Pasadas las 3.30 de la mañana, los 10 rugbiers acusados de matar a golpes Fernando Báez Sosa abandonaron la Comisaría 1ª de Pinamar en un móvil policial custodiado por camionetas y motos de la Policía de la provincia de Buenos Aires y fueron trasladados al penal de Dolores, a donde llegaron aproximadamente a las 5 y donde permanecerán en una celda aislados de otros presos hasta que se les dicte prisión preventiva.
Los 10 detenidos y Pablo Ventura -el joven remero de 21 años implicado en el hecho por el resto de los acusados que fue liberado y regresó a su casa de Zárate este martes por la noche- participaron en los últimos días en una serie de ruedas de reconocimiento.
“Me llama la atención la falta de arrepentimiento de los rugbiers, incluso encontrándose en una situación tan grave cómo la que están”, describió Fabián Améndola, abogado de la familia Baéz Sosa sobre el momento en que tuvo contacto con los acusados durante ese procedimiento. “Salían de las ruedas de reconocimiento y se reían entre ellos. Genera indignación porque son autores de un hecho criminal y todavía tienen el tupé de estar riéndose. No cabe explicación”.
“Hubo cuatro jornadas en las que 12 testigos intentaron reconocer a los integrantes del grupo que atacó a Fernando. El resultado final es que de los 10 rugbiers, nueve fueron reconocidos con alguna participación o en el lugar de los hechos. Con lo cual, nos resta saber si el décimo estuvo o no en el lugar”, expresó respecto de Alejo Milanesi, el único que no fue señalado por ninguno de los testigos.
“Para eso aguardaremos el resultado de algunas pericias porque puede ser que por algunos videos o por las pruebas sobre las prendas y zapatillas que se secuestraron surjan elementos para poder acreditar la presencia”, indicó el letrado en diálogo con Radio La Red. “Por el momento seguimos sosteniendo la coautoría de todos”.
“No sabemos si la fiscalía va a sostener el mismo grado de participación con que lo hizo al momento de la detención. Había muchas menos pruebas que las que hay ahora en el expediente”, señaló Améndola y aclaró que no se descarta que “alguno de los 10” pueda recuperar su libertad. En el caso de Milanesi, expresó que para determinar su rol en el hecho aguardarán los resultados de las pericias. Es decir, “si en su ropa, en su teléfono o en las imágenes surge algún elemento que lo pueda situar en el lugar”.
Améndola reiteró también la importancia el último testigo que se presentó y que se encontraba del otro lado de la calle en el momento en que Fernando era agredido. “Lo que dijo fue que se quedó prácticamente paralizado. Vio cómo le pegaban y cómo le pegaban a un muchacho que quiso ir en defensa de Fernando y se quedó realmente conmocionado”, indicó. “A la mañana siguiente escuchó por la radio las noticias y tomó conocimiento de que la persona que él había visto había fallecido y dijo que no podía dejar de pensar en eso. Hasta que en un momento vio a padre en una nota televisiva y eso lo motivó a llamar a la comisaría”.
“En 35 años como abogado nunca vi un caso igual, de estas características. Espero que sea un caso bisagra para las autoridades no solo públicas sino de los centros educacionales y deportivos actúen”, agregó. “Hay un clamor social para que este caso sea realmente una bisagra en el comportamiento social de estos chicos que salen y cometen esos desmanes. Es la gota que rebalsó el vaso” concluyó.
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