El principal acusado por la violación de una mujer y el asesinato de su hijo en la localidad santacruceña de Puerto Deseado se suicidó esta noche en la celda que ocupaba en una comisaría de Caleta Olivia, al norte de esta provincia, donde se encontraba detenido mientras avanzaba el proceso judicial en su contra.
De acuerdo a los medios locales, Omar Alvarado, de 33 años, fue encontrado sin vida cerca de las 20 de este viernes por los efectivos policiales que realizaban un control de rutina de los presos de la seccional, en el marco del protocolo de prevención por el coronavirus.
Según informaron la Opinión Austral y La Vanguardia Noticias, el hombre que estaba acusado de “rapto, robo, abuso sexual con acceso carnal y tentativa de femicidio" se habría ahorcado con su propia ropa, aunque en el lugar trabajaban funcionarios judiciales para tratar de esclarecer la situación.
A finales de febrero pasado, Alvarado se había negado a declarar ante el fiscal Horacio Quinteros, quien lleva adelante la investigación del hecho por el que estaba imputado. Hasta el momento, se había defendido de los cargos en su contra diciendo que sufría de esquizofrenia y que no recordaba lo que había ocurrido en la Punta Cavendish, a dos kilómetros del casco urbano de la ciudad, donde se cree que violó a una turista salteña de 44 años y mató a su pequeño hijo.
Tras esa declaración del acusado, el juez de la causa, Oldemar Villa, ordenó realizar peritajes psicológicos y psiquiátricos del detenido, que previamente había sido identificado por la víctima en una rueda de reconocimiento.
Fuentes médicas manifestaron entonces que Alvarado consumía remedios por vía oral, que le eran suministrados en el hospital, pero también recibía una inyección mensual para tratar su problema. Sin embargo, para los profesionales consultados, el hombre era “consciente" de lo que hacía al momento del crimen.
Por otra parte, en este mismo caso está involucrado un adolescente de 16 años que habría actuado como cómplice y que también fue reconocido por la mujer. El menor fue aprehendido y posteriormente trasladado a la ciudad de Río Gallegos, donde permanece alojado en el Centro de Detención Juvenil.
A diferencia del otro sospechoso, este chico decidió hablar: asesorado por un abogado defensor, confesó haber participado en el hecho, aunque afirmó que fue “obligado” por Alvarado a hacerlo. En su declaración, aportó datos que permitieron hallar el teléfono celular que le habían robado a la turista.
El adolescente fue entregado a las autoridades por su padre, Julio Machado, quien contó que se enteró del brutal crimen que estremece a la comunidad de Puerto Deseado mientras estaba trabajando. “Yo sé la gravedad de esto. Con todo el dolor del alma, lo entregué. Pero tiene que pagar. A mi hijo no le enseñé a robar ni a lastimar a la gente. Si la hizo, que la pague”, expresó Machado. Y negó que el menor tenga alguna patología psiquiátrica: “Él recuerda todo lo que pasó”.
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