Este jueves por la mañana, los ocho acusados de matar a patadas a Fernando Báez Sosa estuvieron ante el juez de la causa, David Mancinelli, en la audiencia que se llevó a cabo en el Juzgado de Garantías N°6 de Villa Gesell. Sólo uno de los rugbiers habló: “Ninguno de nosotros quiso que pase lo que pasó”.
La audiencia fue solicitada por la defensa de los jóvenes, a cargo de Hugo Tomei, y por los abogados de la familia de la víctima, Fernando Burlando y Fabián Améndola, luego de que el pasado lunes la fiscal Verónica Zamboni haya pedido la prisión preventiva para los 8 imputados. El juez escuchó los argumentos de cada una de las partes y deberá resolver la solicitud de la fiscal, que fue presentada con un escrito de 250 páginas en las que se incluyeron como pruebas los resultados de pericias telefónicas, declaraciones de más de 20 testigos y los resultados de las ruedas de reconocimiento.
“Ustedes por el momento no han prestado declaración en el proceso, con lo cual en esta audiencia no deberíamos escucharlos hacer un relato sobre lo que pasó en el hecho, pero si tienen algo para manifestar respecto de su situación, respecto del lugar de alojamiento, alguna cuestión que les parezca de utilidad, este es un momento oportuno", invitó el magistrado a los jóvenes. A su vez, aclaró: “Si alguno tiene algo que manifestar, es su derecho, sin perjuicio de que en cualquier momento de este proceso en que quieran declarar lo pueden hacer y en cualquier momento del proceso en que tengan una petición para hacer ante el juzgado. Yo el mismo día que ustedes hagan la petición los voy a recibir en el juzgado”.
Mientras Máximo Thomsen fue el único en llorar -"un llanto de tristeza", aseguró un presente-, sólo uno de los rugbiers hizo uso de la palabra: “Lo único que quiero decir es que lo que pasó, ninguno de nosotros quiso que pase, es así”. La voz que se escucha en el audio que se filtró y publicó C5N corresponde a Blas Cinalli (18), uno de los más jóvenes del grupo, imputado como partícipe necesario y que, según fue avanzando la investigación, “existen elementos probatorios para ubicarlo en una participación criminal esencial en la comisión del hecho” y como “agresor directo de Fernando”.
“Para eso está la declaración propiamente dicha, pero entiendo”, respondió Mancinelli, quien les aseguró que no permitiría que sean maltratados dentro de la cárcel por penitenciarios o por otros detenidos. En otras palabras, afirmó que su seguridad está garantizada.
Por su parte, el abogado de los acusados, Tomei, hizo varios planteos. Según confirmaron altas fuentes de la investigación a Infobae, pidió la nulidad de las ruedas de reconocimiento, una de las principales pruebas del caso que complicaron fuertemente a Máximo Thomsen, acusado de ser uno de los autores materiales del crimen junto a Ciro Pertossi. Además, presentó una denuncia penal contra Zamboni por la posibilidad de que hayan participado “testigos inducidos” en esas mismas ruedas. Tomei también apuntó contra la cobertura del caso por parte de los medios de comunicación, al considerar que se generó “un circo mediático”, y cuestionó a los abogados de la familia de la víctima por supuestamente instigar el odio contra sus defendidos a través de sus declaraciones.
Al concluir la audiencia habló Fabián Améndola y confió que Tomei pidió la prisión domiciliaria de los acusados. “Fundó eso porque entiende que no los puede defender por la presión mediática. Hizo responsable a la prensa de lo que manifestó que era una presión que ellos no toleraban y en función de eso pidió que se acordara un arresto domiciliario. A su criterio sería la medida a partir de la cual ellos podían empezar a defenderse. No tiene ningún sustento el argumento para nosotros. Que el caso tenga una difusión mediática no influye en que ellos tengan perfectamente a su alcance todas las medidas para su defensa”, declaró ante la prensa.
Tras la jornada de este jueves se espera que el juez resuelva los planteos y pedidos de las partes. De determinarse la prisión preventiva, los ocho jóvenes serán trasladados del penal de Dolores a otra cárcel de la provincia, probablemente a la Unidad N°57 de Campana.
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