El calvario de una joven abusada por su padrastro durante 14 años: su madre no le creyó y la Justicia decidió ignorarla

Los ataques ocurrieron en una pensión. La víctima, que acusó a su abusador por primera vez a los 13 años, fue enviada a un hogar de tránsito. Casi diez años después logró que dos fiscales la escucharan y su padrastro fue detenido este martes

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 La joven fue abusada
La joven fue abusada por su padrastro durante 14 años (foto Shutterstock)

Un hombre de 46 años fue detenido por la Policía de la Ciudad este martes en su domicilio de la calle Santiago del Estero al 700, en Montserrat, acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja durante 14 años, a través de prácticamente toda su infancia y adolescencia. Hace 10 años había sido sobreseído. Hoy la Justicia intenta reabrir esa investigación.

La joven, hoy de 24, fue víctima de violencia sexual y amenazas por parte de quien fuera su padrastro desde sus 7 a sus 22 años. Todo comenzó, según contó la joven ante la Justicia, cuando los tres se fueron a vivir juntos a un hotel familiar en la Ciudad de Buenos Aires. El hombre, por entonces de casi 30 años, esperaba que su pareja se fuera a trabajar y aprovechaba el momento en que quedaban solos en la pensión para abusar de ella.

En el año 2008, seis años después de que comenzaran los abusos, la joven no pudo aguantar más la situación que vivía y le contó todo lo que ocurría a una amiga, que le sugirió hablarlo con las autoridades de la escuela a la que asistían. En ese momento, la nena, que por entonces tenía 13 años, pudo contar que la pareja de su madre abusaba de ella casi todos los días y que, para garantizar su silencio, la amenazaba con que si contaba algo le haría daño a su madre, su abuela y sus compañeras de colegio.

De inmediato se dio intervención al Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que consideró que la mejor solución era disponer el alojamiento preventivo de la niña a un hogar transitorio “para resguardar su integridad” porque su propia madre descreía de los abusos, a tal punto de que se opuso a que su hija enfrentara una revisación médica en el Hospital de Agudos José María Ramos Mejía.

El organismo hizo entonces la denuncia ante el Juzgado N°32 que delegó la investigación en la Fiscalía N°45, por entonces en manos de la fiscal Viviana Fein, hoy ya jubilada. Sin embargo, según apuntaron fuentes cercana a la causa a Infobae, en ese momento el hombre no fue ni siquiera indagado.

Cristina Caamaño, de la Fiscalía
Cristina Caamaño, de la Fiscalía N°4, que está a cargo del caso (foto Adrián Escandar)

La chica vivió varios meses entonces en el hogar de tránsito, lejos de su abusador pero al mismo tiempo fuera de todo lo que integraba su vida antes de la denuncia. Allí, además, era maltratada por sus compañeras, sufría bullying y quería irse de la institución. Ante esa situación, la niña se desdijo de la versión inicial que había dado de los hechos ante la Justicia.

Declaró en una cámara Gesell y dijo que había inventado todo, que había sido por “celos” y que extrañaba su casa, que quería vivir con su madre -aunque eso implicara vivir también con su padrastro- y que extrañaba a sus amigas. Apoyándose en su declaración, el juzgado determinó sobreseer al acusado y archivar la investigación.

En 2009, entonces, la niña volvió a su madre y siguieron los abusos y las amenazas sobre lastimar a su familia y a sus seres queridos. A medida que su hijastra comenzó a crecer y transitar los primeros años de adolescencia, el hombre empezó a extorsionarla con prohibirle salidas con sus amigas, no cubrir sus necesidades o sus estudios universitarios y dejar sin cobertura médica a su madre, que estaba enferma.

Todo el infierno se extendió hasta 2017, cuando ella ya tenía 22: ese año su mamá decidió separarse definitivamente de su atacante. Pero, incluso después de eso, el hombre continuó hostigándola.

Mariela Labozzetta, titular de la
Mariela Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM)

Por eso, la joven tomó finalmente la determinación de denunciarlo ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero sin hacer mención de los abusos para evitar cualquier tipo de represalias de su ex padrastro, que ahora vivía y trabajaba cerca de su casa.

Los resultados de las pericias psicológicas a las que fue sometida para la investigación indicaron sin embargo la presencia de un síndrome de estrés postraumático compatible con victimización sexual. Por eso es que, luego de recibir el asesoramiento del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación, la joven decidió finalmente denunciar los abusos en la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), que dirige Mariela Labozzetta, y se dio inicio a una investigación de la Fiscalía N°4, a cargo de la fiscal Cristina Caamaño.

Tras la recolección de esas pruebas, la jueza Carina Rodríguez, del Juzgado N°29, dispuso su detención y el acusado será indagado e investigado por toda la segunda etapa de abusos, perpetrados entre 2009 (desde que la menor regresó del hogar de tránsito) y hasta 2017.

Sin embargo, tanto la fiscalía como la querella realizaron presentaciones sobre los abusos ocurridos entre 2002 y 2008 -por los que fue sobreseído- en las que coincidieron en el pedido de reapertura de la investigación previa ya que, argumentaron, “no existió cosa juzgada material debido a las falencias que reveló dicha investigación (cosa juzgada írrita), por lo que conforme lo dispuesto por la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional, se remitieron testimonios al juzgado que previno en la investigación de esos hechos, a fin de que se ordenara la reapertura de dicha pesquisa”.

La víctima, en tanto, es asesorada y asistida psicológicamente por personal de la UFEM.

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