La fiscal Verónica Zamboni ordenó tres medidas de prueba para determinar si Pablo Ventura, de 21 años y uno de los 11 detenidos por el crimen el sábado pasado de Fernando Báez Sosa, estuvo o no en Villa Gesell. Los resultados, que podrían estar entre hoy y mañana, son fundamentales para el futuro del acusado porque determinarán si queda en libertad y desvinculado del caso, o no.
Fuentes judiciales informaron a Infobae que la fiscal le pidió a la empresa de telefonía celular de Ventura que le notifique en qué antenas impactó su aparato el viernes por la noche y el sábado a la madrugada; que la Dirección Distrital de Investigaciones (DDI) de Zárate, de donde son todos los acusados, secuestre las imágenes de un restaurante de esa localidad donde Ventura dijo que cenó con sus padres; y un cotejo de las zapatillas de todos los detenidos con una marca en el rostro de Fernando, que fue asesinado a golpes en la cara enfrente del boliche Le Brique.
Las medidas surgieron después de la indagatoria que dio ayer Ventura ante la fiscal. Fue el único de los 11 detenidos que declaró. Allí dijo que cuando ocurrió el crimen no estaba en Villa Gesell, sino en Zárate. Relató que el viernes a la noche cenó en el restaurante “La Querencia”, que luego fue a la casa de un amigo y volvió a su domicilio.
Para confirmar sus dichos, el abogado de Ventura, Jorge Santoro, llevó a la Fiscalía a tres personas para que declaren. Una de ellas es la vecina de la familia del acusado que contó que el sábado a las cinco de la mañana vio entrar al muchacho a su casa. Es prácticamente la misma hora en la que Fernando fue asesinado.
También declararon una chica y un chico que dijeron que el sábado a la madrugada estuvieron con Fernando en el domicilio del muchacho. Los dos señalaron que estuvieron hablando y que subieron una historia a la red social Instagram donde se ve al acusado. Las historias duran 24 horas en la plataforma, pero el testigo dijo que cuando supo sobre la detención hizo una captura de pantalla.
Ventura fue detenido el sábado en su casa de Zárate. ¿Cómo surge su nombre vinculado al crimen? Lo dieron los otros 10 detenidos, integrantes del equipo de rugby del club Arsenal de Zárate, cuando la Policía allanó la casa que alquilaban en Villa Gesell después del homicidio. Fuentes de la investigación relataron que cuando los oficiales realizaron el procedimiento hicieron referencia a las zapatillas que había en la casa, los otros acusados dieron el nombre de Ventura como una de las personas que también se alojaban allí, pero aseguraron que se había ido. Los 10 rugbiers fueron identificados por cámaras de seguridad del boliche, del municipio y de negocios de la zona y por el relato de testigos.
Con las imágenes de las cámaras de seguridad del restaurante y la ubicación del celular de Ventura se podrá determinar dónde estuvo el sábado a la madrugada. Si bien las antenas nunca dan una ubicación exacta, sí permiten establecer un radio. En este caso, no quedará duda de si Ventura estuvo en Zárate o en Villa Gesell.
La tercera medida de prueba que ordenó la fiscal Zamboni se vincula con Ventura, pero también con el resto de los acusados. En el rostro de Fernando, de 18 años, estudiante de abogacía y en pareja desde hacía un año, quedó una huella o marca de los golpes que recibió y se ordenó cotejarla con las zapatillas de los 11 detenidos que están en poder de la Justicia.
Además de Ventura –que no integra el equipo de rugby, sino que practica remo– el resto de los detenidos son Matías Franco Benicelli (20), Ayrton Michael Viollaz (20), Máximo Pablo Thomsen (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Fidel Pertossi (20), Alejo Milanesi (20), Tomás Enzo Comelli (19), Juan Pedro Guarino (19), Ciro Pertossi (19) y Blas Sinalli (18). La Justicia constató que ninguno tiene antecedentes penales de condena.
Todos están acusados del delito de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, que tiene la única pena de prisión perpetua. Para la Fiscalía, dos de los detenidos le dieron a Fernando los golpes mortales y los otros nueve colaboraron con el crimen, pero golpearon a los amigos de la víctima para impedir que le presten ayuda.
El crimen se desencadenó por una pelea cerca de las 3:30 dentro del boliche por la que los jóvenes fueron sacados del lugar. “Se hicieron los guapos adentro, a ver cómo les va afuera”, dijo en la calle uno de los dos rugbiers acusados de golpear a Fernando, según el relato de testigos.
También se conoció la declaración de una chica que trabaja en el boliche. “Uno de los pibes que tenía una camisa blanca le dijo a otro ‘¿te lo querés llevar de trofeo?’, y ahí fue la última patada. Fernando quedó en el piso y nunca más se levantó”, relató, y agregó que otras personas que observaban la agresión alentaban a los rugbiers y les decían “pegale, dale, lo vas a matar, dale que vos podés”.
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