Esta semana, la Departamental de Morón allanó 10 domicilios a lo largo de la zona oeste del conurbano, un caso a cargo de la UFI de Menores Nº1 de la jurisdicción que había comenzado con el robo de un auto denunciado por una mujer. La banda que la atacó era desconcertante: al menos cinco jovenes, varones, menores de edad.
Los encontraron, supuestamente. La Bonaerense tuvo que romper puertas con el apoyo del grupo GAD y de Infantería. Encontraron material comprometedor: cuatro pistolas y revólveres calibre 22, una de ellas con denuncia de robo hecha por una comisaría del oeste hace 12 años atrás, una Bersa 9 milímetros con la numeración limada, una carabina de caza con mira telescópica, una pistola tumbera con un cartucho 12/70, un chaleco antibalas.
Tenían autos, también: un Renault Clío negro que habrían usado para robar, tres Volkswagen Bora desmantelados y sin patentes, una moto Rouser con patente, pero con el número del cuadro ilegible. Y después estaban las autopartes: puertas de 15 vehículos distintos, cuatro asientos, 10 cajas de cambio, 10 faros traseros, 10 sistemas de freno, cajas de cuños.
Hubo ocho detenidos, entre ellos un hombre llamado Miguel, de 40 años, que ya había caído en Morón en 2012, acusado de robo. Luego otro hombre, de 24 años. El resto eran chicos, casi todos de la villa Carlos Gardel, chicos de entre 15 y 17 años. El más joven de ellos, A., alias “El Lata”, de apenas 15 años, nacido en agosto de 2004, sería el líder, el que le daba las órdenes a lugartenientes como “Flamenco" y “El Mamu”.
Para la Bonaerense, la banda tenía un solo fin: robar autos a punta de pistola para desguazarlos para alimentar el mercado negro de los repuestos.
Es irónico. De acuerdo a un estudio de IES Consultores publicado por la revista Fortuna, la industria de los repuestos cayó un 13,3 por ciento en los primeros meses de este año con respecto al mismo período del anterior. Mientras tanto, el mercado negro de los últimos años tiene una especie de superávit desde hace varios años.
En los primeros cinco meses de 2016, por ejemplo, se secuestraron 85 mil autopartes en procedimientos contra desarmaderos y revendedores truchos en todo el país de acuerdo a números de los organismos de seguridad. El 23 de marzo último de ese año, se allanó un local llamado “Autopartes Dacat” en la avenida Eva Perón al 4600, Villa Lugano. En el lugar, se detuvo a su principal responsable, un hombre de 60 años. Tenía más de 3 mil autopartes, en total, una de las listas más completas del mercado de ilícitos en total, valuadas en $4 millones de pesos. No solo no tenía la habilitación del GCBA para funcionar como local, sino también que carecía de la autorización del Registro Único de Desarmaderos, el RUDAC, que regula la actividad bajo la Dirección de los Registros Nacionales de Propiedad Automotor del Ministerio de Justicia. Muchos de los repuestos no tenían sus correspondientes obleas; había puertas en perfectas condiciones pero sin sus cristales. Entre todo el metal, se encontró una chapa de un viejo Fiat Spazio con pedido de captura vigente.
Mientras tanto, los procedimientos se acumulan. A comienzos de este mes, tres hombres cayeron con 500 partes en La Tablada. A fines de octubre, un desarmadero en Moreno fue allanado con otras 600 partes, entre ellas varias de autos de alta gama, entre mazas y cortafierros y cuños para borrar números de serie.
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