“Vas a volar por el balcón, hija de puta”.
El audio llegó al WhatsApp de Estefanía, una modelo que había participado en distintos programas de televisión, a mediados del año pasado. El que lo enviaba era su ex novio, el fisicoculturista de 46 años Gastón Rodríguez Gil. Unos meses antes de ese mensaje, el hombre había golpeado brutalmente a su pareja en el living de la casa que compartían en San Isidro. Cuando las imágenes se viralizaron, la Justicia lo detuvo.
Ocho meses después, a Rodríguez Gil lo beneficiaron primero con prisión domiciliaria.
Ahora, en medio de la cuarentena y la feria extraordinaria, lo liberaron.
La causa comenzó en septiembre del año pasado cuando, ya separados, Gil fue al departamento de Estefanía en Palermo para “charlar y pedirle disculpas” y terminó golpeándola nuevamente. A eso se sumó la difusión del video de la cámara de seguridad y los audios de WhatsApp que publicó Infobae donde los insultos y las amenazas son más que claras, con una barbarie machista absoluta.
Gil fue procesado por la jueza María Araceli Martínez y quedó preso en la cárcel de Ezeiza. Con el transcurso de los meses su defensa llegó a pedir hasta 8 veces la libertad, pero en todos los casos fue rechazada. Si bien se había solicitado que fuera acusado por coacción agravada, que tiene una pena en expectativa de 2 a 6 años, solo fue imputado por lesiones leves que tiene una pena mucho menor y es excarcelable. Sin embargo, la jueza consideró que por la existencia de causas previas y el peligro de fuga debía permanecer en prisión. Hasta ahora.
Hace un mes, y en medio de la cuarentena obligatoria, Gil fue beneficiado con la prisión domiciliaria y ayer directamente con la liberación. Al mismo tiempo, su víctima realiza un tratamiento psiquiátrico a raíz de, según fuentes cercnaas a la modelo, el maltrato sufrido durante tanto tiempo.
En la audiencia realizada ayer, la defensa pidió nuevamente la liberación aduciendo que no había peligros procesales y que los 8 meses de preventiva eran excesivos teniendo en cuenta que el mínimo de la pena en expectativa es de 6 meses: “A esta altura la detención deviene desproporcionada porque la pena mínima es de 6 meses y lleva 8 meses detenido, por lo que se podría dar lugar a que la prisión preventiva sea mas gravosa que el resultado del proceso. ¿Cómo se le explicaría a Gil si lo condenan a 6 meses que cumplió dos meses mas?”, expuso su abogado Francisco Oneto, que defendió a Jonathan Fabbro, condenado a 14 años por abusar de su ahijada.
Sin embargo, la fiscal Gabriela Morelli se negó al beneficio con distintos argumentos. El primero desestimando el tema planteado por la defensa: “Este mismo planteo que realiza de la pena de 6 meses resulta infundado. No es ninguna de las causales de excarcelación que se encuentran previstas en el artículo 187 del Código Procesal Penal. Tampoco sería el caso aplicable en el supuesto de Gil porque ya tiene un antecedente condenatorio”.
Para la fiscal, Gil debía permanecer detenido porque puede complicar la causa: “La prueba central en este caso es la testimonial" de la víctima "pero hay otros testigos también... No puede descartarse el acceso a armas de Gil porque es legítimo usuario conforme lo informó el ANMAC y no se secuestró la misma”.
Por su parte, la querella que lleva adelante el abogado Alejandro Morreale se mantuvo cerca de los argumentos de la fiscal y sumó los problemas psicológicos que sufre en la actualidad Estefanía: “La defensa podrá decir que no hay concreta prueba de que se esté ante unas lesiones graves, pero los hechos de la internación de Estefanía implican un estado de vulneración psicológica y psiquiátrica que tiene relación con todas las conductas causadas por el imputado en el ánimo”.
En el comienzo de la audiencia, la jueza quiso hacer lugar a que Estefanía puediera realizar un descargo cumpliendo con la ley de víctimas. Su abogado contó que no había podido asistir por encontrarse internada. También incluyeron ese punto en los argumentos para oponerse a la libertad de Gil.
Oneto, abogado de Gil, insistió en que su defendido no podía entorpecer la causa: “El señor Gil no estableció ningún tipo de contacto con la denunciante. Terminó la instrucción. No hay investigación que entorpecer”.
Cuando ya estaba terminando el mediodía, la jueza dio por finalizada la audiencia luego de escuchar a las partes y los volvió a citar para las 18. Allí la magistrada expuso sus argumentos para conceder la liberación definitiva para Gil. Antes recordó que el acusado permaneció estos meses detenido porque tenía un antecedente concreto: el 15 de febrero de 2016 Gil había sido condenado a un año de prisión en suspenso por el Juzgado en lo Correccional 4 de San Isidro.
Además explicó que el 28 de febrero pasado había decidido darle la domiciliaria porque ya no quedaban pruebas para sumar a la instrucción y también por la “emergencia penitenciaria que atravesamos y la buena contención familiar del señor Gil”. Con respecto a la decisión de dejarlo en libertad, la jueza hace también referencia a la pandemia de coronavirus.
La jueza Martínez, finalmente, ordenó liberar a Gil quitándole la tobillera electrónica que llevaba dentro de su domicilio, aplicarle una orden de restricción para que no se acerque a Estefanía y le recordó a la víctima que tiene la posibilidad de solicitar un botón antipánico. Todo esto a la espera de un juicio oral que, por el momento y como señaló la jueza, no tiene fecha estipulada.
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