Este jueves por la tarde, en una audiencia oral, asistido por un abogado público, el docente Adrián Darío Rowek se sentó en silencio para escuchar cómo una jueza lo mandaría a la cárcel: la jueza contravencional Cristina Lara dictó la prisión preventiva en su contra luego del pedido de la fiscal Daniela Dupuy. Los delitos que le imputaron son gravísimos: grooming, suministro de pornografía infantil a un menor de 13 años de edad, abuso sexual de un menor, luego de que lo detuvieran a comienzos de esta semana en su casa de Villa Real. La Policía de la Ciudad y los efectivos del Cuerpo de Investigaciones Judiciales porteño lo encontraron en la cama con un chico de 14 años, un alumno de la escuela donde enseñó durante los últimos diez años, la N°23 de Villa Devoto.
Lo allanaron, precisamente, luego de que los padres de uno de sus alumnos denunciaran que Rowek, de 50 años, le había enviado a su hijo de 12 una foto de un pene erecto, probablemente el suyo.
Dupuy aguarda los estudios e informes sobre la víctima encontrada en la cama del docente para determinar la existencia o no del abuso. El chico, que había repetido grados en la N°23, había subido una story a su Instagram la misma noche del allanamiento, donde se veía una mesa con botellas de alcohol, cigarrillos y tragos servidos, y a un hombre adulto con un equipo de gimnasia, el mismo con el que Rowek fue detenido.
Dupuy, cabeza de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas, también tiene otras pruebas, luego de la llegada de una gran cantidad de testigos. En menos de una semana, el avance del expediente fue notable: la cara de Rowek en el diario ciertamente reavivó recuerdos.
Hoy, la fiscalía, según altas fuentes del expediente, tiene motivos para sospechar de mucho más que un solo abuso o un solo caso de grooming: hay más de 30 posibles víctimas”.
Rowek tiene más de 30 años de docencia. Fue preceptor en el Colegio Nacional Buenos Aires cerca de 2011, profesores históricos hablan de actas firmadas en su contra, quejas de alumnos, pedidos de que no vaya a viajes de egresados. Antes, había trabajado en un primario de Palermo. “Lo engancharon chateando con alumnos, le armaron una salida elegante”, dice un profesor del CNBA que conoció a Rowek.
Sin embargo, las versiones de grooming y perversidad con niños a su cargo van mucho más atrás en el tiempo.
Un hombre que fue alumno de un colegio tradicional de la colectividad judía hace 25 años atrás asegura a Infobae: “Adrían Rowek era maestro de nuestra primaria en 1995 y nos llamaba por teléfono a mi y a mis amigos a las casas para contarnos historias de sus supuestas aventuras heterosexuales mientras nos preguntaba si estábamos excitados y si nos estábamos tocando. Fue uno de los maestros responsables que nos llevó de viaje de egresados de séptimo a La Falda, pudo haber pasado cualquier cosa".
Las madres de la Escuela N°23 de Villa Devoto, donde Rowek enseñaba Lengua en cuarto, quinto, sexto y séptimo grado, fueron citadas por las autoridades esta semana para diversas reuniones. Hablan entre ellas, hablan de hijos “fascinados con el profe copado”, de estrategias similares, el juego de seducción a chicos que se sienten aislados, solos, inadaptados, de un Rowek capaz de congraciarse con ellas, de tener el descaro de pedir el celular privado de un chico, de llegar a hablar a solas con él. Es lo que pasa en la inmensa mayoría de los casos de docentes presos por pedofilia: el tipo canchero, la imagen inmaculada, y después el fin.
El docente pasó los últimos días en una alcaldía de la Policía porteña. Se espera que cumpla su prisión preventiva en un penal común. El pabellón de abusadores de Marcos Paz es un destino probable. La causa en su contra puede ser larga, el mayor caso de abuso de un docente a alumnos desde Peter Malenchini, fallecido en 2015, profesor de arte del colegio San Juan el Precursor en los años 70.
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