Luego de un año y cuatro meses de encierro, Rodrigo Eguillor obtendrá lo que su defensa pidió salir del penal de Ezeiza y ser internado en una clínica psiquiátrica privada bajo el régimen de prisión domiciliaria. La decisión fue tomada por el Tribunal Oral N°10, el mismo que se encargará de juzgarlo por la acusación de violación, privación ilegítima de la libertad agravada por violencia de género y amenazas, además de daños y lesiones leves luego de supuestamente haber atacado a una joven estudiante de San Telmo en noviembre de 2018, para luego protagonizar un insólito periplo mediático con videos en redes sociales y apariciones en programas de televisión.
El caso fue investigado por Eduardo Cubría, a cargo de la Fiscalía Nº22. Eguillor se presentó en la fiscalía de la calle Cerrito con gritos e insultos, amenazó a personal del equipo de Cubría, mujeres que trabajaban en el lugar. Lo denunciaron: esa causa por el delito de amenazas también se incorporó al juicio en el expediente por violación.
Eguillor, por otra parte, había sido condenado meses atrás en otra causa, por un hecho de abuso simple que data de 2016 cuando atacó y le mostró el pene a una trabajadora del Casino de Puerto Madero en el estacionamiento del lugar. La condena, a cargo del Tribunal N°9, fue confirmada a Infobae por allegados a la víctima y la defensa de Eguillor. El Tribunal N°9, sin embargo, se negó a confirmar el monto de la pena o siquiera la existencia de la misma ante la visita del autor de esta nota.
La decisión de excarcelarlo y enviarlo a una clínica privada llega en el contexto de una gran cantidad de pedidos a la Justicia de abogados defensores de que sus defendidos sean enviados a sus casas bajo prisión domiciliaria de cara al riesgo de un contagio de coronavirus. Sin embargo, la decisión firmada ayer por el TOC N°10, con el juez Alejandro Noceti Achaval, no hace mención alguna a la pandemia. El Tribunal consideró que el tratamiento “fuera de este ámbito” “será más favorable a su evolución”.
La decisión se fundamenta en un dictamen forense del 6 de marzo que determinó que Eguillor “presenta signos y síntomas compatibles con un trastorno de la personalidad con componentes deliroides de tipo persecutorios, parcialmente compensado” y que “no hay riesgo cierto e inminente actual para sí y/o terceros aquí y ahora al encontrarse bajo supervisión permanente por terceros responsables en tratamiento por especialistas de salud mental”.
La clínica privada en donde será internado es provista por la prepaga que cubre a Eguillor, que tiene a través de su madre, la fiscal Paula Martínez Castro. El Tribunal por otra parte exigió informes mensuales y una nueva pericia que se realizará en junio.
La nueva decisión llega tras un significativo revés con una decisión de la Sala de Feria de la Cámara de Casación del 14 de enero que le negó salir de la cárcel hacia una clínica. Tres jueces fundamentaron que un psiquiátrico privado no reunía las condiciones de seguridad de un sistema penitenciario, además de la existencia de un riesgo de que entorpezca la causa. Un informe elaborado por especialistas con fecha del 2 de octubre de 2019 aseguró que “las facultades mentales de Rodrigo Eguillor... no encuadran dentro de los parámetros considerados como normales desde la perspectiva médico-legal; presenta una aflicción psíquica compatible con un trastorno”. El informe, al contrario del elaborado el 6 de este mes, aseguraba que Eguillor presentaba un riesgo para sí mismo y para terceros.
Por lo pronto, una ambulancia ya lo espera en la entrada del penal de Ezeiza, donde ocupó una cama en el módulo PRISMA, el sector psiquiátrico de la cárcel, junto a ladrones adictos a la pasta base como “El 22″, un ladrón y asesino del Bajo Flores y detenidos célebres como Cristian “Pity” Álvarez. En el entorno del joven dicen que está fuertemente medicado, que le preguntan y responde monosílabos, “boludeces”. Conserva, curiosamente, su pelo largo.
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