El motín más violento y caótico de la historia bonaerense reciente terminó. Luego de casi 12 horas sangrientas con enfrentamientos entre detenidos y penitenciarios, 20 reclusos y tres carceleros heridos y el sonido de las postas de goma, la revuelta en la Unidad N°23 de Florencio Varela fue aplacada tras la intervención de una mesa de diálogo con la presencia de autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense y diversos organismos de derechos humanos, además de personal judicial.
Mientras tanto, poco antes de las 21, una ambulancia se preparaba para salir del penal. Su destino era la Morgue Judicial de Lomas de Zamora. Llevaba un cuerpo para su correspondiente autopsia: el del preso muerto en la jornada de hoy, Federico Rey, 30 años de edad, condenado por robo calificado, su pena supervisada por un juzgado de ejecución. La ambulancia no iba sola. La muerte del preso está bajo investigación, un expediente bajo la calificación de homicidio a cargo de la UFI N°9 de Florencio Varela con la fiscal interina Roxana Giménez y el ayudante fiscal Cristian Granados, bajo la firma del juez de garantías Marcelo Villagra.
El trayecto del cuerpo, determinó la Justicia, será custodiado por personal que no será policial o penitenciario. La autopsia, cuya realización se espera en el transcurso de la noche o en las horas de la madrugada, será supervisada por peritos de organismos de derechos humanos, según confirmaron fuentes cercanas a la causa a Infobae.
Determinar cómo murió es una incógnita fuerte. Rey, según fuentes penitenciarias, perdió la vida por una puñalada, una pelea entre presos. Sin embargo, las mismas fuentes aseguran que la médica observó el cadáver no encontró ninguna herida cortopunzante, lo que no quita que la tenga, si es que la autopsia la detecta. Lo que sí se pudo ver fueron varias heridas de bala de goma en diversas partes del cuerpo. El cadáver del joven fue encontrado en el techo del penal, donde efectivamente murió, creen investigadores.
Hasta ahora, confirman fuentes consultadas, no hay penitenciarios detenidos. Qué ocurrió realmente, qué disparó la violencia, es algo que la Justicia deberá determinar. Hay más de 300 detenidos formalmente en huelga de hambre en todo el Servicio Penitenciario, en protesta por mejores condiciones de higiene de cara a la pandemia, o para pedir la aceleración de sus excarcelaciones: hoy por la tarde, el Tribunal de Casación bonaerense ordenó a los jueces que respeten y cumplan su pedido de liberar a 400 detenidos de alto riesgo en términos de salud. Sin embargo, ningún preso de la Unidad N°23 había anunciado formalmente a las autoridades su deseo de iniciar una huelga.
Por otra parte, sí llegó a oídos de los investigadores de la causa una escena de violencia entre presos, con los detenidos por abuso sexual como blanco: varios detenidos amenazaron “darle a los violines”, según una fuente, si no se accedía a sus demandas. Sin embargo, el detenido muerto no estaba acusado de abuso.
Seguí leyendo: