Este lunes por la tarde, Concepción Larrosa Acosta, oriunda de Uruguay, fue detenida en la avenida Castañares al 6500, zona de Villa Lugano. Efectivos de la Brigada Zona Sur 7 de la Policía de la Ciudad la encontraron en medio de un pasamanos con un hombre de 46 años, que fue detenido también. Le encontraron varias bolsas de cocaína además de 2 mil pesos.
Así, con una nueva causa, Concepción fue trasladada a la alcaidía de los tribunales de Comodoro Py. Con 60 años de edad, su prontuario es largo: al menos 20 arrestos por drogas desde 1997 y una estadía en una cárcel federal, el perfil de una histórica dealer de barrio.
Concepción no debía estar en la calle, más allá de la cuarentena, sino que debía estar en su casa bajo arresto domiciliario. El 16 de abril pasado, el Tribunal Oral Federal N° 6, que debía juzgarla por venta de drogas, hizo lugar al pedido de su defensa de otorgarle la medida. La Cámara de Casación homologó la decisión y prorrogó su prisión preventiva seis meses más.
Fue un cambio. En julio de 2019, su defensa argumentó una larga cantidad de diagnósticos que Concepción sufría: hipertensión arterial, gastritis, anemia. La fiscal de juicio Gabriela Baigún, que a comienzos de la década pasada logró llevar a la Justicia a Hugo Conzi, se negó a su salida, lo mismo el Tribunal. El Cuerpo Médico Forense no habló de ninguna patología aguda en sus informes presentados. La Cámara de Casación había rechazado también ese pedido original.
En ese entonces, Migraciones había cancelado su residencia permanente, pidió su expulsión del país, una decisión que fue peleada en el fuero contencioso administrativo federal. Ya había sido declarada reincidente: sus registros muestran dos condenas por tenencia para comercialización de estupefacientes en los tribunales orales federales números 4 y 5, ocho años de cárcel en total. Sin embargo, Concepción permaneció en Villa Lugano.
Doce años atrás, policías de la Federal allanaron su viejo departamento en el Barrio General Savio cerca del Parque Roca, en otra causa narco en la que no fue protagonista, sino cómplice de su vieja socia, Rosa, una mujer tucumana que hoy tiene casi 80 años. Rosa terminó condenada, cuatro años de cárcel dictados en 2014 por el Tribunal Oral Federal N° 6. No la delató una fuente de la brigada de la zona: los fumadores de marihuana que salían con sus baguyos de su departamento lo hacían todo demasiado evidente.
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