Un nuevo capítulo se suma a la disputa judicial entre el futbolista de Boca Juniors Sebastián Villa y Daniela Cortés, que fue su novia. Todo comenzó a fines de abril, cuando la joven colombiana publicó en su cuenta de Instagram un mensaje y una serie de fotos con los presuntos golpes, agresiones y amenazas que, según ella, le propinó Villa el lunes 27 de marzo de este año, lo que ratificó luego ante la justicia.
El 16 de mayo, vía zoom y desde su hogar colombiano, declaró Erika Osorio Rojo, administradora de negocios internacionales, nacida el 25 de julio de 1994 en Medellín, que según dijo es la mejor amiga de Daniela Cortés, a quien conoce “desde los 14 años, desde que estábamos en primaria, bachillerato...”. Lo hizo ante la fiscal de Lomas de Zamora Verónica Laura Pérez, y por videoconferencia asistieron el abogado de Cortés, Fernando Burlando, y el de Villa, Martín Apolo.
En su relato, Osorio Rojo señala que desde “hace dos años (Daniela) viene contándome sucesos de maltrato, siempre después de cada suceso me contaba... siempre en los chats me contaba de que ya estaba cansada de que pasara lo mismo, me mandaba incluso las fotografías de las golpizas, igual video llamada en el momento que pasaba el suceso, porque era la única persona a la que recurría con confianza”. En su contundente declaración también indica que en las comunicaciones de Daniela tenía “a veces sangre de las golpizas”.
Según sus dichos, Cortés y Villa llevan tres años en pareja, y los problemas comenzaron hace dos, cuando vinieron a vivir a la Argentina. “Daniela me llamaba muy mal después de cada golpiza, ella se escondía en el baño a contarme que la había golpeado, me mandaba esas fotografías impactantes, con sangre, pidiéndome un consejo que yo no sabía cómo darselo, me sentía impotente, simplemente le decía que lo dejara que no iba a cambiar”, continuó.
Luego, la testigo aclara que no conservó las fotografías “porque no quería tener esas cosas tan fuertes en el celular”. Aunque recuerda que la última fue el 27 de abril. Según Osorio Rojo, los hechos sucedían “cada veinte días o un mes, o los días que él podía estar con ella cuando no estaba concentrado con el equipo. Ella podía llamarme una semana, decirme que estaba bien muy felices y a los dos o tres días llamarme diciendome que le había pegado, que estaba con su manera bipolar, no pasaban más de quince días sin poder estar bien".
Las lesiones, declaró, eran producto de “golpes, puños, patadas, empujones fuertes, jalones de pelos”. Según ella, en las fotos la veía con “sangre en su rostro, en su nariz ,en la frente, en los labios, una vez en el brazo, ella tiene cicatriz en el brazo de una de las golpizas”. Y añadió que “en cuarentena ya la estaba pasando muy mal con él, día por medio me llamaba hablando de su agresividad”.
Más adelante en su declaración se detiene en cómo era la relación: “ellos tenían picos de euforia, de mucho amor y picos muy malos de agresividad, celos compulsivos, celos enfermizos diría yo entonces era un sube y baja de emociones”. Y aclara que los celos eran del futbolista hacia su novia.
Erika sostiene que el maltrato no sólo era físico, “sino también verbal y psicológico en el que él la humillaba, le bajó su autoestima como mujer, le decía que era muy fea, que le faltaba cola, echándola del apartamento”. Y añade que su amiga se había deprimido por tales manifestaciones: “que como mujer siempre le faltaba algo, que siempre le criticaba algo, que estaba gorda, que le faltaba cola, que los senos, su autoestima se la mantenía por el suelo”. Incluso habla que la depresión la habría llevado a la intención de “quitarse la vida en uno de los episodios”.
También contó sobre el embarazo que Cortés dijo haber perdido: “hace aproximadamente un año ella me lo contó, se hizo varias pruebas que resultaron positivas, y luego de uno de los episodios de golpizas tuvo un sangrado y no quiso ir al médico porque sintió mucho dolor y aparte de eso tenía el sangrado”. La ex de Villa, según su amiga, tiene una hija de seis años que vive en Colombia junto a los abuelos. En su testimonio explicó que la menor no vivía en la Argentina con ella porque “quería tener la estabilidad del hogar como tal para poder llevarse a la niña a vivir con ellos”.
En una entrevista con Crónica TV, Daniela Cortés contó cómo fue que perdió ese embarazo: “En mayo del año pasado sucedió. Tuvimos una discusión. En ese momento comenzó a golpearme, me maltrató. Unos días antes me había hecho varias pruebas de orina casera y todas me habían dado positivas. Después de los golpes comenzó un sangrado intenso que me dio mucho temor y no quise ir a un hospital por miedo a la noticia”.
Entre lágrimas, siguió con el relato: “Al otro día no aguantaba más el dolor y me desperté con un cólico. Fui a la guardia inmediatamente. Allí, los médicos me realizaron una ecografía y me dijeron que ya no había feto. Que había perdido el embarazo por los golpes que me había dado”.
El mismo 16 de mayo, ante la misma fiscal y abogados y también vía zoom declaró Edith Valencia Tasayaco, peruana, quien fue empleada doméstica de la pareja cuando vivían en Puerto Madero, antes de su mudanza al country Saint Thomas de Canning, donde sucedió el último hecho de violencia que denunció Cortés.
En su relato, la mujer indica que “una vez que llegué ella me recibió y me dijo que le dolía la cabeza, porque se había caído en el baño, y yo le pregunté cómo había sido y me dijo que se había resbalado”. La empleada cuenta que le inquirió si iría al médico y Cortés le respondió que “ya se le iba a pasar”. También refirió que “la veía mal”. “Estaba opacada, triste sola, que tenía discusiones con su pareja pero ahí nomás, ya el último intercambio que tuvieron, la última riña regresó a Colombia, no sé qué problema había habido”.
Luego, preguntada por la fiscal, volvió al episodio de la caída: “Le vi como un chichón y un moretón al costado de la cara, por la sien habrá sido, y le dije que fuera al médico y ella me dijo que se le iba a pasar que ya tomó pastillas”. A continuación contó que, finalmente, Cortés le dijo que esos golpes habían sido “porque él le había puesto la mano...”: “Ese día que se cayó en el baño me dijo que se había resbalado, después me dijo que ese día que se cayó fue porque Sebastián le puso la mano”.
Cuando Cortés declaró el 30 de abril ante la fiscal Pérez, describió a Villa como una persona “muy cambiante... unos días muy celoso, otros días pendientes del celular...otros más tranquilos... yo le sugería que haga terapia o de pareja pero él pensaba que eso era para alguien que estaba loco...”. La misma declaración continúa: “Resalta que durante ese tiempo de la relación se incrementaron los ‘celos’, ‘humillaciones’, ‘desconfianza’, ‘cualquier discusión terminaba en golpes’, intensificándose dichos hechos más en Argentina. Cabe mencionar que ante estos episodios de violencia Daniela buscaba la manera de volverse a su país. Estando allá con su familia de origen, él la buscaba, le mandaba mensajes, la llamaba, le hablaba a su familia y amistades, y a ella diciéndole ‘perdón, que le de otra oportunidad’, me decía que ‘él estaba solo en Argentina... te necesito a mi lado, estoy pasándola mal’.
Y Cortés, señala el escrito, dice algo inquietante: "lo que la decide realizar la denuncia es su miedo por la vida de su familia y de su hija, creyéndolo capaz de concretar amenazas de muerte, ‘hablo con sicarios..., yo sé como se manejan esas cosa en Medellin’”.
En el mencionado documento, la fiscal dice que el testimonio “arroja una valoración de riesgo de violencia grave de NIVEL ALTO (con valoración de 11 puntos)”.
En otra declaración, esta vez ante la Coordinadora de Género del Ministerio de Seguridad Sonia Sampelungue, Cortés fue específica con respecto a la agresión que desató su posteo en lnstagram y posterior denuncia: detalló que se encontraba en su hogar junto al delantero de 23 años, hasta que comenzaron a discutir y el futbolista la echo de la propiedad, ubicada en el Country Saint Thomas Sur, de la localidad de Canning. “Si ella no se retira de la casa o me entero que publica algo en las redes les voy a hacer daño a ustedes y a ella”, fue la amenaza del colombiano a la madre de Daniela, quien se encuentra en Colombia y declaró que recibió el llamado del futbolista.
“Luego, Sebastián se acercó a la dicente y le propinó un golpe de puño en la cara, a la altura de la frente, del lado izquierdo. Además, la tomó fuertemente de sus cabellos y la zamarreó fuertemente agarrándola de ambos brazos”, indica la denuncia efectuada en la Comisaría de la Mujer de Esteban Echeverría.
Por su parte, Villa -que tiene dos años más de contrato con Boca- contraatacó ratificando una denuncia por robo y extorsión contra su ex pareja ante la Fiscalía Departamental de Lomas de Zamora. El jugador de Boca, sobre quien pesa una restricción perimetral (debió abandonar la casa que compartían en el country Saint Thomas y se mudó junto a su compatriota Juanfer Quintero) y la prohibición de abandonar el país por 30 días, describió ante la fiscal Verónica Laura Pérez que la relación comenzó por Instagram en 2018, cuando jugaba en Deportes Tolima de Colombia.
En esa declaración Villa la acusó de haberle sustraído dinero. “Eran 400.000 pesos argentinos que equivalían en ese momento a 7.000 dólares. Yo le digo que me lo devuelva, ella me dice que no lo tiene, y cuando ella llega a Medellín efectivamente me dice que se lo había llevado. Eso fue a finales de junio. Me lo dijo en el chat de Whatsapp, me dijo que se lo llevó porque tenía rabia”, denunció, aunque aseguró que borró las conversaciones. También señaló que “en Medellín había hecho compras y gastado alrededor de 4.000 dólares, en compras para su niña, gastos hechos en Colombia, sin mi permiso”. Y dio los nombres sus representantes y amigos, a quienes apunta como “testigos” de sus dichos: Martín Makazaka, Félix Benìtez y Gabriel Fortes, y Rodrigo Riep.
Villa detalló que se dio una nueva reconciliación y que llevó a vivir con él al country Saint Thomas: “El primer mes, excelente, ya después empezaron los celos más fuertes, y ya las agresiones verbales y empezó a extorsionarme diciéndome que le diera una suma de cincuenta mil dólares aquí y cien mil dólares en Colombia. Me decía que yo a ella no la podía dejar, porque si no iba a acabar con mi carrera, que iba a hacer lo que fuera para dañar mi imagen, para hacerme quedar como una basura, que se iba a autolesionar”.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas.
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