“Vamos a denunciar penalmente a los 29 detenidos que tomaron el sector de calabozos de la comisaría 9na”, anunció Diego Kravetz, jefe de Gabinete y responsable del área de Seguridad del Municipio de Lanús. Hacía referencia a un intento de motín en la comisaría novena de Villa Caraza, en la zona sur del Conurbano. La razón esgrimida por los internos era la de un preso que había evidenciado síntomas compatibles con coronavirus. “Con la excusa del peligro por el Covid 19, causaron enormes daños materiales durante el amotinamiento entre la noche del sábado y la del domingo. Ahora deberán pagar por ello”, apuntó Kravetz en sus redes sociales.
No fue un motín como el de la Cárcel de Devoto: fue una revuelta en los calabozos de la dependencia policial. Bloquearon el pasillo de acceso a las celdas y se filmaron con tapabocas y blandiendo facas: exigían la presencia de autoridades policiales, de las cámaras de televisión y de la “política”. “Acá somos los pibes de la novena planteándole la situación a la policía que no nos quiere dar el protocolo de salud. Acá hubo un muchacho que estuvo tirado durante cuatro días en la cama y el taquero no hizo nada. Ni siquiera se cumplió el protocolo. Acá nosotros queremos que se cumplan los derechos. Estamos privados de nuestra libertad, pero queremos nuestros derechos. Somos personas, no animales”, acusó el interno que sirvió de vocero del grupo.
El sábado se había activado el protocolo sanitario por coronavirus a raíz de los síntomas de un interno. El paciente sospechoso fue trasladado a un centro de salud de la zona donde le realizaron un test diagnóstico. El resultado fue negativo: el preso no se había infectado del virus del COVID-19. Durante trece horas de negociación entre autoridades penitenciarias, provinciales, municipales, policiales y judiciales, los presos depusieron su actitud amenazante. Colaboraron personal de bomberos y ambulancias, mientras que personal policial aseguraba el perímetro para evitar una posible fuga y contener a los familiares de los presos.
La protesta terminó el domingo a las once de la noche con la intervención del Grupo Halcón. “Quiero agradecer especialmente al personal del Grupo Halcón, que recuperó el control del lugar en un operativo que contó con el apoyo de Darío Ruiz y el Ministerio de Seguridad, sumada a la intervención de la UFI descentralizada 1, a cargo de Mariano Leguiza”, indicó Kravetz, quien también alabó a los profesionales de la salud que le realizaron el hisopado al único caso sospechoso denunciado por los detenidos. Tal como indicó el funcionario, la investigación de los hechos la llevará a cabo la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del Departamento Judicial Lomas de Zamora.
No hubo heridos, pero sí destrozos en los calabozos. “La denuncia que vamos a formular tiene como objeto que se investiguen los nuevos delitos cometidos durante el fin de semana, así como que se paguen los costos de las roturas ocasionadas, porque si bien la comisaría es provincial, el municipio hace aportes regulares para su equipamiento y mantenimiento”, explicó el responsable del área de Seguridad del Municipio de Lanús.
La protesta en la comisaría de Villa Caraza reflota lo que parecía ser una situación controlada: el conflicto en las cárceles del país por los reclamos de morigeraciones de penas y prisiones domiciliarias con el efecto de descomprimir la ocupación de los penales, desde hace varios años en situación de hacinamiento. La excusa del coronavirus y los riesgos de contagio alentaron a los internos a emprender revueltas o motines en defensa de sus derechos sanitarios. El acuerdo en la Cárcel de Devoto parecía haber mitigado las protestas.
Pero 29 detenidos en la comisaría novena del sur del conurbano bonaerense despertaron el alerta nuevamente. Ahora, luego de que la tensión se haya apaciguado, Kravetz anuncia que denunciará penalmente a los instigadores. “En un contexto que golpea dramáticamente a toda la sociedad, la Justicia tiene que garantizar la seguridad y el patrimonio de todos los vecinos de Lanús. Seguimos poniendo el cuerpo por eso”, concluyó.
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