“Nadie te besó así, ¿no?”: cuatro años después, procesaron a un ex diputado acusado de abusar de una empleada en su despacho

Es el tucumano José Orellana, actual intendente de Famaillá. La decisión fue tomada por la Sala IV de la Cámara de Apelaciones luego de una denuncia que comenzó en 2016. Anteriormente había sido beneficiado con la falta de mérito

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Orellana en su banca del
Orellana en su banca del Congreso, años atrás. (Foto: NA/Marcelo Capece)

La Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones con los jueces Ignacio Rodríguez Varela y Alberto Seijas dio vuelta una historia de cuatro años: con un fallo firmado el martes último, los magistrados decidieron revocar las decisiones existentes y decretar el procesamiento contra José Orellana, el ex diputado por Tucumán del Frente para la Victoria y actual intendente de Famaillá en su provincia. El delito del que se lo acusa: abusar de una empleada en el Congreso, con tocamientos y mensajes humillantes, una joven platense que en ese entonces tenía 21 años.

Los hechos en cuestión habría ocurrido el 11 de noviembre de 2016 en el anexo H, donde la víctima trabajaba junto a la entonces diputada Gabriela Troiano. Orellana invitó a la denunciante a ingresar a su oficina, tras lo cual le dijo ‘vos necesitás alguien que te quiera’, ‘me encantás desde que te ví’, según el fallo de la Sala IV al que accedió Infobae. "En ese momento Orellana se puso de pie, le dijo ‘vení’ y comenzó a abrazarla y -refirió la denunciante- a ‘darle besos en el interior de su oreja izquierda’, mientras le manifestaba ‘seguramente nadie te besó así, no?’”.

Al salir, la empleada rompió en llanto. Con el apoyo de Troiano, llevó el caso a la Justicia, con querellantes como María Elena Barbagelata, actualmente en el expediente, o Carlos Cruz, y el apoyo de la UFEM, el ala de la Procuración dedicada a delitos de violencia de género, con el expediente que recayó en el Juzgado N°6 de Alejandra Provítola.

El procesamiento firmado este martes
El procesamiento firmado este martes por la Sala VII.

Mientras tanto, el escándalo se volvía público: Orellana se defendía negando el supuesto abuso sexual y denunciaba una operación política en su contra. La diputada Troiano presentó un proyecto para suspenderlo, una iniciativa que no fue tratada en el recinto. Orellana terminó por mudar su despacho a otro anexo sobre la calle Riobamba, meses después, mientras su víctima hacía esfuerzos constantes para evitarlo en medio de un nerviosismo extremo. La jueza dictó la falta de mérito tras indagarlo, algo ratificado por la Sala VII integrada por otros jueces, algo que la UFEM apeló.

El fallo regresó a la Cámara. La causa se centraba, en gran parte, en el relato de un secretario de Orellana mismo, a pesar de que se advertían contradicciones. Luego, se incorporaban nuevas pruebas, estudios planimétricos, el testimonio de una arquitecta que trabajaba en el Congreso, que aumentaron el cuadro contra el actual intendente de Famaillá.

“Cabe referir que episodios como el investigado exigen, sin dar lugar a estándares especiales de prueba contrarios al principio de igualdad, una particular atención a la amplitud probatoria propia del régimen de la sana crítica. La naturaleza de las cosas reclama una valoración realista puesto que suelen ocurrir en ámbitos de intimidad y en ausencia de testigos, por lo que el relato de la víctima adquiere una especial trascendencia probatoria y debe ser valorado con esmero, en lo posible recabando el auxilio de especialistas, como ha sido hecho en este proceso”, marcó la Sala VII.

Así, la jueza Provitola recibió de vuelta el expediente y decidió elevar a juicio a Orellana, algo que ocurrirá luego de que le dé vista a las partes.

Es un caso inédito: por primera vez, un político de alto rango podrá ser enviado para responder ante un tribunal por abuso sexual en la historia reciente.

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