Qué dijeron las familias de las víctimas de abuso tras el suicidio del cura Eduardo Lorenzo

El sacerdote que fue confesor en la cárcel del padre Grassi se quitó la vida en La Plata luego de que la jueza Marcela Garmendia ordenara su detención

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El cura Lorenzo se suicidio
El cura Lorenzo se suicidio tras enterarse de la orden detención en su contra

Eduardo Lorenzo, el cura acusado ante la Justicia del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado contra al menos cinco chicos menores de edad, en hechos ocurridos en distintos momentos durante los últimos 30 años, se suicidó ayer apenas horas después de enterarse de que la jueza Marcela Garmendia ordenara su detención. El religioso, de 59 años, fue encontrado sin vida en la sede de Cáritas en La Plata, acostado en el suelo y con un arma a su lado. El sacerdote no iba a ser arrestado todavía ya que su abogado había apelado la decisión de la magistrada.

Las reacciones por el suicidio de Lorenzo no se hicieron esperar, especialmente del lado de las víctimas, quienes no dudaron en sostener que con su muerte “no hay justicia” y señalar que gracias al encubrimiento por parte del Poder Judicial y de las autoridades eclesiásticas, el cura pudo permanecer en libertad. “Con su suicidio, Lorenzo termina convalidando la basura de persona que era y de lo que fue capaz. Es un cobarde. Sabía en el fondo, con las pericias, que era consciente de lo que hizo y tuviera las disociaciones en su psiquis que tuviera, sabía lo que hacía. Demostró ante los ojos de la sociedad quién era realmente. Las únicas víctimas son lo chicos que se animaron a denunciarlo”, dijo a Infobae la hermana de una de las cinco víctimas del también ex capellán en el Servicio Penitenciario Bonaerense, que fue confesor del cura abusador Julio Grassi..

En las pericias a las que hace referencia la familiar del joven abusado por Lorenzo se demostró, entre varias cosas, que el cura era “narcisista, sin culpa y perverso”. Este documento resultó ser clave para que la jueza Garmendia ordenara la detención del acusado, tal como se lo habían pedido la fiscal Ana Medina y las víctimas en octubre pasado.

Comunicado de la Red de
Comunicado de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina

Juan Pablo Gallego, abogado de uno de los cinco denunciantes y que también fue querellante en la causa Grassi, aseguró: “Fue un final no buscado ni deseado. No deseamos la muerte de nadie. Ojalá hubiera continuado vivo, lo mata el encubrimiento porque dejó de ser útil pero debiera estar pagando las consecuencias. Todos, empezando por sus superiores sabían. Incubaron un monstruo, lo protegieron y lo idolatraron. El riesgo de que no pudiera vivir de esta imagen grandilocuente que tenía de sí mismo era muy alto. Tendrían que haberlo detenido una semana antes. Lo importante ahora es preguntarse cómo se incuba un monstruo, cómo se lo protege, como termina empujado a hacer lo que hizo. Creo que afortunadamente se alcanzaron hacer las pericias”.

Y agregó: “Hubo una validación de este hombre que debería hoy estar en la cárcel y no en este camino que eligió. Fue una causa emblemática de cómo encubrir, cómo proteger a un poderoso. Pero igual, la verdad salió a la luz”.

Tanto la hermana de la víctima como Gallego hicieron especial énfasis en el presunto encubrimiento por parte de la Iglesia y de la Justicia, que tardó en investigar las denuncias. “Las únicas víctimas son los chicos que tuvieron el coraje de sacarse la mochila, de denunciar y poner el cuerpo. Merecían otra justicia. La Iglesia fue cómplice de este suicidio. La jueza y la fiscal y dilataron todo esto por 11 años. ¿Qué pensaron que iba pasar? Los abogados son cómplices también. ¿Qué pensaron que iba pasar?”, insistió la hermana de la víctima.

“A mi hermano lo trataron de mentiroso. Ni la fiscal ni la jueza, ni la Iglesia tiene derecho permitirse sorprenderse porque lo llevaron a esto. Tenían una denuncia canónica sobre este tipo hace 11 años y no hicieron nada”, denunció.

El cura semanas atrás, en
El cura semanas atrás, en una de sus últimas fotos: fue denunciado por cinco varones

En ese sentido, Gallego señaló que Lorenzo sufría de un “narcisismo atroz hasta el punto que no podía convivir con la realidad de saber que tenía que rendir cuenta ante la justicia” y que “en esta última instancia estaba con quienes los encubrieron en un camino sin retorno”. Coincidió en que “la mejor terapia para las víctimas es la justicia” y que si bien su intención era llegar a una condena, “le dio satisfacción haber transformado la denuncia en una realidad”. “Esta persona, con su suicidio, no cambia su culpabilidad”, sentenció.

Del lado de la Iglesia, el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, emitió un comunicado en el que despidió a Lorenzo y aseguró que se suicidó por la “enorme tensión y sufrimiento" que le causó todo el proceso de las denuncias. “Solamente nos cabe unirnos en oración por él para que el Dios de la vida lo reciba en el amor infinito. El mismo Señor nos ayudará a comprender algo en medio de este misterio oscuro, y nos enseñará algo aún a través de este dolo”, dice parte del texto emitido por Fernández.

“Los encubridores hoy respiran con alivio y ves a un perverso como una especie de héroe. El arzobispo de La Plata buscó intervenir la causa hasta el último momento”, dijo Gallego, mientras que para la hermana de la víctima no hay duda: “Fernández es el culpable del encubrimiento”.

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