Faltaban unos minutos para la medianoche del martes cuando ingresó un llamado al servicio de emergencias 911. Era una mujer que alertaba a la Policía por una entradera que se estaba cometiendo en ese mismo momento, un robo a su casa y con ella como una de las víctimas.
“Por favor, me están robando, me están robando”, alcanzó a decir con desesperación la joven. De repente el diálogo se interrumpió y solo se escuchó de fondo el ruego de la víctima: “Por favor, no me hagan nada. Llevate lo que quieras, el auto, de verdad”, le dijo a los tres ladrones armados que ingresaron a su vivienda del barrio porteño de Versalles.
La joven relató luego ante las autoridades que al escuchar los golpes a la puerta de la casa, se escondió en su cuarto e hizo la llamada a través de su teléfono celular. Mientras eso ocurría, los delincuentes maniataron a sus padres en la planta baja de la propiedad. Tras ello, en la recorrida por las habitaciones, la descubrieron. Ella ocultó el celular debajo de su cama y así la conexión con el operador del 911 continuó.
Efectivos de la Comisaría Vecinal 10 B de la Policía de la Ciudad acudieron a la casa, ubicada sobre la calle Virgilio al mismo tiempo que la joven reanudó la conversación y contó: “Eran tres tipos armados. Nos ataron y nos robaron plata, joyas, aros, anillos, alianzas y las llaves de dos autos (que finalmente no se llevaron). No sé si treparon por el techo de un vecino. Yo vivo en un dúplex donde hay cuatro departamentos. No sé cómo se metieron". Y advirtió: "Puede que estén metidos en el pasillo”.
Al arribar al lugar, los policías habían observado a los delincuentes cuando intentaban fugarse. Impartida la voz de alto, los ladrones ingresaron nuevamente dentro de la vivienda, trabaron sus puertas desde el interior y escaparon por los techos de las casas aledañas.
De inmediato arribaron otros móviles y se puso en marcha un operativo de rastrillaje en la zona. Los ladrones no llegaron lejos, los atraparon a los pocos minutos: uno de ellos fue encontrado oculto en una vivienda ubicada sobre la calle Camarones al 5300, en tanto que los otros dos fueron descubiertos en una casa de Moliere al 800.
Entre sus pertenencias, los agentes encontraron una mochila, dos teléfonos celulares, dinero en efectivo y un arma de fuego tipo revolver con sus respectivas municiones.
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 4, a cargo de Martín Yadarola, dispuso la detención y el traslado de los tres imputados, dos de nacionalidad chilena y el restante brasileño, a dependencias de la Policía de la Ciudad, bajo los cargos de “tentativa de robo a mano armada, privación ilegítima de la libertad, lesiones y resistencia a la autoridad”.
Por su parte, médicos del SAME brindaron los primeros auxilios a las victimas por los golpes recibidos por parte de los delincuentes.
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