El femicida Ricardo Barreda murió a las 14 horas de este lunes según confirmaron fuentes policiales. El odontólogo platense había sido condenado a prisión perpetua por asesinar el 15 de noviembre de 1992 en su casa a su mujer, sus dos hijas y su suegra, en uno de los crímenes más célebres de la historia argentina. Tenía 83 años de edad. Tras matar a sus víctimas, arrojó el arma asesina, una escopeta, a un arroyo y se fue a un hotel con su amante. Luego, denunció el crimen. Ante la pregunta de un subcomisario, lo confesó. Fue sentenciado a prisión perpetua en 1995, para pasar 18 años en el penal de Gorina.
Barreda falleció en el geriátrico Del Rosario de José C. Paz por “causas naturales", según confirmaron fuentes policiales a Infobae. La información fue provista por el director del lugar a la Policía Bonaerense. Tenía 83 años y estaba bajo libertad condicional. Otra fuente dentro del geriátrico también confirmó el fallecimiento. El condenado por el cuádruple crimen cobraba una jubilación del ANSES desde 2018, según sus registros previsionales.
Una fuente cercana al asilo asegura: “Tenía un mal estado general. Sufrió un paro cardiorespiratorio. Estaba parcialmente lúcido en los últimos tiempos. No tenía problemas con las personas del lugar. Se lo veía tranquilo”.
Barreda pasó sus últimos años en la pobreza. Sin hogar, tras vivir un año entre los pasillos del Hospital General Villegas de Pacheco -donde se decía que simulaba ser otra persona, que amenazaba a médicos y enfermeros- vivió en una pensión de San Martín donde el dueño lo intimó a echarlo: Barreda hablaba solo, a veces gritaba. En la peatonal de San Martín la gente lo seguía para pedirle fotos. Se lo veía comiendo en una fonda de la zona. Decía en ese entonces que le era difícil recordar a sus hijas.
Luego, fue internado por un breve período en el hospital Eva Perón del municipio. Desgastado, Barreda usaba pañales en el centro médico, tenía lagunas en su discurso, algo que varios médicos tomaron por posibles síntomas de Alzheimer, aunque nunca fue diagnosticado.
“A veces dice que es dentista y que volverá a La Plata, donde lo espera una novia. El dueño de la pensión dejó sus pertenencias en la sede que el PAMI tiene en San Martín y esperan recuperar el DNI que Barreda dice haber perdido para iniciar los trámites para ser internado en un asilo", decía un médico que lo trataba en aquel entonces.
Un reconocido músico de rock vecino de San Martín que se había hecho su amigo lo ayudaba en aquel entonces: “Ibamos a comer juntos a una fonda los mediodías, lo visitaba en la pensión. Lo ayudé con los trámites del PAMI, era todos los días con él, hasta que se internó en el hospital”, relata a Infobae: “Después se fue al hospital. Lo veía perdido en el Eva Perón, estaba mal. Me conocía nada más que a mí, preguntaba por mí. Le compré un alfajor, que tenía ganas de comer, una galletitas. Con la cuarentena lo perdí de vista. El viejo, la que hizo, la pagó".
Barreda fue trasladad al geriátrico el 10 de marzo por su cobertura médica, tras ser derivado del Eva Perón. “Estaba en un estado crítico. En un momento no podía levantarse más. Se quejaba de las escaras en la espalda”, recuerda su amigo. “No puedo más”, le confesó el femicida.
Un conocido se comunicó con el geriátrico Del Rosario tras su muerte: fue la única persona en contactarse, ya que no tiene familiares cercanos. Sus restos fueron trasladados a una cochería de la zona, donde no será velado debido al aislamiento impuesto por el coronavirus. El cuerpo será llevado en una ambulancia a un cementerio del municipio.
Con información de Federico Fahsbender y Rodolfo Palacios.
Seguí leyendo: