El miércoles pasado un delincuente ingresó a robar una joyería ubicada en el barrio porteño de Retiro. Allí estaba una empleada, sentada en el mostrador. El ladrón tomó dinero, unos 10 mil pesos, y algunas joyas. Pero antes de irse abusó de la mujer.
La llevó al baño del local, la manoseó y se masturbó delante de ella.
Una cámara de seguridad del comercio registró parte de la secuencia. En las imágenes se observa a la víctima abordada por el abusador que, aparentemente alterado, gesticula con las manos mientras le habla.
En un momento, la mujer se levanta, abre una puerta y él la va detrás de ella. Poco después, la víctima contó a los investigadores del caso que el hombre la obligó a ir al baño del lugar, donde le exigió que se quitara la remera, la maniató y se masturbó.
La cámara de seguridad, que ilustra esta nota, fue clave: permitió identificar al abusador.
La víctima fue primero asistida por personal del SAME. El abusador, además, la golpeó en la cara antes de escaparse. La trasladaron a una oficina de violencia de género de la Policía de la Ciudad, donde recibió contención psicológica. Luego, radicó la denuncia.
Los investigadores cruzaron datos con otro hecho y establecieron que el mismo ladrón había robado un día antes una zapatería ubicada en Recoleta.
Efectivos de la Comisaría Vecinal 1 A estaban realizando rastrillajes por la avenida Ramos Mejía, en Retiro, cuando obtuvieron un dato clave para encontrarlo: tomaron conocimiento de que estaba dentro de la Villa 31. Fueron para allí y en la recorrida por el lugar finalmente lo encontraron.
El delincuente intentó fugarse, pero lo atraparon a los pocos metros. Desde entonces permanece detenido, a disposición de la Justicia.
En la causa interviene el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional de Instrucción N° 38, a cargo del juez Fernando Caunedo, desde donde ordenaron el arresto por los delitos de “robo reiterado y abuso sexual simple”.
SEGUÍ LEYENDO: