El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, se refirió este martes al crimen de Alex Juan Campo, el adolescente que murió el domingo pasado tras ingresar a un campo privado de la ciudad bonaerense de Cañuelas y ser atropellado por el propietario del lugar, el estanciero Rodolfo Sánchez, quien se encuentra detenido acusado de homicidio calificado por alevosía.
En sus redes sociales, el funcionario sostuvo que se trató de un hecho “cargado de odio” y pidió por una condena que “sirva para reflexionar y seguir luchando” en pos de lograr “una Argentina igualitaria”. Adjunto al mensaje, compartió una foto del menor que era militante del Movimiento Territorial de Liberación (MTL) y que perdió la vida en el instante en que fue embestido.
“Alex tenía 16 años, era de Cañuelas y había salido a cazar con una gomera. Rodolfo Sánchez, dueño del campo, lo persiguió, lo atropelló y lo mató. Que el peso de la condena por este crimen cargado de odio, sirva para reflexionar y seguir luchando por una Argentina igualitaria”, escribió el dirigente en su cuenta de Twitter.
El adolescente fue atropellado el domingo a la mañana, en un campo ubicado en el kilómetro 72,500 de la Ruta 205, a la altura del barrio Guzzetti de Cañuelas, una zona rural. Campo vivía cerca del lugar y había ido a hasta allí a cazar liebres junto a sus dos hermanos mayores. Era algo que solían hacer frecuentemente. Tenían el hábito de entrar a las estancias cercanas para buscar liebres para comer con sus galgos y gomeras, sin armas de fuego.
Fue el propio Sánchez quien llamó a la Policía tras atropellar al menor. Según los testimonios de los hermanos de la víctima, el conductor se negó a llevar a Campo a un centro médico y les dijo a ellos: “Levántenlo y llévenselo”.
Según los resultados de la autopsia, Campo murió a raíz de los politraumatismos sufridos, principalmente en el cráneo, tras ser embestido por la camioneta Dodge Ram 4x4 del acusado, que será peritada durante los próximos días para establecer a qué velocidad se desplazaba al momento del impacto.
Los testigos presenciales coincidieron en la mecánica del hecho, mientras que los familiares refirieron que el acusado manifestó antes de ser retirado por la Policía que el chico “bien muerto está, porque estaba robando”. Ante este comentario, algunos de los seres queridos del menor quisieron agredir a Sánchez, por lo que los efectivos intercedieron y se lo llevaron del lugar.
La investigación está a cardo de la fiscal Norma Pippo, de la UFI N° 2 de la jurisdicción. Este martes, Sánchez fue indagado, acusó de robo al menor y aseguró que no tuvo intenciones de embestirlo, porque se le “cruzó de forma imprevista”.
Dijo que salía del campo de su padre, cercano al suyo, cuando vio a los jóvenes en su propiedad, robándose terneros. Según su relato, les tocó bocina y uno de los jóvenes descartó el animal que supuestamente llevaba en brazos, mientras huía a un campo lindero. Precisó que iba a una velocidad de 10, 20 kilómetros por hora, ya que las vacas le bloqueaban el paso.
Luego, dijo que su víctima apareció de la nada, que intentó frenar de golpe pero no pudo, por el pasto mojado y el neumático gastado. También afirmó que llamó al 911 y que pidió expresamente una ambulancia. En otro pasaje contó que nunca descendió de su camioneta y que temió por su vida cuando familiares de su víctima llegaban, según él, para amedrentarlo.
La versión que Sánchez aportó ante la fiscal se contradice con la declaración que realizaron los amigos de la víctima que también se hallaban en el momento del hecho.
La fiscal Pippo ordenó que el acusado permanezca detenido, alojado en la Comando de Prevención Rural (CPR) de Cañuelas mientras avanza la investigación.
El delito de “homicidio calificado por alevosía” prevé la pena de prisión perpetua.
SEGUÍ LEYENDO: