Ayer por la tarde, Ángel Eduardo Lozano Azuaje, de 21 años, alias “Cachete”, oriundo de Caracas, el acusado de matar de un tiro calibre .380 en el pecho al empresario Matthew Gibbard el sábado pasado en Salta, tuvo que sentarse en una sala del destacamento del Escuadrón N°45 de Gendarmería en Cabeza de Buey, provincia de Salta, para que le lean un sumario y lo envíen a un calabozo a la espera de instrucciones. Dos hombres acusados de ser sus cómplices lo acompañaban.
Poco antes, Gendarmería había recibido la orden de la jueza Yamile Bernan y la fiscal Ana Yacobucci de detener al interno 4518 de la empresa La Veloz del Norte que había salido a Buenos Aires con rumbo a General Güemes, Salta, a 15 kilómetros de Cabeza de Buey.
La Policía de la Ciudad le había seguido el rastro, extrajeron testimonios que llevaron al micro. Triangularon la información y ubicaron al micro. Así, Gendarmería recibió la alerta.
Lozano permanece en la celda, a la espera de un traslado. Quiénes son sus compañeros es otra incógnita. Una fuente de los organismos de seguridad asegura: “Los otros dos tenían pedido de captura”. Se cree que intentaban un transbordo a Bolivia para fugarse definitivamente.
Sabina Frederic, la ministra de Seguridad de la Nación, destacó el trabajo en equipo de las fuerzas para la captura: “Es el resultado de un trabajo coordinado hacia una política de seguridad como política de Estado”.
En cuanto a “Cachete” queda detallar cómo se vinculó a la banda que mató al empresario y que ya había atacado a golpes a otro ejecutivo en el hotel Intercontinental el pasado 12 de noviembre, un canadiense de 46 años que recibió una violenta paliza en la entrada de la calle Moreno en Montserrat para que entregue su bolso Louis Vuitton donde llevaba una laptop y el cargador. El golpe tenía el signo de la banda: una alta logística, con dos motos y un auto de apoyo. El robo a Gibbard fue cometido con dos autos, entre ellos un Ford Fiesta rojo y una moto, que perdió una manija de un freno que quedó en la escena.
El golpe fue marcado por la torpeza brutal de los ladrones: Stephen Zone, hijastro de Gibbard, recibió un tiro en un muslo. Hubo un tercer disparo con un cartucho percutido que nunca detonó. A “Cachete”, las cámaras de seguridad cercanas al Faena lo muestran empuñando una pistola.
Queda al menos un prófugo, A.R, también venezolano, que ingresó a comienzos de diciembre a la Argentina con antecedentes penales en su país. Según investigadores del caso, es el titular del Ford Fiesta que siguió a Gibbard y a su familia desde el aeropuerto de Ezeiza.
Mientras tanto, el reparto de roles se vuelve claro para los tres argentinos imputados en la causa.
El proveedor de los autos que le alquilaba los vehículos a la banda se encuentra entre ellos, así como el dueño de la moto del hecho del Faena y un autorizado mediante cédula a conducirla.
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