Crimen del río Luján: el escribano se negó a declarar y la fiscal pidió su detención formal

Ricardo Baladía fue arrestado el lunes pasado cuando intentaba deshacerse de un cuerpo descuartizado arrojándolo al agua

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Baladía tras su detención
Baladía tras su detención

Ricardo Baladía, el escribano que fue sorprendido y arrestado por la Policía la noche del lunes pasado cuando intentaba deshacerse de restos de un cadáver desmembrado en el río Luján, tuvo hoy su audiencia indagatoria, en calidad de acusado del delito de homicidio simple.

Con la asistencia de un letrado particular, Baladía se presentó este viernes ante la fiscal Mariana Suárez, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 10, y se negó a declarar. De esta manera, la fiscal del caso le solicitó al Juzgado de Garantías N° 1 la conversión de la aprehensión en detención.

La situación de Baladía es complicada. El hombre, de 56 años, fue descubierto en el momento en que descartaba un cuerpo mutilado arrojándolo al agua, a la altura del cruce de Mitre y Padre Salvaire, a 50 metros de la basílica de Luján, una zona de parrillas y lugares familiares de esparcimiento.

En el lugar, había manchas de sangre esparcidas en el suelo, partes de masa encefálica y una valija con los restos descuartizados de un ser humano. Los efectivos policiales hallaron el torso del cadáver con la cabeza destruida flotando en el agua.

El BMW de Baladía a
El BMW de Baladía a la vera del camino

El detenido llegó hasta allí con su BMW modelo 98. Dentro el vehículo se encontró un DNI que sirvió para identificar a la víctima, Miguel Alejandro Pereyra, un jardinero de 42 años cuya casa se sitúa en Castelar, a 14 cuadras del domicilio familiar de los Baladía, ese último ubicado en la localidad bonaerenese de Morón.

Tras ser sorprendido, el acusado primero aseguró que estaba desorientado, perdido, bajo tratamiento psiquiátrico. Luego, contó una historia a los policías, algo que finalmente no validó en su indagatoria: dijo que su víctima había entrado a robarle al estudio que tiene en Morón, que le disparó para defenderse, que luego desmembró el cuerpo.

El resultado de la autopsia, sin embargo, derrumbó la coartada del escribano. El informe preliminar determinó que la víctima no murió por un disparo, sino por una puñalada de un cuchillo de filo único que afectó el corazón y los vasos vitales. Posteriormente, el cuerpo fue desmembrado con un objeto similar a un hacha, o una sierra, de acuerdo a las laceraciones encontradas.

Fuentes judiciales comentaron que los forenses le dijeron a la fiscal tras la autopsia que les llamó la atención la cantidad de lesiones post mortem detectadas y consideraron el hecho como una obra “morbosa”, que demuestra “odio” y que es producto de “una mente perturbada”.

Los restos de la víctima
Los restos de la víctima fueron depositados en el baúl del vehículo

Se cree que la escribanía del imputado, ubicada en la calle Almirante Brown 1085, fue la escena primaria del crimen. En el allanamiento al lugar se encontraron manchas de sangre y se secuestraron vainas servidas, un cuchillo y una hidrolavadora.

Los investigadores rechazan la versión extrajudicial del homicidio en medio de un robo. Sostienen que en tal caso, Baladía podría haber alegado una legítima defensa, en vez de descuartizar un cuerpo y viajar más de 50 kilómetros para descartarlo.

La familia del escribano, por otra parte, aseguró que el hombre había desaparecido de su casa hacía dos días. También afirmaron que el imputado era un legítimo usuario de armas de fuego y que le habían entrado a robar al estudio a comienzos de este año. “Ese robo ocurrió, pero no tiene relación con el caso", dice una fuente con acceso al expediente.

Al cabo de la indagatoria, Baladía volvió a la Comisaría Primera de Luján, donde por el momento seguirá detenido mientras avanza la investigación.

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