Otra vez, los diez acusados del cobarde ataque que le costó la vida a Fernando Báez Sosa llegaron con sus remeras sobre la cara a la Jefatura Distrital de Villa Gesell para una nueva rueda de reconocimiento por el crimen. Otros tres testigos amigos de la víctima deberán reconocer a quienes golpearon a Baéz Sosa y a quienes permitieron que suceda como partícipes necesarios, con Verónica Zamboni, la fiscal del caso, presente en el lugar.
Los diez acusados de Zárate llegaron desde la Comisaría 1° de Pinamar, donde permanecen juntos desde fines de la semana pasada. Sus padres los visitan allí, les llevan bolsos de ropa y comida. Marcial Thomsen, padre de Máximo, imputado como coautor del homicidio, declaró al salir de una visita “Están destrozados, es una pesadilla total. No hicieron ningún plan para matarlo, eso es una locura”.
Se espera que el abogado Fernando Burlando llegue esta mañana a la Jefatura Distrital. Pablo Ventura, el joven falsamente acusado por los detenidos y liberado por falta de mérito, permanece vinculado a la causa y es parte de las ruedas. No es trasladado con el resto y llega al lugar solo cuando llega su turno. Hasta ahora, ningún testigo lo marcó.
Las medidas de seguridad en torno al procedimiento se vuelven más estrictas. La semana pasada, un video del interior de la rueda fue filtrado y llegó a los medios. La fiscal Zamboni ordenó prohibir a los policías que participan de la rueda el uso de celulares, según confirmaron fuentes cercanas al expediente a Infobae. A pesar de esta decisión, todavía no se tomaron medidas contra el personal. La fiscal Zamboni da por hecho que fue tomado por un efectivo dado el ángulo de las imágenes, y no por uno de los “extras”, los falsos imputados que se mezclan con los verdaderos en la rueda.
Con el devenir de los días, varios alrededor del expediente suponen una teoría que no parece tan inverosímil: ¿se fractura la unidad entre ellos? Hay varios imputados que no fueron reconocidos por los testigos de manera concluyente, como Juan Guarino, Blas Cinalli y Alejo Milanessi.
El viernes por la mañana, se conoció un sugestivo audio de Lucas Fidel Pertossi, primo de Ciro, acusado de ser partícipe necesario del crimen. “Cada uno sabe el rol que tomó en la pelea y que se haga cargo”, dijo. ¿Comenzó una grieta entre ellos? Los diez habían mostrado un frente unificado en Tribunales, todos con los mismos abogados defensores, negándose a declarar en su indagatoria. Hay fuentes del caso que pintan una escena tras la detención: Máximo Thomsen en un supuesto rol de líder, ordenando al resto.
Sin embargo, el hermetismo en el grupo es grande, pero no total. Según Fabián Améndola, abogado de la familia de Fernando Báez Sosa, “trascendió que alguno habría manifestado que no había participado porque se habría ido antes del local”.
No es la primera vez que suena este rumor cerca de los acusados. Diversas fuentes precisaron que supuestamente no todos dicen haber estado frente a la disco Le Brique cuando ocurrió el crimen y que el frente legal se quebraría. Sin embargo, otros cerca de los jóvenes de Zárate lo desmentían a mediados de la semana pasada y aseguraban que la estrategia se mantenía.
Por lo pronto, fuentes en el Gobierno bonaerense afirman que el penal de Dolores, el más cercano a la fiscalía que investiga el expediente y el más sobrepoblado de la provincia de Buenos Aires con una tasa de exceso de presos de un 340% según un reciente informe de la Comisión Provincial por la Memoria, ya aseguró el cupo para los diez acusados. Llegarían tras el fin de las ruedas de reconocimiento. Para todos ellos, que no cuentan con antecedentes penales en territorio bonaerense, será su primera vez en una cárcel. El pedido de cupo enviado por la Justicia al SPB no menciona ninguna medida especial de resguardo de otros internos, algo que podría ser ordenado por las autoridades del penal.
Mientras tanto, las pericias del caso que fortalecerán un eventual pedido de prisión preventiva de la fiscal Zamboni junto a los resultados de la rueda ya están agendadas para comenzar, análisis a su ropa, sus celulares y la prueba scopométrica a la zapatilla manchada con sangre encontrada en la casa que los jugadores alquilaban.
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