Los hermanos acusados de haber asesinado a su padre, el domingo pasado en la localidad neuquina de Zapala, fueron beneficiados con la prisión domiciliaria, según informaron fuentes judiciales.
Así lo dispuso la jueza de Garantías de dicha localidad, durante un audiencia de revisión de medidas cautelares en la que no hizo lugar a un pedido de la fiscalía, que consideraba que existía el peligro de que ambos jóvenes puedan entorpecer la pesquisa.
El Ministerio Público Fiscal (MPF) de Neuquén informó que la magistrada, a pedido de la defensa, resolvió revocar la prisión preventiva que pesaba sobre los hermanos de 21 y 27 años, quienes seguirán imputados como coautores del “homicidio agravado por el vínculo” de su padre, Orlando Jara (51).
Según el informe judicial, la jueza autorizó a que ambos jóvenes cumplan con la prisión domiciliaria en un inmueble de Zapala, alejado del barrio donde ocurrió el crimen. Se trata de la vivienda de unos amigos, cuya dueña le aseguró al diario Río Negro que conoce a los acusados desde que eran chicos y que son buenas personas, al tiempo que culpó del crimen al padre de ellos porque “le gustaba tomar y se volvía violento”.
Además, la magistrada dispuso que ninguno podrá abandonar la vivienda, que la fiscalía puede disponer rondines policiales o visitas de control en el domicilio y que los acusados no podrán tomar contacto con testigos del hecho.
El lunes, la fiscal jefa Sandra González Taboada y el fiscal de la causa Marcelo Jofré habían requerido que ambos acusados permanezcan detenidos con prisión preventiva por entender que existía riesgo de que entorpezcan la investigación.
De acuerdo a la acusación, el hecho investigado ocurrió el 26 de enero último, entre las 8.30 y 8.50, en el barrio Zona 2 de Zapala, donde hubo una discusión entre Orlando Jara y sus hijos. Luego, la víctima salió a la calle donde fue atacado a puñaladas y golpeado con un fierro y una piedra que le lesionaron el cráneo y el corazón y le provocaron la muerte.
Por su parte, Diego Jara, el hermano del medio, dijo al diario Río Negro que “los vicios” de su padre “hicieron decaer mucho” a su familia. “Él siempre estaba borracho y nos golpeaba mal. Se la agarraba con mi mamá y a nosotros no nos quedaba otra que poner el cuerpo por ella. Yo no podía ver llorar a mi mamá en el piso porque mi papá le estaba pegando”, recordó el joven entre lágrimas.
“Ahora estoy partido al medio porque nunca imaginé que iba a llegar a esta situación (...) Nosotros siempre buscamos hacer las cosas bien. Nunca fuimos de tomar alcohol, de tomar porquerías que te dan en la calle”, indicó. Según Jara, el mayor de los acusados era un “excelente” soldado voluntario y una “gran persona” y el menor también era una “gran persona”.
En tanto, un hermano de Orlando Jara señaló que “le duele un montón” lo que sucedió pero que va a “apoyar” a sus sobrinos porque él sabía cómo era su hermano."Mi hermano me dijo que un día iba a matar a su familia y se iba a matar él. Así que me lo llevé al campo para prevenir eso y estuvo un par de meses conmigo. Se volvió, me lo volví a llevar y él volvió otra vez", recordó. “Conmigo nunca fue violento, pero a través de otras personas supe que maltrataba a sus hijos”, indicó el hombre y añadió que sus sobrinos “son buenos pibes”. “Los perdono”, concluyó.
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