Luego de que este miércoles los ocho rugbiers detenidos por golpear hasta la muerte a Fernando Báez Sosa se presentaran frente a la fiscal Verónica Zamboni para hacer sus declaraciones ante el cambio en la imputación ocurrido a comienzos de esta semana, hoy llegaron para ser indagados Alejo Milanesi (20) y Juan Pedro Guarino (19), los dos jóvenes del grupo que pese a estar en libertad son considerados partícipes necesarios del crimen y continúan imputados en el expediente.
Los dos protagonistas de esta jornada judicial llegaron alrededor de las 11:45 junto al abogado Hugo Tomei a la UFI N° 6 de Villa Gesell a cargo de la fiscal Verónica Zamboni. En principio, Guarino llegó acompañado por su padre y Milanesi por su madre. Se retiraron poco después de las 14:30 en la misma camioneta en la que llegaron. Fuentes cercanas a su defensa aseguraron a Infobae que ambos jóvenes se negaron a declarar ante la fiscal, que los convocó tras los cambios en la acusación de comienzos de esta semana.
En el día de ayer, la defensa de los acusados a cargo del abogado Hugo Tomei pidió la presencia del juez del caso, David Mancinelli, como una suerte de “garantía”, en un gesto de desconfianza a la fiscal. La presencia de Mancinelli se convertía en una rareza, algo infrecuente en el sistema acusatorio de la Provincia. Sin embargo, Tomei dejó en claro que Mancinelli no sería llamado para presenciar las declaraciones de hoy.
Cuando el pasado 10 de febrero la fiscal Verónica Zamboni solicitó la liberación de Milanesi y Guarino, argumentó que, pese a que está probado que se encontraban en Villa Gesell con el resto del grupo la noche del crimen, hasta ese entonces no había elementos suficientes para ubicarlos en el lugar del hecho, sobre todo por la falta de resultados positivos en las ruedas de reconocimiento y en las pericias a los teléfonos celulares. “Debe cesar la medida de coerción personal que pesa sobre ellos, en relación a la conducta endilgada en autos; dado que toda duda en el proceso debe ser valorada a favor de los imputados”, había señalado Zamboni en su pedido de prisión preventiva para los otros ocho.
En efecto, a Milanesi ninguno de los testigos pudo reconocerlo como agresor de Báez Sosa ni de ninguno de sus amigos. Solo uno de ellos lo vio parado en las inmediaciones pero sin participar de la brutal golpiza. Cuando fue detenido a las pocas horas del asesinato, el joven presentaba lesiones en sus manos, pero no pudo acreditarse de forma fehaciente que se hayan producido la madrugada del 18 de enero.
Por su parte, a Guarino las cámaras de seguridad de Le Brique lo ubicaron a la salida del boliche; también aparece en una filmación que se encuentra en el celular de Lucas Pertossi. Sin embargo, en ninguno de los dos casos se lo pudo situar concretamente en la agresión. Aparece caminando, pero no golpeando. Los testigos tampoco lo señalaron como agresor de Fernando o de alguno de sus amigos. No obstante, días atrás se filtró una foto de parte del grupo de jóvenes tomada minutos después del homicidio, en la que aparece junto a Maximiliano Thomsen, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Lucas y Luciano Pertossi, “Es todo muy triste por la familia de Fernando, pero con Juan Pedro se hizo justicia”, expresó Raúl, el padre de Guarino tras la liberación de su hijo.
El cese de la prisión tras 12 días de encierro en el penal de Dolores no implicó la desvinculación del proceso de los jóvenes; de hecho, continúan acusados como “partícipes necesarios”, y de acuerdo a cómo avance la investigación existen posibilidades de que vuelvan a la cárcel.
Fernando Burlando, abogado de la familia Báez, reiteró que seguirá exigiendo la detención de Guarino y Milanesi. “No esperamos que se quiebren porque en definitiva no necesito nada de ellos, ni siquiera su confesión”, señaló esta mañana en diálogo con Radio La Red. “Con lo que hay en la causa hay elementos y herramientas como para arribar a esta certeza que necesita una condena. Tenemos elementos sobrados. Esto es un trámite para nosotros después de lo que ya se ha instruido”.
En tanto en la indagatoria de este miércoles a los ocho rugbiers detenidos, ninguno pidió disculpas, ninguno se quebró ni accedió a responder a preguntas. Cuestionaron a Zamboni –desconfían de ella–, se quejaron de aparentes errores procesales y reclamaron la presencia del juez David Mancinelli como garantía.
"Nos mintió que nos había mostrado el expediente y que se había leído y no era cierto. Nosotros nos sentimos muy frustrados por la Justicia. No se nos explicó nada. Nos dijeron cosas que no entendimos y nunca se nos dio el espacio para que nos expliquen qué era lo que estaba pasando. A nosotros nos condenó la sociedad antes que cualquier juez o fiscal. Nos condenaron los medios diciendo todo lo que supuestamente había pasado. Ellos tenían los videos y nosotros nos enteramos por nuestras familias el día de visitas, ya privados de nuestra libertad. Nos enteramos todo lo que había pasado ese día porque nunca nos lo habían explicado”, se victimizó Thomsen criticando el accionar de la fiscal. Esa misma estrategia de defensa utilizaron el resto de los rugbiers en sus declaraciones.
Además denunciaron amenazas de otros presos. “Estamos toda la noche escuchando que nos gritan que tienen precio nuestras cabezas, que nos quieren violar”, expresó Thomsen; "los mismos internos nos dicen que a nosotros nos pueden lastimar y no les va a pasar nada porque el propio Burlando dijo que los defendería”, agregó Ciro Pertossi. “Nosotros estamos separados de la población pero en algún momento nos van a juntar y por eso tenemos miedo”, remarcó Blas Cinalli.
Seguí leyendo: