Emiliano Alarcón, de 22 años, falleció el domingo pasado mientras estaba detenido en un calabozo de la Comisaría 1° de San Justo, una celda sobrepoblada donde las autoridades judiciales creen que estuvo rodeado de al menos otros 11 detenidos. Sus síntomas eran compatibles con los del coronavirus: fiebre, cefalea, vómitos, debilidad muscular, malestar general, aseguraron investigadores.
Según las fuentes judiciales, Alarcón presentaba complicaciones de salud desde el mismo día que comenzó a regir el decreto de la cuarentena obligatoria. El joven había sido detenido acusado de un homicidio: se encontraba arrestado en el lugar desde octubre pasado. Fue hospitalizado tres veces durante su detención, tres internaciones en el mes de marzo. Según sostuvieron fuentes judiciales, en la comisaría no se realizó el protocolo ante posibles casos de COVID-19. Y el detenido regresó a su celda hasta que murió.
La alarma fue inmediata: un detenido posiblemente infectado en una comisaría sobrepoblada parecía ser sinónimo de contagio, el primero tras las rejas en el país. Así, la Justicia de La Matanza comenzó una investigación, a cargo del Juzgado de Garantías N° 1, con un test al cuerpo para determinar la presencia del virus. Un resultado positivo, entonces, significaría una sola cosa: Alarcón se contagió estando detenido.
Ayer por la noche, una serie de tres audios comenzó a viralizarse por WhatsApp. Circuló entre jueces, policías de alto rango, llegó hasta periodistas. “Hola, grupo”, decía un hombre que se identificaba como un comisario, mientras aseguraba que en la 1° de San Justo “falleció un detenido por COVID-19”, mientras culpaba a los médicos civiles que atendieron a Alarcón. “Hecho el hisopado una vez fallecido, se confirmó que tiene coronavirus”, remató.
Luego, el hombre largó la estampida: aseguró que todo el personal policial que haya tenido contacto con la DDI de La Matanza o la 1° de San Justo “tiene que hacerse el hisopado”.
Insólitamente, los resultados todavía no estaban. Era una noticia falsa, otra de tantas en medio de la pandemia. Peor todavía; el supuesto comisario en el audio decía que había obtenido el resultado de una fuente judicial de alto orden.
Inmediatamente, la comisaría donde falleció Alarcón hizo la denuncia para aplacar la situación. Según pudo corroborar este medio de fuentes judiciales, se abrió una investigación en la que intervino la UFI Nº 3 a cargo de Gastón Bianchi. Fuentes cercanas al caso afirmaron que la información de aquel audio viral es falsa y se requirió que se abra otra pesquisa en el área de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense.
Según dijeron las fuentes, el comisario, que se hace responsable del audio que circuló por todos los teléfonos de los policías de La Matanza, existe. De este modo, se investigará si verdaderamente fue él quien envió ese audio.
Mientras tanto, se esperan con suma anticipación los resultados del estudio al cuerpo de Alarcón.
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