Fátima Florencia Acevedo, de 25 años, era intensamente buscada desde el 1 de marzo en Paraná, provincia de Entre Ríos. Jorge Nicolás Martínez (35), su ex pareja y padre de su hijo, fue allanado tras su desaparición y luego de un peritaje sobre su teléfono celular estaba detenido. Había motivos para sospechar de él. ″Ya estoy podrida de denunciarlo en la policía y que nadie haga nada, ni la policía ni el juzgado ni nadie", decía Fátima el 15 de noviembre de 2019 a su amiga Florencia López (25) en un audio de WhatsApp.
Fátima había conocido a Nicolás en 2014 y habían mantenido una relación que sus amigas describen como un vínculo signado por el maltrato. El 31 de enero pasado él la interceptó en la calle, la amenazó afilando un cuchillo e intentó arrojarle ácido muriático en el rostro. Desde ese día, Fátima vivía en la Casa de las Mujeres de la Municipalidad de Paraná. Ya lo había denunciado varias veces y la última vez antes de su muerte fue el 11 de febrero, cuando manifestó ante la Justicia que Martínez estaba merodeando la zona del refugio.
“Ayer fui al Juzgado a ver qué es lo que había pasado con las últimas denuncias que yo había hecho, que nunca me llegaron los papeles de las órdenes de restricción, ni nada y ¿qué me dieron? Un papel del año 2018 que no me sirve ni para mierda”, le contaba Fátima a su amiga en el mensaje de voz de hace tres meses.
“Encima como andaba con la cabeza recontra embolada me di cuenta recién hoy cuando llegué a casa. Ya no sé qué hacer. No veo la hora de que ese hijo de puta caiga preso y que pague todo lo que está haciendo. Pero bueno, como tiene gente en la policía y el juez es amigo de él y de toda su familia, nunca va a pasar nada”, decía la joven en lo que ahora suena como una horrible premonición.
“Nicolás sacó licencia sin goce de sueldo, por lo tanto a partir del 10 de diciembre estamos en la calle con el gordo. Aparte el viejo nos rajó a la mierda”, le contaba a su amiga en otro mensaje. “El señor vino a hacer problemas, cortó la luz antenoche y una de las vecinas lo filmó. Así que nos pidió que nos vayamos, que hasta el 10 tenemos tiempo. Por lo tanto quedamos en la calle y el gordo sin comida, sin nada, pobre. No quiere verlo, no quiere saber nada de nosotros ni de la criatura, nada. Y yo no sé qué mierda hacer”, le decía en medio de un suspiro largo.
Si bien la Justicia le había otorgado a Fátima un botón antipánico y le había dictado a Martínez medidas de restricción de acercamiento, recién le fueron notificadas el 6 de febrero. En el interín, el 1 de marzo último, Fátima salió de la Casa de las Mujeres para llevar a su hijo Isaías a la casa de una tía y, según relató su amiga Florencia a Infobae, nunca más volvió al refugio.
Una semana más tarde, a las 10.45 de este domingo, el Servicio de Información y Comunicación del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos confirmó que durante las tareas de rastrillaje hallaron los restos de la joven “en un pozo de 18 metros de profundidad”. El fiscal Leandro Dato, a cargo del caso, dispuso la realización de la autopsia que se realizará este lunes por la mañana.
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