Mañana miércoles se producirá otra de las pruebas más importantes para terminar de esclarecer el asesinato de Fernando Báez Sosa, el chico brutalmente atacado a golpes por un grupo de rugbiers en Villa Gesell. Seis amigos de Fernando que estaban al momento del hecho participarán de una rueda de reconocimiento para determinar la participación de cada uno de los detenidos, qué responsabilidad le cabe a cada uno, con dos detenidos hasta ahora acusados de ser autores materiales y otros nueve catalogados como partícipes necesarios.
La Justicia, con los fiscales Verónica Zamboni y Walter Mercuri, busca más certezas para determinar puntualmente quiénes estuvieron en el lugar, los que golpearon a Fernando y quién fue el que dio la patada mortal con la víctima ya inconsciente.
“El reconocimiento se iba a realizar hoy pero se suspendió para mañana porque la mayoría de los amigos de la víctima quería estar en el entierro de Fernando. Además son muchos y lleva tiempo. Por eso se programa para mañana desde temprano”, dice una fuente del caso a Infobae.
El otro obstáculo con el que se encontró la fiscalía de la doctora Zamboni para realizar el procedimiento es el lugar físico para hacerlo. No encontraron, hasta ahora, un espacio lo suficientemente amplio aunque creen que van a poder solucionarlo para mañana. Esa rueda de reconocimiento es especial porque se necesita mucha gente. Es que, además de los 11 imputados, se van a elegir de la vía pública a 22 personas más que tengan una coincidencia física con los detenidos.
La rueda se realizará en una sala con un vidrio espejado en el cual los amigos de la víctima verán a los imputados pero no al revés. Los testigos pasarán de a uno. Del otro lado del vidrio los detenidos también desfilarán individualmente pero acompañados de tres personas más que nada tienen que ver con el hecho pero poseen características físicas parecidas. Cada uno tendrá un cartel con un número colgado del cuello. El orden en el que estarán lo decidirán los abogados defensores.
La primera de las preguntas que realizará la doctora Zamboni es si identifica a alguno de los agresores entre las cuatro personas que ve. Si la respuesta es afirmativa le solicitará al amigo de Fernando que en ese momento esté en la rueda que diga el número de la persona que reconoció. Los números son del 1 al 4 y cambian a medida que pasan los detenidos para que los culpables no tengan siempre la misma identificación.
La última pregunta será: ¿qué grado de participación tuvo en el hecho? Esa es la parte que más le interesa a la Justicia. Teniendo en cuenta que se están analizando las imputaciones puntuales a cada uno y los distintos grados de responsabilidad será fundamental saber a quién de los detenidos los amigos de Fernando señalan como el que pegó la patada mortal.
“Para nosotros esta prueba no vale nada. Pierde total sentido. Los chicos amigos de la víctima miraron televisión, escucharon comentarios de periodistas, vieron los videos editados por los canales, leyeron redes sociales. Están contaminados. No sirve como prueba para esta defensa”, dice una fuente cercana a la defensa de los rugbiers.
Según pudo reconstruir Infobae en base a fuentes judiciales, luego del asesinato los agresores se juntaron en la puerta del restaurante Cipriani, que queda frente al boliche. Esta secuencia se puede observar con claridad gracias a las cámaras de la zona. Este medio logró acceder a una captura de esas imágenes. Luego de conversar unos segundos emprendieron el camino hacia la casa que habían alquilado.
Según consta en el expediente, primero tomaron por la vereda este de Avenida 3, luego la fuga siguió hacia avenida Buenos Aires, es decir hacia el norte de la ciudad. Este recorrido se logró establecer en base al seguimiento realizado por los domos de seguridad del municipio. Según lo que se puede observar los rugbiers vuelven caminando tranquilos, calmados. Como si nada hubiera pasado, se van a dormir. Los despertaría la Bonaerense para detenerlos.
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