El cuerpo hallado este jueves por la noche parcialmente calcinado, en una zona rural del departamento cordobés de San Justo, es del médico ginecólogo Daniel Casermeiro, quien se encontraba desaparecido desde hace una semana. Así lo confirmó a la agencia Télam el fiscal a cargo de la investigación, Bernardo Alberione.
El hallazgo se produjo este jueves por la tarde en un sector de pastizales al costado de la ruta provincial A10, en cercanías del límite con la provincia de Santa Fe y de la zona rural donde el domingo pasado fue encontrado el automóvil BMW cupé blanco que pertenecía al ginecólogo.
Los investigadores aseguraron que el cuerpo se encontraba en medio de pastizales, parcialmente calcinado y afirmaron que parte de la vestimenta estaba a salvo, por lo que podía ser reconocida.
El fiscal a cargo de la investigación, Bernardo Alberione, ordenó que el cadáver sea trasladado a la morgue para la realización de la autopsia y esta noche confirmó que se trataba del médico desaparecido.
De todas formas, fuentes del Ministerio Público Fiscal de Córdoba aseguraron que mañana a las 11 el fiscal ofrecerá una rueda de prensa en los Tribunales de San Francisco para brindar detalles sobre el avance de la pesquisa y el resultado de la autopsia al cadáver.
En los últimos días, su familia había ofrecido una recompensa de un millón de pesos a quien aportara información sobre el paradero de Casermeiro.
Pese a que los propios familiares insistieron durante todo el fin de semana en que la ginecología y obstetricia era el único ámbito en el que se desarrollaba el hombre desaparecido, el registro comercial de Casermeiro arrojó que el médico creó hace 15 años una “sociedad de servicios inmobiliarios realizados por cuenta propia”, junto a su esposa, María del Valle Peretti.
La historia comenzó en la mañana del jueves pasado, cerca de las 10, cuando Casermeiro abandonó su clínica médica, aún cuando tenía pacientes en lista de espera. Según su entorno, antes había acudido a un banco, del que habría retirado de una caja de seguridad lingotes de oro, joyas, 800.000 pesos y algunos dólares, con vistas a una operación inmobiliaria.
Cerca del mediodía, habló con su esposa y luego fue visto en el pueblo Estación Luxardo, ubicado a unos pocos kilómetros de San Francisco. Allí, acudió a un kiosco, donde compró tres bebidas energéticas, charló con el joven que lo atendió y hasta bromeó con el lujo de su auto. El hombre no pudo certificar si el médico viajaba solo o si se encontraba acompañado.
Más tarde, se comunicó con su socio para intentar adelantar una reunión, pero ese encuentro nunca se llevó a cabo. La última señal de su celular se registró cerca de las 16 y en la misma zona de Estación Luxardo.
Posteriormente, su automóvil se encontró intacto, con todo el dinero, las joyas y los lingotes de oro.
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