Sábado 18 de enero.
Fernando Báez Sosa, de 19 años, y unos diez amigos fueron a bailar al boliche Le Brique de Villa Gesell, en la Avenida 3 y 102. Habían conseguido tickets para el VIP, ubicado en el primer piso. Franco, uno de sus amigos, le pidió que bajaran para ver de cerca el show del trapero Neo Pista, del que es fanático.
3.30 de la madrugada, en uno de los temas comenzaron a hacer pogo. Por un mal movimiento, según le declararon sus amigos, Fernando tocó sin querer a uno de los rugbiers de Náutico Arsenal Zárate que también estaba allí.
Minutos más tarde, el mismo testigo señaló que había “dos chicos alterados que nos incitaban a la pelea, intento calmar todo y recibo golpes de puño.” Uno de los que lo atacaba, a quien no identificó, le dijo: “El problema no es con vos, es con tu amigo, me voy a quedar esperando”. Esto podría indicar que hubo premeditación.
El personal de seguridad de Fernando echó a los rugbiers y a Fernando del boliche, pero lo hicieron por separado. Según estableció la Justicia, los agresores esperaron unos 40 minutos a su víctima.
Fernando cruzó hasta un kiosko, y compró un helado. Una testigo contó que lo oyó decir que le habían querido pegar entre seis dentro de Le Brique, pero que no estaba preocupado.
Un grupo de amigos de Fernando se retira del boliche, y se quedan esperando a los que todavía estaban dentro. En ese momento los rugbiers ven a Fernando y son atacados. Un testigo escuchó: “Se hicieron los guapos adentro del boliche, ahora van a ver”. Una chica contó que mientras pegaban alguien dijo “dale que lo vas a matar, vos podés”.
En un video se observa como a Fernando le pegan una terrible patada en la cabeza cuando ya está en el suelo e inconsciente. En otro, como otros rugbiers de Zárate impedían que sus amigos lo pudieran auxiliar. Se observa claramente que uno de los chicos agredidos es arrojado al piso
A las 4.45, un video ubica al grupo de Zárate a 100 metros del lugar del asesinato. Esa imagen fue clave para identificar a cinco de ellos.
Cinco minutos después Virginia, una chica de 17 años que también había salido del boliche, se acercó y le hizo RCP a Fernando junto a un policía.
A las 4.55 de la madrugada del sábado, una mujer llamó desde “la Secretaría de Seguridad” al número 107 del SAME de la provincia de Buenos Aires. “Tengo ahí en Le Brique un masculino. Le dieron una golpiza y quedó inconsciente. Está muy golpeado”, Tres minutos después, otra mujer que trabaja en la Secretaría insistió con una segunda comunicación: “Tengo dos, tres llamados del mismo evento. Gritan que no respira. Dale”.
La ambulancia trasladó a Fernando hacia el Hospital Arturo Illia, donde ingresó con pérdida de conocimiento y murió minutos después.
Quedron a cargo de la investigación el fiscal Walter Mércuri de la Unidad Fiscal Descentralizada Nº 8 de General Madariaga y la fiscal Verónica Zamboni, de la UFI 6 de Villa Gesell.
Alrededor de las 10.30 la mañana, mientras dormían en la casa que habían alquilado en Villa Gesell (un lugar llamado “Departamento Los Horneros” de la Calle 203, a 300 metros del lugar del crimen), tres policías hallaron a los sospechosos siguiendo el rastro del más reconocible: Matías Benicelli. Tenían marcas en las manos que denotaban una pelea reciente. Como no tenían esposas suficientes llamaron refuerzos. Detuvieron a Máximo Pablo Thomsen (20), los hermanos Ciro y Luciano Pertossi (18 y 19 años respectivamente) y su primo Lucas Pertossi (20); Matías Franco Benicelli (20); Ayrton Michael Viollaz (20); Enzo Tomás Cometti (19); Blas Cinalli (18); Alejo Milanesi (20) y Juan Pedro Guarino (19).
En el lugar encontraron una zapatilla con sangre. Cuando preguntaron de quién era, les respondieron “de Pablo Ventura”. A eso se sumó el dato aportado por una testigo, que vio a alguien irse en un auto blanco.
Por pedido del fiscal, el juez de Garantías David Mancinelli ordenó la captura de Ventura, a quien, pensaban, su padre había ido a buscar para que zafara. A las cinco de la tarde, una delegación de la DDI de Zárate llegó a la casa de la familia Ventura. Los policías preguntaron por Pablo, lo trasladaron a una dependencia y le informaron que estaba detenido por el crimen de Fernando.
Fue trasladado de inmediato a Villa Gesell, donde fue alojado en la DDI local, separado del resto de los detenidos: cinco de ellos estaban en la Comisaría 2 de Gesell, y otros tantos en la 1 de Pinamar.
19 de enero
Fernando fue velado en una cochería de Caballito. Allí habló Silvino, su padre: “El fiscal me dijo que a Fernando lo mataron como a un animal y espero que la Justicia haga su parte”.
El papá de Ventura, José María, contó que “Pablo nunca salió de Zárate ni estuvo en Villa Gesell. El viernes a la noche comimos en La Querencia, un conocido local de la costanera de Zárate mi esposa, Pablo y yo. A las 21.15 buscamos buscamos mesa y nos fuimos cerca de las 23. Después de cenar con nosotros estuvo con unos amigos y amigas en un departamento de acá”.
Los rugbiers, por su parte, se negaron a declarar ante la fiscal Verónica Zamboni.
El fiscal Mercuri, a su vez, describió la acción de los agresores. Dijo que tenían un plan, que hubo premeditación, y apuntó a dos de ellos: “A algunos les imputo la coautoría, que son los que golpearon en la cabeza a Fernando, que se ven en todos los videos…. Uno de ellos le aplica la patada, que según la autopsia, es la patada mortal. Después hay partícipes, porque el resto estuvo acompañándolo y también participaron de la pelea pero con los amigos de Fernando”.
20 de enero
Se conoció el resultado de la autopsia de Báez Sosa. La conclusión fue que sufrió “un traumatismo severo de cráneo, un golpe muy fuerte en la cabeza que le provocó un sangrado interno y la muerte inmediata”. Y que, además, tenía un fuerte golpe en la mandíbula.
A las 10.30, los restos de Fernando fueron sepultados en el Cementerio de la Chacarita. “Que se haga justicia por mi hijo”, pidió Silvino, su papá.
De los 11 detenidos, el único que declaró fue Pablo Ventura. Lo hizo ante la fiscal Zamboni. Aportó el video donde estaba cenando en Zárate y entregó su teléfono celular para que sea peritado. Su madre, Marisa, dijo: “Hay dos víctimas, el chico asesinado y mi hijo”.
El boliche Le Brique emitió un comunicado para lamentar la noticia, pero al mismo tiempo se viralizó un flyer para promocionar sus bailes donde decía “LBQ es fiesta”.
Jimena Barón, que iba a dar un show esa misma noche en Le Brique, lo canceló: “Yo no voy a hacer guita con Villa Gesell de luto”.
Los fiscales Mercuri y Zamboni cambiaron la carátula de la causa: de “homicidio en riña” pasó a ser "homicidio agravado por concurso premeditado de dos o más personas y alevosía”. Con este nuevo status, los acusados podrían ser condenados a prisión perpetua.
21 de enero
El municipio de Villa Gesell decretó duelo por 48 horas.
A 500 kilómetros de allí, en Zárate, el apoderado del Club Náutico Arsenal Zárate Marcelo Urra, aseguró que “era habitual” que los rugbiers acusados “golpearan a uno entre varios”.
Además, el club suspendió a quienes eran socios activos de la institución: Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Alejo Milanesi y Blas Cinalli.
Se pospuso la rueda de reconocimiento para el jueves 23. Como los rostros de los acusados habían tomado estado público, el doctor Hugo Tomei, abogado de 10 de los detenidos, pidió que la medida sea impugnada.
La fiscal Verónica Zamboni imputó a Máximo Thomsen y a Ciro Pertossi como coautores del homicidio.
Por la noche fue liberado Pablo Ventura. La fiscal no pudo establecer que haya participado del ataque.
El abogado Fernando Burlando anunció que se haría cargo de la representación legal de la familia de Fernando Báez Sosa. La madre había contado que el muchacho iba a estudiar abogacía porque quería ser como Burlando. En el día a día de la causa está el doctor Fabián Améndola, que pertenece al mismo estudio.
22 de enero
Por primera vez, los padres de los diez detenidos pudieron visitarlos en las comisarías donde se hallan alojados.
Se anunció que el lunes 27 de enero comenzarán a peritar los teléfonos celulares de los detenidos en la División de Operaciones Técnicas de la Agencia Regional, ubicada en la Escollera Norte de Mar del Plata.
También que la próxima semana serán analizadas en Tierra del Fuego las 19 zapatillas secuestradas en la casa que alquilaban los rugbiers. Especialmente una de ellas, que tenía rastros de sangre. Los investigadores creen que coincidiría con la marca en el rostro de Fernando, que hallaron en la autopsia hecha en Pinamar.
Tras una marcha que tuvo lugar por la noche, las autoridades de Villa Gesell decidieron clausurar el boliche Le Brique.
23 de enero
A las 8:30, decenas de jóvenes llegaron a la Jefatura Distrital de la Policía Bonaerense en Villa Gesell para participar de la rueda de reconocimiento de los rugbiers. Los había reclutado la Policía Bonaerense esa misma madrugada en paradas de colectivos y a la salida de boliches como Pueblo Límite.
Desde allí fueron derivados al Centro de Convenciones Néstor Kirchner de esa localidad, donde se hizo el procedimiento dada la cantidad de gente citada.
Tres amigos de Fernando debieron ver, detrás de un vidrio, a los acusados.
Pablo Ventura, aunque liberado, todavía está vinculado a la causa, y debió participar.
Dos testigos señalaron como uno de los agresores a Máximo Thomsen, uno de los dos acusados de ser el autor material del asesinato. También fue identificado Enzo Comelli (a quien la justicia imputó como partícipe necesario), como quien le asestó el primer golpe a Fernando. Y Ciro Pertossi, el otro imputado como coautor del crimen, fue reconocido parcialmente como quien comenzó la pelea dentro del boliche Le Brique.
Juan Cruz Hasevocs, uno de los jóvenes que participó de la rueda de reconocimiento, contó que Máximo Thomsen le dijo: “Fue una pelea de pibes normal, pero excedida”.
Se conoció un audio de Lucas Pertossi, primo de Ciro Pertossi, acusado como coautor. En el mismo dice: “Salimos a divertirnos y la vida nos jugó una mala pasada, pero no por eso me voy a condenar, ni me voy a entregar”. Y además, “cada uno sabe el rol que tomó en la pelea y que se haga cargo” y “me duele lo que pasó, arruinar a una familia. Me hago cargo porque estuve”.
Los diez rugbiers fueron reubicados en la Comisaría 1 de Pinamar, que cuenta con más espacio.
Por la tarde hubo una marcha en memoria de Fernando, de la que participó su novia, Julieta, y sus padres. Graciela, la mamá, señaló: “Estoy muerta en vida. Mi hijo me da fuerza para que se haga justicia”
24 de enero
Tuvo lugar la segunda de las cuatro ruedas de reconocimiento de los imputados. La situación de los rugbiers Máximo Thomsen (20) y Enzo Comelli (19), dos de los diez imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, quedó aún más complicada. Según datos de fuentes judiciales a los que tuvo acceso Infobae, tres testigos identificaron nuevamente a Thomsen –acusado de ser el autor material del homicidio– como uno de los atacantes que le pegó a Fernando cuando este estaba de rodillas, ya inconsciente. Es el más comprometido en la investigación, ya que fue identificado de manera directa por cinco testigos distintos. Por su parte, Matías Benicelli (20) fue señalado como el arengador: los testigos indicaron que fue quien alentó a los demás a que le pegaran a Fernando, y que se encargó de evitar que otros intercedieran y defendieran a la víctima.
La justicia habría establecido que los rugbiers esperaron afuera del boliche durante 40 minutos a Fernando para golpearlo. Por eso la última calificación que le puso la fiscal Zamboni a la causa es homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, que tiene como única pena la prisión perpetua.
En Zárate hubo una marcha hasta la Municipalidad para pedir justicia en la que participó Marisa, la madre de Pablo Ventura: “Vinimos a demostrar el apoyo de nuestra familia a la familia de Fernando”
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