Renato Ricardo Ristori, 60 años, en ese entonces profesor de biología del colegio Carlos Pellegrini, fue denunciado en enero pasado por difundir un meme de contenido netamente sexista, donde ridiculizaba el lenguaje inclusivo. En la imagen además aparecía la cara de una joven de 17 años que había sido alumna suya. “Basta de feminazis”, comentaba el profesor en el post. Tras una probation, el Juzgado N° 12 de la Capital Federal decidió esta semana sobreseer al docente.
La probation de Ristori implicó asistir a 26 horas del Taller de Conversaciones de Género y Cultura que dicta la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo del Gobierno de la Ciudad, realizar tres días de tareas comunitarias que fueron asignadas a una parroquia del barrio de Belgrano y pedirle disculpas a la estudiante, consiguió que la jueza Patricia Ana Larocca del Juzgado N° 12 de la Capital Federal lo sobreseyera de la acusación por “hostigar, maltratar, intimidar” a su ex alumna.
En febrero pasado Ristori fue separado de su cargo por el tiempo que durara el sumario administrativo impuesto por las autoridades de la UBA, de la que depende el colegio Pellegrini. Había sido la madre de la alumna implicada la que lo denunció por hostigamiento a una menor en la Justicia contravencional porteña, lo que derivó en el proceso judicial del que en los últimos días resultó sobreseído.
El profesor, representado por el abogado Christian Saragusti, aseguraba en diálogo con Infobae en aquel momento no ser el autor del meme. Dijo que no vio nítidamente la cara en la imagen antes de publicar, que tiene “un legajo impecable” en el Pellegrini y que hablaba de “feminazis” como “mujeres que defecan en iglesias”. La Asamblea de Padres, en cambio, contrapuso que el docente tenía otros episodios denunciados y actitudes misóginas al menos desde 2016.
“No soy un monstruo”, aseguraba a este medio Ristori, tras la repercusión que tuvo el caso a principio de año. Durante sus más de diez años de trabajo en la institución que depende de la UBA, también dio clases en otros tres secundarios. Ristori tenía planeado jubilarse en marzo de este año. “Y me aparece esto”, se lamentaba, por la denuncia que le llegó “en el último año de vida docente”.
Mientras tanto, los padres en la escuela hablaban en un petitorio de conductas previas inapropiadas, de comentarios como que “a las chicas les gusta la dieta de la banana doblada” en una clase sobre bulimia y anorexia, que el profesor de biología tomaba fotos a alumnas en clase, otros comentarios misóginos, xenófobos.
“Dicen en el petitorio que yo saco fotos. En una clase tenía dos practicantes del profesorado que estaban en mi clase. Terminaban ese día. Y una chica no paraba de hablar. Le dije: 'Te voy a sacar una foto y se la voy a mandar a tus papás. Terminó la clase y me llama el vicerrector. Me dice que la tutora del curso tiene una nota en donde se me acusa de sacarle fotos a una alumna. Nunca le saqué una foto a una alumna. Hay una mentira por parte de la alumna y del adulto que toma esto como verdadero. La tutora del curso me conoce hace 20 años. Nunca me preguntó qué pasó. Llevé al vicerrector y les pregunté a los chicos si yo les saqué una foto. Dijeron que no”, se había defendido el profesor.
El 12 de diciembre pasado, tras la probation, realizar tareas comunitarias y capacitarse en materia de género, la Justicia contravencional porteña definió, según precisaron fuentes con acceso a los documentos: “Suspender el presente proceso de prueba, habiendo transcurrido el término puesto a tal fin (8 meses), y no habiendo el nombrado cometido una nueva contravención, corresponde declarar extinguida la acción contravencional y, en consecuencia, dictar su sobreseimiento en orden al hecho objeto de las presentes actuaciones”.
SEGUÍ LEYENDO: