Fabián Ezequiel González Rojas, el tío de Sheila Ayala, la niña de 10 años asesinada en octubre de 2018 en la localidad bonaerense de San Miguel, será sometido a juicio oral por el “homicidio doblemente agravado” de su sobrina. En tanto, la madrina de la víctima fue sobreseída.
Así lo resolvió el juez de Garantías 3 de San Martín, Mariano Grammatico Mazzari, quien avaló el requerimiento del fiscal de la causa, Gustavo Carracedo, de la Unidad Funcional de Instrucción 20 de Malvinas Argentinas.
Carlos Blomberg, abogado defensor de González Rojas, informó que el magistrado mantuvo el agravante de la alevosía por considerar que el imputado mató a Sheila “aprovechándose y conociendo el estado de indefensión de la víctima”, quien “no pudo defenderse ante una embestida de un sujeto masculino que la superó en fuerza y tamaño” y que en el femicidio “abusó de una relación desigual de poder con la víctima mujer”.
A su vez, el juez dictó el sobreseimiento de Leonela Ayala, tía y madrina de la niña y esposa de González Rojas, quien ya había sido excarcelada por falta de pruebas en noviembre de 2018. Por su parte, el tío de Sheila continúa detenido en la Unidad 9 de La Plata del Servicio Penitenciario Bonaerense.
“No hay ni una sola prueba contra él. Lo único que hay es esa sabanita de Disney que estaba en su cama y luego apareció alrededor del cuello de la niña”, señaló el defensor, quien no descartó que esa tela haya sido “plantada” por los policías que ya habían allanado el domicilio del acusado antes de que se encontrara el cadáver.
En octubre pasado, González Rojas pidió ampliar su indagatoria en la que apuntó contra su primo Víctor Suárez, que fue el que halló el cuerpo en un lugar que, según la defensa, ya había sido rastrillado tres veces antes y con resultado negativo.
“Mi defendido dijo que vio a Suárez sacar un cuerpo y cargarlo en la camioneta. Dio todos los detalles, pero el fiscal y el juez no le creyeron”, indicó el letrado y agregó que el acusado también denunció “apremios ilegales” por parte de los efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones San Martín.
Al analizar la prueba contra González Rojas, el juez valoró como claves que estuvo solo en su vivienda el día del crimen y que la sábana infantil usada para estrangular a Sheila era de la cuna de unos de sus hijos. Además, mencionó que el colchón que fue arrojado para tapar la bolsa que contenía el cadáver también era de su casa y que él mismo lo arrojó, 24 horas después del crimen, al hueco donde fue hallado el cuerpo de Sheila.
Una pericia también confirmó que las bolsas de residuos negras adheridas con cinta de embalar transparente que envolvían el cadáver eran las mismas que fueron halladas recubriendo el colchón de la cama cucheta inferior. donde dormía una de sus hijos.
Sheila desapareció el 14 de octubre de 2018 al mediodía, cuando fue vista por última vez jugando con amigos en el complejo habitacional Campo Tupasy del barrio Trujui de San Miguel, donde vivía con su padre.
Tras cuatro días de búsqueda y acusaciones cruzadas entre los padres por quién podía tener responsabilidad en la desaparición, la policía bonaerense halló el cadáver de la niña dentro de una bolsa y tapado por un colchón, en un sector donde los vecinos arrojaban basura, entre dos paredones. El sitio es lindante a la construcción donde vivían Leonela Ayala y González Rojas, en un segundo piso, desde cuyo balcón, a seis metros de altura, se cree que fue arrojada la víctima.
La autopsia confirmó que la causa de muerte fue un estrangulamiento a lazo con una sábana infantil hallada alrededor del cuello del cadáver y que la niña presentaba fracturas post mortem en sus costillas, que se cree fueron producidas en la maniobra de descarte.
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