Las piezas que faltan son 320. Los detectives recorren una y otra vez las casas de compra y venta de anticuarios por el centro porteño en busca de las reliquias que restan hallar de aquel botín robado en el Museo Histórico Nacional: más de 900 monedas romanas, griegas y bizantinas compradas por el entonces presidente Bernardino Rivadavia. El sábado pasado, tres empleados del Museo Histórico Nacional, que depende del Ministerio de Cultura, fueron detenidos por el robo. Según estimaron fuentes oficiales, hasta el momento los agentes policiales recuperaron al rededor de 500.000 dólares, aunque la cifra puede llegar a ser “incalculable”.
La trama del robo comenzó el 14 de febrero pasado cuando un coleccionista le enseñó a un colega su última adquisición; un lote de monedas compradas por el expresidente Rivadavia entre los años 1826 y 1827. Este le dijo que aquellas preciadas piezas eran patrimonio del Museo Histórico Nacional, que no era posible comprarlas. Ante esto, el dueño de las reliquias se dirigió a la Justicia a realizar la denuncia.
El caso empezó a ser investigado por el fiscal federal Guillermo Marijuán y el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, que ordenó al personal de la Policía Federal y de Interpol una serie de allanamientos, algunos de ellos en el Museo Histórico Nacional. Los detectives determinaron que las monedas estaban guardadas en oficinas de acceso restringido, es decir que no estaban a la vista del público, por lo que se comenzó a rastrear a aquellas personas que podrían llegar a tener ingreso a esa zona del museo. Además los pesquisas establecieron que en ese sector había medidas de seguridad que, se cree, fueron violentadas.
Mientras la investigación avanzaba, según puedo saber Infobae, apareció otra persona que denunció que también había comprado parte de las antigüedades que Rivadavia había traído al país. Luego, el runrún del atraco comenzó a correr en el “mundo” de los coleccionadores e inmediatamente otro hombre llamó al Museo para denunciar que un grupo de personas le habían ofrecido objetos de su catalogo. Personal de la institución corroboró la información y confirmó que era parte del lote de aquellas monedas históricas. Ante esta situación, los detectives afinaron el foco e individualizaron a tres empleados de mantenimiento del Múseo.
Después de observar varias filmaciones, que captaron las cámaras de seguridad del lugar, los identificaron y el sábado pasado los arrestaron. Aunque aún no pudieron dar con el total del botín. Según fuentes de la investigación, las monedas tienen pedido de secuestro nacional e internacional en la base de datos de Interpol. Además, se generó una alerta en la Aduana y a la fuerzas federales a través de un comité argentino de lucha contra el trafico ilícito de bienes culturales, que depende del Ministerio de Cultura.
En el ministerio de Seguridad de la Nación, dijeron que “las 948 monedas greco-romanas: se tratan de la mayor colección existente en la región y poseen un valor incalculable”. Y agregaron: “Las autoridades judicial ordenaron cuatro allanamientos en la ciudada de Buenos Aires y en la provincia".
Después de las detenciones, el fiscal Marijuán constató que las tres personas que, de acuerdo a la prueba colectada, habían encabezado las ventas de las monedas supuestamente robadas trabajaban en el área de mantenimiento el Museo Histórico Nacional, por lo que tenían un acceso total a todas las áreas del lugar. Según precisaron las fuentes policiales, los detenidos son un padre junto hijo y un tercer hombre. Uno de ellos trabaja en el lugar desde hace 25 años. Fuentes judiciales informaron que de las 980 monedas robadas ya fueron recuperadas más de 500 -devueltas por los distintos compradores denunciantes- y permanecen bajo la custodia del área de Patrimonio Cultural de Interpol. La causa está en secreto de sumario y no se descarta que hayan nuevas detenciones.
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