Rubén Darío “El Pepo” Castiñeiras fue visto durante la mañana del lunes en Dolores, precisamente en la Asesoría Pericial del Departamento Judicial de dicha localidad, en donde se realizó las últimas pericias –psiquiátrica y psicológica– para que, a través del informe final, el juez de Garantías Mariano Cazeaux decida si le otorga la prisión domiciliaria.
El músico se mostró en silla de ruedas con un yeso en su pierna izquierda, fruto de la fractura del peroné que sufrió hace 20 días en la Alcaidía N° 3 de Melchor Romero, en La Plata. El juez avaló que “El Pepo” sea trasladado el próximo jueves a la Clínica de la Trinidad de Ramos Mejía, en donde será intervenido quirúrgicamente por el doctor Juan José Drago, especialista en ortopedia y traumatología.
La defensa del cantante pidió que la recuperación de dicha intervención se realice en el domicilio del detenido. Sin embargo, la solicitud fue trasladada hacia el titular de la Alcaidía N° 3 que, por intermedio de la Sección Sanidad de Melchor Romero, deberá responder antes de la operación si el establecimiento se encuentra preparado para que “El Pepo” realice la recuperación posoperatoria en la cárcel. De lo contrario, lo haría en su casa.
“Desde que nací hace 45 años nunca me guionaron nada, menos en un momento de dolor y de padecimiento, como comprendo el de ellos, pero también el mío. A mí no me guionan lo que tengo que decir, me sale del corazón. Y como mi defensa me encuentro a disposición de la Justicia. Siento un dolor verdadero, no estoy pasando un momento lindo de mi vida”, dijo el músico, a quien el 23 de agosto pasado le dictaron la prisión preventiva por la muerte de su representante, Ignacio Abosaleh, y del trompetista Nicolás Carabajal, quienes viajaban en la camioneta Honda CRV junto a la corista Romina Candia, quien sufrió lesiones en un viaje hacia la Costa Atlántica.
“Estoy a disposición de la Justicia como el primer día. Creo que hay respetar el momento que están pasando las familias y ojalá pudiera hablar personalmente con ellos. No me parece correspondiente hacerlo de manera telefónica, siempre me hice cargo de las cosas que me pasaron, de la enfermedad que padezco y también me voy a hacer cargo de lo que me tenga que hacer cargo”, expresó al medio Noticiero Diario.
En su cuenta de Instagram, el cantante publicó una carta en la cual, entre otras cosas, manifestó: “Yo no soy un asesino ni un mal amigo. Muchas personas salieron a hablar de mi situación como detenido, olvidándose del malestar que podría causar en las propias familias de Nico y Nacho. Mintiendo sobre ciertos beneficios que yo tendría... No tenemos ni televisión en el pabellón que vivimos 34 personas, vaya a saber con qué interés o guionados (sic), vaya a saber por quién, también...”.
Ante los rumores de que el cantante Ulises Bueno pagaba $150 mil mensuales para que su estadía fuera diferente a la del resto de los reclusos, “El Pepo” sostuvo: “Ni el abogado querellante hasta la última persona mediática que aseguró en un programa de TV que Ulises Bueno me pagaba un pabellón VIP por $150.000 mensuales no sienten ni el 1% de lo que mi familia y yo sentíamos por Nico –en especial– y por Nacho. Nico era una de las personas más buenas que conocí en mi vida. Manejó varias veces mi camioneta y el auto de mi mujer cuando íbamos a algunos de los shows, por la afinidad que teníamos... Nosotros también lo extrañamos mucho (yo en particular le pido a Dios que lo tenga en paz, a él y a Nacho, que también era muy querido en mi familia y sentimos su partida”.
En relación a las pericias efectuadas, el recurso de morigeración fue presentado por los abogados del cantante, Marino Alejandro Cid y Miguel Ángel Pierri, y debía analizar si efectivamente el cantante cumple la prisión preventiva en un domicilio particular junto a su mujer, Josefina Cúneo, tras argumentar “un cuadro depresivo” que atraviesa el artista, pero el juez decidió realizar antes la pericia.
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