Horror en el río Luján: el testimonio del padre del escribano y las fotos de la escena del crimen

Ricardo Baladía fue sorprendido por la Policía Bonaerense mientras intentaba deshacerse del cuerpo de un supuesto delincuente que había entrado a su oficina en Morón

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El BMW de Baladía a
El BMW de Baladía a la vera del camino: los restos de su víctima fueron depositados en una camilla.

El torso mutilado flotaba en el agua sobre la orilla. El resto estaba en partes.

Ricardo Baladía, de 56 años, calvo, de baja estatura, tenía sangre en sus manos cuando un policía de la Comisaría 1° de Luján lo sorprendió a metros de su viejo BMW, a la vera del río del mismo nombre en el cruce de Mitre y Padre Salvaire, no muy lejos de la célebre catedral, una zona de parrillas y lugares familiares de esparcimiento. Había manchas de sangre en el suelo, partes de masa encefálica y una valija con los restos descuartizados de un ser humano del que se desconoce su género. No había una cabeza para identificarlo, ni siquiera órganos sexuales: se cree que esos restos hoy flotan en el río, o se hunden.

El BMW fue inspeccionado por Policía Científica. Había al menos una pierna en el bául, un DNI de un hombre que podría ser la víctima, otros restos de vísceras, fracciones. Baladía, nervioso, comenzó a hablar. Dijo ser escribano, con un estudio en Morón sobre la calle Almirante Brown, contó cómo un ladrón entró a robarle, primero dijo que era un hombre, luego una mujer, así que mató a tiros a su asaltante y desmembró el cuerpo.

Así, manejó al menos una hora, poco más de 50 kilómetros con el baúl cargado con un muerto.

Descuartizamiento en Rio Luján

Policía Científica acordonó la escena, reunió los restos en una camilla. Horas después, la UFI N°10 de la jurisdicción, interinamente a cargo de la fiscal Mariana Suárez, ordenaba allanar la escribanía: los policías encontraron vainas que podrían ser de las balas usadas para matar y una hidrolavadora que se habría usado para borrar manchas de sangre en paredes y piso. Para la fiscal Suárez, la escribanía es la escena del hecho.

Hoy, los fragmentos humanos encontrados en la vera del río están en la morgue judicial de Chivilcoy, donde se practican las autopsias de la jurisdicción. Un equipo de buzos deberá rastrear el agua para encontrar el resto.

Mientras tanto, alguien en la casa familiar de los Baladía en Castelar atiende el teléfono. Es Norberto, el padre del acusado, 87 años de edad.

Fin del procedimiento: Policía Científica
Fin del procedimiento: Policía Científica se retira. Los restos serán peritados en una autopsia en las próximas horas.

-¿Cómo está?

-Recién me entero. Hace tres minutos supe de ésto, me habló una de mis hijas y me contó. No pude hablar con mi hijo, voy a ir atando cabos para componer la situación. Es una sorpresa espantosa. He pasado muchos golpes en la vida. Tengo 87 años, está todo dicho, pero nada como lo que vivo ahora. En este momento va a venir una de mis hijas, vamos a conversar para ver qué estrategia usamos como familia.

-¿Lo creía a su hijo capaz de un crimen como éste?

-Vamos a ver, no puedo emitir opiniones sin fundamento. Sé que él tenía armas y que era legítimo usuario. También sé que le robaron en el estudio de Morón. Ocurrió hace no mucho, a principios de año, una persona entró. Hizo un destrozo y robó muchos objetos y dinero, tomó intervención la policía. Es difícil expresarse, no quiero dar opiniones sin fundamento, queremos analizar todo y hablar con un abogado, estamos en ese trámite, me ha dejado conmocionado.

Baladía aguarda en un calabozo de la 1° de Luján para ser indagado mañana. Su estado psicológico se desconoce, todavía no fue evaluado. No tiene antecedentes penales, al menos en la provincia de Buenos Aires, según fuentes de los organismos de seguridad.

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