La mujer discutió con la seguridad del barrio privado “La Escondida”, en el partido bonaerense de Tigre. El motivo era que la custodia le impedía a su acompañante, una joven de 21 años, ingresar al country porque no vivía allí y violaba el aislamiento obligatorio ante la emergencia sanitaria por el coronavirus. Finalmente, la administración le permitió el ingreso porque la señora explicó que se trataba de su hija y que atravesaba un cuadro de angustia.
La administración dijo que la mujer, Verónica Silvia Strauss, iba a presentar la partida de nacimiento de la joven para constatar que efectivamente era su hija y el certificado médico. Pero a un vecino le generó sospechas.
“Yo sabía que no era su hija porque tiene una sola que conozco y vive con ella”, le dijo a Infobae Horacio García, vecino de “La Escondida”. García constató en el registro civil de la ciudad de Buenos Aires que Strauss tachó de la partida de nacimiento el nombre de la madre biológica de la joven y puso el suyo. El vecino y la administración denunciaron a la mujer en la Policía y ya se inició un expediente en la Justicia federal de San Isidro.
El hecho ocurrió el martes pasado. Strauss, de 60 años y directiva del Grupo Plastar, dedicado a la fabricación de productos plásticos, llegó al ingreso de “La Escondida”. Pero la gente de seguridad no le permitió el acceso porque iba con una joven que no vivía en el barrio. Le explicaron que por protocolo ante la situación de emergencia sanitaria y por las medidas de aislamiento social no podía pasar.
La charla se transformó una discusión por parte de la mujer y la gente de seguridad llamó a la Policía. Los oficiales le dijeron que estaba incumplimiento con la cuarentena y que la persona que la acompañaba no podía ingresar. Cuando los oficiales se retiraron la mujer obtuvo el permiso para ingresar de parte de Carlos Vittar, el administrador del barrio. Strauss le dijo que se trataba de una hija de un matrimonio anterior, que estaba viviendo sola y que atravesaba un cuadro de depresión y angustia que requería compañía.
La mujer se comprometió a entregar el certificado médico y la partida de nacimiento. Lo primero lo hizo y allí consta que un médico laboral sostuvo que la joven -cuya identidad este medio mantendrá en reserva- “presenta un cuadro de crisis de angustia y depresión. Solicito control y contención familiar".
Pero la partida de nacimiento no la había enviado. “Yo me enteré porque me contó la gente de la guardia, con quién tengo una buena relación, e insistí con el administrador para que me envíe la partida de nacimiento porque sé que no tiene otra hija. Es mi vecina hace 15 años y vivimos enfrente”, contó García. A las 48 horas recibió la partida. Según consta en la denuncia que presentó en la comisaría 1 de Tigre el documento le llamó la atención y por la pagina web del gobierno de la ciudad pidió el sábado pasado un certificado express de la partida.
De las dos partidas de nacimientos todos los datos coinciden. Pero hay dos que no: el nombre de la madre de la joven y el número de documento. En la que envió el gobierno de la ciudad dice que se trata de Sara Suchecki -que este medio constató que falleció- con un documento que finaliza en 911 y en el que presentó Strauss está su nombre con su DNI que termina en 819.
“Falsificó el certificado. Por eso hice la denuncia. Primero llamé al 911 y después fui personalmente a la comisaría de Tigre a hacerla y llevar toda la documentación. Y luego la Policía vino al barrio para tomarle declaración a la gente de la guardia y a notificar al administrador", explicó García.
En diálogo con Infobae, Vittar, administrador del barrio, dijo que también corroboró los hechos. “Cuando verifiqué ciertos datos entendí que correspondía hacer la denuncia. Y así lo hice al 911. No fui personalmente porque soy paciente de riesgo”, afirmó el administrador y amablemente se excusó de responder otras consultas.
Este medio también se comunicó con Strauss para conocer su versión de los hechos y tener su opinión para esta nota pero la mujer no quiso hablar.
Las preguntas que surjen del hecho es por qué falsificó la partida de nacimiento y quién es la chica a la que llevó al barrio. “Posiblemente sea la hija de un amigo que vive en el exterior y como la chica estaba sola la llevó a su casa”, contó García según algunas averiguaciones que pudo hacer.
El vecino contó que Strauss sabe que la denunció y que el descargo que la mujer hizo ante el administrador, cuando le informó que se había conseguido el certificado original, es que ella reenvió la partida que por chat le hizo llegar el padre de la chica y que no la revisó. También que en algún momento de la charla con el administrador dijo que la chica es “casi como una hija”.
“Con ella he tenido problemas de vecinos, por el auto mal estacionado, ruidos molestos, pero hice la denuncia porque me parece de una injusticia terrible lo que hizo. No sabemos si nos puso en riesgo, si la chica tenía que cumplir el aislamiento por un tema de salud por haber regresado del exterior o por haber estado en contacto con personas con síntomas de coronavirus. Todos quisiéramos traer a familiares a pasar la cuarentena con nosotros. Yo tengo padres de 80 años y enfermos y estoy sin mis hijos que vivieron acá antes de separarme. Me gustaría que están acá no tengo derecho a hacerlo y no lo hago”, dijo García
En la comisaría 1 de Tigre le confirmaron a Infobae que la denuncia ya está en la justicia. Quedó a cargo de la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado y del fiscal Fernando Domínguez.
El Código Penal establece en su artículo 292 que la falsificación o adulteración de una partida de nacimiento tiene una pena de tres a ocho años de prisión.
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