Antes de su detención, antes que los rugbiers lo incriminaran y sufriera los peores días de su vida, Pablo Ventura ya tenía su propia sentencia sobre la conducta de los diez detenidos en el caso: Matías Franco Benicelli (20), Ayrton Michael Viollaz (20), Máximo Pablo Thomsen (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Fidel Pertossi (20), Alejo Milanesi (20), Tomás Enzo Comelli (19), Juan Pedro Guarino (19), Ciro Pertossi (19) y Blas Sinalli (18).
Los había sufrido en carne propia. Padecía bullying, una de las acciones más cobardes que la manada aplica sobre alguien al que tienen “de punto”.
En Zárate todos lo sabían: “Estos pibes armaban quilombo a la noche”. Allá se hablaba de “noches de ir a pudrirla” a la disco Apsara, la que está de moda en la ciudad. “Aparecía un problema por una chica y ya empezaba. No es por el alcohol. No me parece. A veces ni siquiera tomaban”, agregaban. Y aún con los diez rugbiers del club Arsenal Zárate en prisión, se negaban a dar sus nombres, tal es el temor que generaban.
Y a Pablo “lo tenían de punto, sabelo", como dijo uno de los amigos que conocen a los asesinos de Fernando y a Ventura. Para ellos era motivo de burla. Aunque no necesariamente eran golpes, “lo deliraban”.
También sostienen que el remero, que ya fue sobreseído legalmente, no se daba cuenta. O quizás, de acuerdo a lo que se sabe ahora a través de sus chats, sí lo hacía. Y sufría en silencio.
El viernes 17 de enero por la tarde, Pablo habló por Whatsapp con un amigo. Una conversación normal donde Ventura le propone a su amigo juntarse por la tarde o la noche. Este le dice: “Mi mamá mañana y el domingo labura, por eso cenamos nosotros”.
Esa noche cena con su padre en la parrilla La Querencia, como se vio en los videos.
Y luego, va al departamento de su amigo a las 11.30 de la noche del viernes. Y al llegar le escribe “Afuera”, para indicarle que baje a abrirle.
En este punto, son importantes los testimonios que quienes estuvieron con él esa noche brindaron a la justicia. Una chica atestiguó que Pablo estuvo el resto de esa noche en la casa de un amigo, con ella y otra chica. Yo llegué a la casa a las 2.50 horas de la madrugada de ese sábado. Cuando llegué estaba F., la mamá durmiendo, y después llegó C.. Nos quedamos ahí hasta las 05.00 horas de la madrugada mas o menos... Tengo una conversación en mi teléfono con F., que me decía que estaba en la casa con Pablo...”.
También su amigo dijo ante la fiscal que “ese viernes a las 23.30 horas de la noche aproximadamente me manda un mensaje que estaba afuera de mi casa. Yo estaba con mi mamá en la habitación, ella acostada en mi cama, habíamos terminado de cenar. Mi mamá se fue a cenar, yo me quedé con Pablo. Cerca de la una de la madrugada, ya del sábado 18 de enero, Pablo subió una historia a Instagram, de las que duran 24 horas, en la que me veo yo jugando en la computadora. Cuando pasó todo esto, como se borran a las 24 horas las historias, tuve la cautela de hacer una grabación de la pantalla para conservarla...". Luego detalló la llegada de las dos chicas a las 03.15 horas de la madrugada. "Estuvimos en mi casa hasta las 05.00 de la madrugada”, culminó.
La fiscalía también recibió el testimonio de una vecina de Pablo, que atestiguó que “entre las 05.00 y las 05.20 de la madrugada del sábado 18/01, Pablo estaba ingresando con su Peugeot 208 de color blanco, que es el auto que usa habitualmente”.
Ese mismo sábado arreglan para la tarde. Pablo le dice "venite 4/4.30 o 5″. Su amigo le da un “Ok” y le pide “baja el fornite”, el popular juego de consola.
Lo siguiente que aparece en el chat es un recorte de la noticia de la detención de los rugbiers de Zárate, a quienes ambos conocían.
-“Sí, lo vi”, señala el chico que conversaba con Pablo.
-"Tremendo, man", responde Ventura.
-"Ojalá los metan bien en cana", dice el amigo.
-"Sí. Los odio, a Lucas Pertossi más que nada. Y Benicelli tmb", finaliza Ventura.
Y ahí se terminan las referencias. Luego, Pablo y su amigo continúan hablando de sus planes para esa tarde.
Luego vendría la pesadilla: la detención, los dos días a la sombra. Su salida el 21. Y la definitiva luz de su inocencia recién el 4 de febrero.
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