“Siempre estuve en la casa de Victoria, ellos me dieron de comer. Me trataron bien”. Con estas palabras comenzó el lunes su declaración en Cámara Gesell A., la nena de 10 años que estuvo desaparecida 6 días en Punta Indio y que finalmente apareció en la casa de sus vecinos Victoria Agüero y Eric Rivarola el 15 de octubre pasado.
A raíz de este testimonio, el juez decidió cesar la prisión preventiva de ambos y recuperaron la libertad este martes. Incluso, tras la declaración de A. hasta podría cambiar la imputación. Hasta ahora, Agüero y Rivarola estaban acusados de sustracción de menores.
Infobae logró reconstruir los detalles de la declaración que cambió la causa.
El 9 de octubre pasado, una noticia conmocionaba a gran parte de la sociedad y mantenía en vilo a los medios de comunicación que transmitían en vivo desde Punta Indio los detalles de la desaparición de A. Había dos testimonios que copaban la escena mediática. El de Magdalena, la mamá de la nena, que pedía desesperadamente la aparición de su hija y el de una vecina llamada Victoria Agüero que aseguraba estar ayudando en la búsqueda y decía que probablemente la nena se había marchado por sus propios medios por los maltratos que sufría por parte de su mamá. La investigación para dar con el paradero incluyó múltiples equipos de la Policía Bonaerense abocados al operativo y un desfile constante de familiares y allegados que declararon en la fiscalía del doctor Juan Menucci. Pero había dos declaraciones en particular que llamaban la atención de la Justicia. La de la propia Victoria y la de su novio, Eric Rivarola. Tanto es así que cuando ya se habían cumplido casi seis días de la desaparición, y la situación se tornaba angustiante, el fiscal decidió hacerlos declarar nuevamente. Las contradicciones aparecieron de a montones.
Se decidió que quedaran detenidos unas horas para luego liberarlos y seguir sus movimientos. Dio resultado. Esa misma mañana del 15 de octubre, la propia Victoria se presentó ante la policía para decir que A. había aparecido en su casa. Al principio, tanto ella como su novio, contaron que la nena había aparecido sola en un auto abandonado en el fondo de la casa. Era mentira y quedó comprobado algunas horas después cuando se quebraron y confesaron que en realidad siempre la habían tenido con ellos dentro de la casa. Desde ese momento hasta ahora están detenidos por haber secuestrado a un menor.
“La nena pudo declarar recién ahora porque los psicólogos habían recomendado que no lo hiciera antes. No solo no estaba preparada psicológicamente sino que su testimonio estaba claramente influenciado por la pareja de vecinos. Es posible que eso no haya cambiado en la actualidad pero los informes psicológicos nos decían que ya estaba en condiciones de entrar en la Cámara Gesell”, explicó a Infobae una fuente de los tribunales de La Plata.
En su declaración testimonial, frente a una psicóloga especializada, A. contó cómo la trataron los 6 días que estuvo desaparecida y cómo hizo para estar, supuestamente, escondida dentro de la casa de sus vecinos a pesar de que el lugar fue allanado 5 veces, revisado con perros de búsqueda y visitado por decenas de periodistas: “Siempre estuve en la casa de Victoria. Me trataron bien. Me daban de comer. Cuando venía la policía me escondía en el placard y me tapaba para que no me vean. También me escondía en el sótano (NdeR: se referiría a un altillo, ya que la casa no tiene sótano)”.
También contó cómo fue el momento en el que pensó en irse: “Decidí irme un rato y cuando estaba en la casa de Victoria dije que me iba a quedar ahí. No estuve con nadie más, solo son ellos dos”. Este punto que la menor aclara es importante para la investigación. Es que siempre se sospechó de la participación de una tercera persona que se quedaba con la nena cuando la pareja estaba declarando o dando notas en televisión aunque no se logró identificar y no hay pruebas que puedan acreditar esa teoría.
La joven también es contundente cuando habla de Magdalena, su mamá. Es enfática al decir que no quiere volver a verla. Durante la declaración respondió acerca de si recibía algún tipo de maltrato por parte de ella: “Mi mamá me retaba y me hacía hacer cosas en la casa”. Según los especialistas se refiere a actividades cotidianas que no son compatibles con alguna situación violenta.
Para los investigadores, el testimonio de la joven puede estar aún influenciado por la pareja de vecinos. A pesar de que no tiene contacto desde la detención, en tribunales razonan que esos 6 días en los que la tuvieron a la nena en su casa pudo ser tiempo suficiente para llenarle la cabeza o prepararla para decir lo que les convenía. A pesar de esto, el hecho de que la nena tenga más de 10 años y haya declarado oficialmente de que se fue por sus propios medios cambia la situación.
Actualmente tanto Agüero como Rivarola están imputados por el delito de sustracción de menores que tiene una pena de 5 a 15 años. En cambio, luego de esta declaración, se especula con que el juez Eduardo Silva Pelosi puede cambiarla al artículo 148 del Código Penal que habla de 1 mes a 1 año de prisión para aquel que “indujere a un mayor de 10 años y menor de 15 a fugar de la casa de sus padres”.
La Justicia cree que la nena está influenciada pero no hay pruebas que demuestren lo contrario a lo que ella dice. Por lo tanto, no hay por qué no creerle. Ese es el punto clave y lo que deberá analizar el jueves el juez para determinar si cambia la calificación por una más benévola. Mientras tanto, A. transcurre sus días en un hogar de abrigo acompañada permanentemente de psicólogos.
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