Maximiliano Ovejero, un joven de Ciudad Oculta, mantuvo una discusión en una casa de la manzana 5 del asentamiento con Julio Eduardo Rodríguez, un hombre de la zona, 12 años mayor que él. Rodríguez, según las acusaciones en su contra formuladas por la Justicia, sacó un arma y disparó varias veces contra Maximiliano. Una bala impactó en su cráneo y murió. Rodríguez se dio a la fuga para no volver.
Así, el caso, calificado como un homicidio simple, quedó en manos del Juzgado Nº57, hoy a cargo del doctor Daniel Ghirlanda. La investigación fue encomendada a la división Homicidios de la Policía de la Ciudad. El lunes por la mañana, Rodríguez fue finalmente encontrado en la pequeña ciudad de Simoca, provincia de Tucumán, de apenas 8 mil habitantes de acuerdo al último censo nacional, con una superficie de 5 kilómetros cuadrados. El prófugo fue detenido y quedó en una celda tucumana, a la espera de ser trasladado para su indagatoria.
La Policía de la Ciudad comenzó el rastro con registros telefónicos. Luego, localizaron a personas cercanas al acusado, sabían que tenía a su círculo íntimo en la zona del barrio Dorrego de Mataderos. Entonces, llegó el dato: Rodríguez se había ido a Tucumán, donde tenía familiares. Obtuvieron números de teléfono que fueron intervenidos, lo que permitió enfocar la búsqueda en la zona de Simoca, donde encontraron que vivía la familia de su padre. Además, allí tenía una novia. Fue en la casa de su novia en la que fue capturado, con el apoyo de la Policía provincial del destacamento de Lamadrid.
Rodríguez, encontraron los investigadores, no usaba su propio DNI, sino el de su hermano, para moverse entre localidades de la zona como Sud de Lazarte y Monteagud, lo que volvió difícil ubicarlo. Efectivamente tenía el DNI de su hermano cuando la Policía porteña lo detuvo, así como un celular que podrá ser peritado.
No es la primera vez que Rodríguez irá a una cárcel: ya había estado preso dos años en un penal federal, para salir un año antes del crimen de Ovejero. Antes había trabajado para varias empresas, entre ellas una compañía postal.
Por otra parte, no es la primera vez que Simoca, sede de una tradicional feria histórica y afectada por inundaciones en los últimos días, llega a las crónicas policiales. Otro prófugo por un femicidio fue detenido en la zona a fines del mes pasado: oriundo de la ciudad, huyó allí tras matar a golpes de maza a su pareja en el barrio Victoria de San Miguel de Tucumán. En mayo del año pasado, un hombre de Simoca mató a puñaladas a su concubina y luego intentó suicidarse.
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