El fin de semana pasado, los familiares de un peligroso ladrón montaron un cinematográfico operativo para ayudarlo a escapar de un hospital de La Plata donde estaba arrestado. La secuencia de hechos comenzó con una accidentada detención por parte de la policía en las puertas de la casa del ladrón y finalizó con un descubrimiento que sorprendió a los investigadores.
Christian Orlando Martínez Gambini, de 28 años, con domicilios registrados en Berisso y Ensenada, salió el viernes pasado de una casa ubicada en calle 142 y 59 en La Plata. Un grupo de agentes de la Policía Bonaerense lo esperaba afuera para arrestarlo. Sobre él pesaban varias causas. La más importante era por un crimen del 2015: también tenía antecedentes por tentativa de homicidio y robo agravado, según fuentes judiciales. Además, se sospecha que participó del robo al Banco Francés, el 18 de marzo pasado y al Banco Industrial, en septiembre de 2019.
Los policías al verlo salir dieron la voz de alto. Gambini rápidamente abordó su BMW y aceleró. Los patrulleros fueron tras él. En medio de la persecución, Gambini frenó su automóvil en las calles 520 y 143. Allí, el hombre, abrió la puerta, pisó el asfalto, se dio media vuelta, tomó su arma y mantuvo el dedo en el gatillo, apuntándole a los policías. No era una pistola cualquiera, sino un fusil FAL.
Los agentes se cubrieron. Gambini se echó a correr y unos pocos metros más adelante cayó malherido con dos disparos que impactaron en un glúteo y en un pierna. Inmediatamente fue trasladado al Hospital Melchor Romero donde se lo esposó a una cama. En la puerta de su habitación un importante de grupo de policías en encargó de su custodia. Su prontuario ya era un factor de riesgo.
El sábado por la noche, mientras Gambini estaba tendido en la cama después de declarar en distintas fiscalías por las diversas causas por las cuales se los buscaba, un ambulancia aparecía en el playón de estacionamiento. Dos hombres con ambos descendieron con una silla de ruedas y se dirigieron directamente al cuarto de Gambini.
“Vinimos a trasladar al imputado”, dijeron frente a los custodias policiales. Los efectivos dudaron, les resultaba extraña la secuencia. Comenzaron a chequear con personal judicial y les negaron que el detenido tenía que ser movido de ese hospital. Hay una ironía en todo esto: entre 2012 y 2014, según registros previsionales, Martínez Gambini fue empleado del Ministerio de Salud bonaerense.
Los falsos enfermeros, según sostuvieron las fuentes, serían el ex cuñado de 27 años y un amigo de Gambini, de 20 años. Terminaron todos arrestados.
Christian, por su parte, está acusado de participar del asesinato de Fernando Iván Couste ocurrido en 2015. Según fuentes del caso, el 4 de octubre de ese año, Couste murió de un disparo en el pecho mientras compartía una cena con una chica y otra pareja en un departamento de Altos de San Lorenzo. Los ejecutores tenían la supuesta intención de matar al otro hombre, quien logró ponerse a salvo tirándose por una ventana. Las mujeres se escondieron en una habitación.
Por esta causa está detenido Miguel Tobar, un conocido barra del Club Estudiantes de La Plata. Se cree que Gambini tiene frondosas ramificaciones dentro del ámbito del delito en la capital provincial: Tobar fue detenido por el fiscal de la UFI N°6, Marcelo Romero, quien también citó a declarar a Gambini el sábado pero el imputado se negó.
Lo mismo pasó cuando fue a declarar a la fiscalía de Álvaro Garganta con un gran operativo de las fuerzas especiales del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Pisó la UFI N°11 por un expediente de robo agravado. Tampoco aceptó dar su versión.
Además, se sospecha que Gambini fue uno de los responsables de los asaltos al Banco Francés, el 18 de mayo pasado, donde se llevaron alrededor de $700.000. Según dijeron, un asaltante armado y encapuchado ingresó a esa sucursal del Francés y le robó cerca de $ 700.000 a un empleado de una línea de colectivos mientras realizaba un depósito.
También se lo apunta en el robo al Banco Industrial en septiembre de 2019, donde el botín fue de 12 millones de pesos y 100 mil dólares. Un grupo comando de seis asaltantes, algunos tenían camperas deportivas y otros llevaban chalecos antibalas de policía. Todos iban a cara tapada. Apuntaron a los clientes, en su mayoría jubilados, con pistolas 9 milímetros y fusiles de asalto. Golpearon al gerente y se fueron sin disparar un solo tiro.
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