Fue a bailar a un boliche de Rosario y dos días después lo encontraron muerto en el Río Paraná

Había sido visto por última vez en la madrugada del lunes. Su familia denuncia que los patovicas lo echaron de la disco a los golpes y lo arrinconaron contra una baranda, tras lo cual el joven cayó al agua

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Carlos Orellano tenía 23 años. Su familia apuntó contra los patovicas del boliche
Carlos Orellano tenía 23 años. Su familia apuntó contra los patovicas del boliche

Tras más de 48 horas de incertidumbre y desesperación, durante la tarde de este miércoles se encontró flotando en el río Paraná el cuerpo de Carlos Daniel Orellano, quien era buscado desde la madrugada del último lunes, cuando fue visto por última vez dentro de una disco ubicada en la costanera central de la ciudad de Rosario. Tenía 23 años.

Según trascendió, fue una mujer quien divisó el cadáver en una zona cercana al boliche, a unos 20 metros, para luego alertar a la Policía, que a su vez dio aviso a la Prefectura Naval. Los familiares, que luego reconocieron el cuerpo, no creen que Orellano haya sufrido un accidente. Por el contrario, sostienen que su caída al agua fue un hecho forzado y culpan por ello a un grupo de patovicas que echó al joven del local nocturno a los golpes.

Orellano había ido a bailar el domingo por la noche al boliche Ming House River de la Estación Fluvial, en la costa rosarina. Sus amigos subieron a redes sociales fotos de aquella noche. Una de las imágenes permite saber que el joven estuvo allí al menos hasta las 4.30. Lo que sucedió después es un misterio. Sus amigos lo perdieron de vista y desde entonces lo estaban buscando.

De acuerdo a los testigos, el muchacho intentó ingresar al sector Vip de la disco sin autorización, ante lo cual los empleados de seguridad tomaron la decisión de expulsarlo. Con mucha violencia, según dijo el padre de Carlos, Edgardo Orellano.

El hombre afirmó que su hijo, que trabajaba como empleado de una fábrica de electrodomésticos, fue sacado a los golpes y que los patovicas lo arrinconaron contra una baranda, tras lo cual Carlos cayó al agua.

Me siento como un padre al que le arrebataron a un hijo por una pulsera. Su delito fue haber entrado al VIP sin la pulsera. Ahí empieza todo, en vez de pedirle que se retire lo empujaron de arriba, le golpean la cara contra el piso, él se enoja y ahí lo ‘amansan’ y lo sacan a las trompadas desde el boliche para acá", comenzó a relatar.

Y continuó: "En un momento lo meten en este embudo, en vez de sacarlo para avenida Belgrano, y ante el temor de que le peguen más, cuando llegan lo aprietan contra la baranda y pasa para el otro lado. Ahí no se sabe si se resbala y se cae, si lo empujan o si le pegan una trompada y cae desmayado al agua”.

Una de las pruebas en que se basan las sospechas de la familia de Orellana sobre el presunto acorralamiento tiene que ver con un “sendero de rastros de sangre” que va desde el interior del boliche a la baranda del muelle 3.

En esta foto se ve a Carlos dentro del boliche, antes de la desaparición
En esta foto se ve a Carlos dentro del boliche, antes de la desaparición

La investigación del caso está en manos del fiscal de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti. La derivó de su par de Homicidios Culposos Valeria Piazza Iglesias, quien en medio de la búsqueda ya había ordenado el peritaje de cámaras de la zona, además de la lista de empleados del boliche y el listado de llamados al 911 y a la central de Prefectura.

Saldutti dijo que no se encontraron rastros de sangre en el interior de la discoteca aunque sí en la parte trasera del local. “La gente del boliche no reconoce ningún problema esa noche”, comunicó el fiscal, que secuestró los teléfonos de los 12 patovicas y del propietario del local bailable. También los de los dos policías adicionales que trabajaron la noche del domingo.

Previo al hallazgo del cadáver, la familia Orellano apuntó precisamente contra el accionar de los policías, además de los empleados de seguridad. Y denunció en una conferencia de prensa brindada este mediodía “graves irregularidades” en la investigación, sosteniendo que hubo demoras intencionales tras el pedido por averiguación de paradero.

A raíz de esta situación, el Ministerio Público de la Acusación abrió una investigación paralela por una posible red de complicidades de encubrimiento policial. Como primer medida, secuestraron el libro de guardia de la comisaría 2 y dieron intervención a la Agencia de Control (ex Asuntos Internos).

Mientras continúa las pesquisas, el cadáver fue enviado al Instituto Médico Legal donde se realizará la autopsia.

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