La trama de la doble violación y asesinato de Punta Lara, uno de los crímenes machistas más brutales de la historia argentina

A punta de pistola, mientras debía estar cuidando a su hijo recién nacido, Ariel Báez ingresó a la casa de dos estudiantes para atacarlas y denigrarlas. Mató a una y a la otra la dejó dándola por muerta. La chica que sobrevivió hoy lucha por ser querellante en el juicio que vendrá

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Ana Laura González y Emma Córdoba, las víctimas.
Ana Laura González y Emma Córdoba, las víctimas.

La noche de 8 de julio de 2017 era fría y algo lluviosa. Poca gente caminaba por las calles de Punta Lara, a unos pocos kilómetros de La Plata. Ana Laura González, de 25 años, había ido a visitar a su amiga Emma Córdoba que tenía 27 y vivía sola en una vieja casa familiar. Ambas eran estudiantes, se habían conocido donde ellas trabajaban, un local de hamburguesas donde entablaron una fuerte amistad.

Cerca de la medianoche, la lluvia obligó a Ana Laura a entrar a los perros de su amiga que se mojaban en el patio delantero. Cuando abrió la puerta principal, un hombre con un revólver en la mano se le abalanzó y la obligó a entrar. Lo qué pasó en las dos horas siguientes es uno de los relatos más grotescos de la historia criminal argentina reciente: el agresor las obligó a tocarse entre ellas, las violó, las orinó y las golpeó hasta que sangraron con la punta de una pala. Cuando creyó que las dos habían muerto las envolvió en una frazada e intentó prenderlas fuego.

Antes de irse, el violador y asesino se aseguró de cerrar la puerta con llave. Emma Córdoba murió en el acto pero Ana Laura logró salvarse. Como pudo salió a la calle, semidesnuda, a pedir auxilio. El acusado, finalmente, fue identificado y capturado. El testimonio de Ana Laura permitió que atraparan a Ariel Báez, un vecino de la casa, que mientras las violaba y mataba debía estar al cuidado de su bebé recién nacido. Casi tres años después, finalmente el juicio contra el acusado se hará a finales de agosto: Ana Laura lucha para que la tomen como querellante con el abogado Jerónimo Guerrero Iraola.

Báez, preso en Marcos Paz, posa en selfies que publicó en redes sociales con un teléfono clandestino.

La víctima que sobrevivió, sin embargo, pudo contarlo todo. Infobae accedió a los detalles del expediente.

24 horas después del crimen, Ana Laura, golpeada en el hospital, brindó su testimonio ante la fiscal Virginia Bravo. Realizó un recuento preciso de los hechos desde el comienzo: “Hablé con Emma a la tarde por WhatsApp y quedé en visitarla en la casa. Fui en colectivo y ella me esperó en la parada. Ya era de noche. Caminamos juntas y una cuadra antes de llegar apareció un hombre por detrás. Era la primera vez en mi vida que lo veía. Estaba vestido con jean azul y campera negra. Emma lo conocía porque recuerdo que lo llamó ‘Ari’. Nos empezó a contar que la mujer lo engañaba, que le era infiel. Duró pocos segundos la charla. Cuando estábamos por llegar a lo de mi amiga él se metió a la casa de al lado”, aseguró.

Emma vivía desde hace poco en aquella casa que pertenecía a su familia. Se había mudado junto a Damián, su ex pareja, pero luego de la separación quedó sola. Su amiga la iba a visitar cada vez que podía e incluso pensaban en vivir juntas.

Ana Laura continuó su relato desde la camilla del Hospital Cestino: “Cenamos juntas y en un momento Emma me pidió que entrara a los perros. Cuando abrí la puerta noté que bajo un techito, de este lado de la reja, estaba este hombre con un arma en la mano. El mismo que nos había hablado antes. Traté de cerrar la puerta pero se abalanzó sobre mí y me obligó a entrar. Le preguntó a Emma ‘¿Dónde está tu marido?’. Ella le dijo que no estaba y que llegaría en cualquier momento. Le suplicamos que no nos hiciera nada y nos dijo que nos quedáramos tranquilas que la cosa no era con nosotras, que el problema era con Damián", continuó.

Emma y Damián ya estaban separados y la realidad es que él no estaba por llegar a la casa. La joven le mintió a Báez para intentar disuadirlo, para que se fuera. Fue en vano. Según la reconstrucción de la Justicia, entre las 12 y la 1:30 de la mañana se desató el crimen.

Báez hizo subir a las dos mujeres a la planta alta de la casa. Las hizo acostarse sobre el excremento de los perros. Durante esos minutos el hombre sacó su teléfono celular en varias oportunidades y grabó varios videos de la situación mientras repetía: “Ahora van a aprender a no meterse conmigo”.

Ariel Báez: foto clandestina en el penal de Marcos Paz.
Ariel Báez: foto clandestina en el penal de Marcos Paz.

“Nos hizo sacar la ropa, quedando las dos en ropa interior. Nos obligó primero a tocarnos entre nosotras y después nos arrancó lo que nos quedaba puesto. Quedamos totalmente desnudas. Como Emma trató de defenderse, este tipo le ató las manos con un cinturón con tachas y los pies con un pullover mío y la amordazó con una remera. Me obligaba a mí, a punta de pistola, a tocarla a ella”, contó Ana Laura.

Mientras todo esto pasaba en la casa de Emma, al lado, en una construcción pequeña y precaria, una mujer se recostaba en la cama y apoyaba su bebé recién nacido sobre su pecho para darle la teta. La esposa de Báez y su hijo lo esperaban en la habitación para dormir juntos. Cuando se fue de su casa minutos antes de la medianoche, había dicho que iba a tomar algo con amigos y regresaba.

Así, Báez hizo que las dos chicas se subieran a la cama matrimonial de la habitación y continuó con las vejaciones. Ya en la cama, comenzó a violarlas. Orinó sobre ellas.

Luego del abuso sexual, Báez las hizo sentar espalda con espalda y las ató con un cable. Se dirigió al baño, tomó un aerosol y con la ayuda de un encendedor generó una llama que le quemó parte de un brazo a Ana Laura. Después incendió una frazada que estaba sobre la cama y bajó las escaleras.

Luego del fuego, Báez tomó una pala. Se ensañó con Emma, particularmente. Vació sobre ellas una botella de licor de melón para usar de combustible e intentó encender nuevamente el fuego. Con las llamas en alto, Báez se fue: cerró la puerta con llave antes de irse.

No sabía que Ana Laura no había muerto todavía.

La sobreviviente relató a la fiscal Bravo cómo hizo para liberarse: "Como yo tenía las manos atadas agarré un cuchillo que estaba tirado y logré cortar el cable con el que nos había atado. Mi amiga estaba tirada en el piso con los ojos abiertos, pero no reaccionaba. Hacía un ruido raro con la boca como tratando de respirar, era como un ronquido. Parecía que se estaba ahogando. Traté de tomarle el pulso pero no pude así que tomé la pala, rompí el vidrio y salí pidiendo ayuda. En pocos segundos llegaron la policía y los bomberos. No pudieron hacer nada”.

La autopsia realizada al cadáver en la morgue judicial platense diría que María Emma Córdoba murió por una asfixia mecánica producto de una broncoaspiración: el estudio reveló que el cuerpo tenía lesiones producto de un intento de defenderse de su agresor y varios traumatismos de diferente magnitud en todo el cráneo y numerosas partes del cuerpo. Por su parte, el médico legista que revisó a la única sobreviviente constató lesiones compatibles con abuso sexual, quemaduras en su brazo izquierdo y golpes de un objeto contundente.

Báez fue detenido esa misma noche, cuando Ana Laura logró describirlo minutos después del hecho.

Cuando lo fueron a detener, recién había llegado a su casa. Hizo que su mujer bajara con su hijo en brazos a abrirle a la policía. La obligó a que les dijera a los efectivos que él estaba durmiendo desde hacía varias horas. Llegó incluso a sacarse la ropa ensangrentada, a ponerse un pijama y a meterse en la cama para intentar engañar a los efectivos que segundos después lo sacaron esposado del lugar a la vista de su esposa y su bebé.

En el allanamiento realizado en paralelo a la detención, la Policía Bonaerense encontró una mochila rosa y negra perteneciente a una de las víctimas, las tarjetas SUBE de ellas, un carnet de la facultad, maquillajes, un teléfono celular y el DNI de Emma Córdoba. Además, se halló el revólver calibre 38 plateado que Ana Laura logró reconocer algunos días después del hecho al igual que el jean azul y la campera negra ensangrentada que llevaba puesta el acusado ese día.

Las dos amigas se conocieron en su trabajo: pensaban en mudarse juntas.
Las dos amigas se conocieron en su trabajo: pensaban en mudarse juntas.

Según se desprende del pedido de elevación a juicio oral firmado por la fiscal Bravo al que tuvo acceso Infobae, solo existió un conflicto entre Ariel Báez y Damián en el tiempo en que el ex novio de Emma convivió con ella, un problema doméstico por un ladrido de perros. Báez, para intentar resolverlo, le lanzó un piedrazo al animal. Luego discutieron, sin que la situación escalara.

Damián, el novio de Emma, declaró en el expediente: "Con el tipo tuvimos una discusión hace mucho. Quedó la relación tirante pero Emma siempre quiso que hubiera buena relación y con el tiempo la cosa fue aclarándose. Él era un pibe raro. Siempre estaba mirando lo que hacíamos y teníamos miedo de que se nos metiera en la casa cuando no estábamos”, afirmó.

A pesar del relato de los hechos de Ana Laura, donde se daba a entender que el objetivo de Báez era en realidad la ex pareja de Emma por los propios dichos del atacante, los investigadores descartaron que existiera otro vínculo entre Damián y el acusado. Se cree que el acusado utilizó como excusa lo que había sucedido para atacar directamente a las mujeres. “El objetivo eran las chicas, todo lo demás lo inventó, aunque se investigó a Damián nunca se llegó a nada. Él siempre se mostró colaborativo”, cuentan fuentes con acceso al expediente.

Báez declaró en la causa y dio su versión de los hechos. Le dijo a la fiscal que en el horario del crimen tomaba algo con unos amigos y que luego de eso llegó a su casa y se fue a dormir junto a su esposa y su hijito. Las personas que citó en su declaración lo desmintieron y lo mismo hizo su mujer. Todos dieron una versión distinta a la del acusado. Incluso la esposa señaló que su marido llegó cuando el fuego ya estaba quemando la casa de Emma y cuando le preguntó qué estaba pasando él le respondió: “Ni idea, la boluda de la vecina se incendió”.

En los primeros días de febrero de 2018, la fiscal Virginia Bravo cerró la investigación y la elevó a juicio. Los delitos que le adjudican a Báez son tantos que sólo con que se consideren la mitad, la pena sería de prisión perpetua. A pesar de la velocidad en la investigación que solo tardó 7 meses, la Justicia intentó posponer el proceso para finales de 2021. Ana Laura y la familia de Emma comenzaron una campaña que incluyó pedido de firmas y reclamos en distintos medios. Finalmente, consiguieron que el juicio oral contra Báez se haga entre el 20 y el 31 de agosto de este año.

Báez en el penal de Marcos Paz: altas chances de una cadena perpetua.
Báez en el penal de Marcos Paz: altas chances de una cadena perpetua.

“Durante la instrucción Anita no quiso presentarse como particular damnificado. No quería saber nada porque no se sentía preparada, le costó mucho a ella asimilar lo que le pasó a ella y ni hablar a su mejor amiga. Por ley uno se puede presentar solamente antes de que se eleve a juicio pero Ana se siente lista recién ahora. Por eso hicimos un pedido especial a los jueces para que nos acepten a pesar de que el plazo esté vencido. Queremos que entiendan que más allá de la estricta letra de la ley una víctima tiene sus tiempos”, dice Jerónimo Guerrero Iraola, abogado de Ana Laura.

El Tribunal Oral Criminal N° 5 de La Plata es quien ahora deberá decidir si la acepta como particular damnificada, el equivalente bonaerense de la figura de querellante. Esto le permitiría participar activamente del juicio con su abogado, de lo contrario sólo podría hablar como testigo. Existe jurisprudencia que avala su solicitud.

Ana Laura recién ahora se siente en condiciones de afrontar la situación después de haber pasado años sin siquiera poder salir a la calle de noche. Quiere ser ella quien lleve a la cárcel al hombre que acusó de ser su abusador, al violador y asesino de su amiga.

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