por él mismo”.
Asimismo, se dispuso “el decomiso de los efectos secuestrados”, fueron destruidas “47 balas calibre 22; 49 balas calibre 32; 3 proyectiles calibre 38; un revolver calibre 32; una pistola; y una tarjeta de tenencia perteneciente a una pistola calibre 22”.
La Justicia dispuso también que sean donados a una institución de bien público el resto de los bienes secuestrados: 49 soportes ópticos grabables; dos teléfonos celulares; cuatro discos externos; una cámara digital; una tablet; una notebook; y una unidad de procesamiento central (CPU).
Todos los archivos fueron encontrados el 21 de marzo de 2019 durante un allanamiento en el domicilio del imputado, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por otra parte, el 25 de junio de 2019 también se encontraron, en un segundo allanamiento, 2.439 archivos para distribución en los que se ven menores edad exhibiendo sus genitales.
La jueza de Moral manifestó que “las actuaciones tuvieron su origen con la intervención de Interpol Berna de Suiza”, que “dio aviso a la División de Asuntos Internacionales de la Policía Federal Argentina (PFA)”.
“Dentro de una operación encubierta, el Servicio Nacional de Coordinación para Combatir la Delincuencia en Internet de Suiza utilizó el usuario donde tomó contacto y, al establecer el vínculo, descubrió que compartía archivos de pornografía infantil”, narró la magistrada.
A su vez, indicó que “a través de la oficina de la Interpol Ottawa enviaron a la División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adolescencia de la PFA los archivos que daban cuenta de las imágenes”.
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