Aun dos semanas antes del desenlace, el destino de Nora Dalmasso (51) estaba sellado. Iba a morir asesinada en la madrugada de 26 de noviembre de 2006 en su casa del barrio privado Villa Golf. Pero dos horas antes de morir, tomaba algo con sus amigas en un bar, sin saber lo que la esperaba. Su final se resolvió en una reunión en la que participaron al menos tres hombres, en una casa. El plan parecía sin fisuras y hasta tenía una coartada inmejorable.
Eso es lo que cree el fiscal Luis Roberto Pizarro, para quien el autor intelectual del asesinato fue Marcelo Macarrón, el viudo.
-Su objetivo era cometer un crimen perfecto, y estuvo cerca -le dijo el fiscal a un colaborador.
A 13 años del femicidio
El médico traumatólogo, de 60 años, fue acusado de ser responsable de homicidio calificado por el vínculo, alevosía y por precio o promesa remuneratoria, que prevé una pena de cadena perpetua. El juicio sería en 2020 ante un jurado popular.
Aunque Pizarro es el fiscal que pareciera haber llegado más lejos, aunque no tenga en claro quién mató a Nora porque no pudo ubicar en la escena del crimen al (o los) asesino (s), la investigación en estos 13 años estuvo viciada. Por empezar, en la escena del crimen desfilaron 27 personas, entre ellas el cura de la familia, que tapó a la víctima desnuda por pudor. Después, el desfile de fiscales acusó desde un obrero supuestamente obsesionado con Nora (Gastón Zárate, “el perejil”) hasta a su hijo Facundo. No se siguieron todas las líneas investigativas. Hace apenas dos años retomaron la pista económica pero dejaron de lado la del “amante”. Hoy, Macarrón es el único imputado y en su fuero íntimo siente que no hay pruebas en su contra.
¿Por qué Pizarro puso la mira en Macarrón después de que en el caso desfilaran 10 sospechosos?
Aquí, las 10 claves de la acusación:
* El plan: Contrataron a un sicario mientras Macarrón jugaba al golf en otro país. “Esto lo ideó alguien con la mente muy fría, no fue una decisión de un día para el otro”, razona una fuente judicial.
* Los asesinos: Los pesquisas no tienen en claro cuántos sicarios habrían actuado. Pero se menciona el ingreso de dos ciudadanos colombianos. La pista no fue profundizada. No tienen al autor material.
* Mecánica de la muerte: Según la autopsia, Nora fue golpeada, desvanecida y luego estrangulada con el lazo de su bata y con las manos. Una maniobra mixta. Aunque resulte extraño que un sicario haya actuado sin arma, para los investigadores el autor intelectual buscó confundir. “Esperó que pensarámos que fue una violación, algo más relacionado a una relación extramatrimonial. Fue como si quisieran embarrar la escena del crimen”, sostuvo una fuente del caso.
* La coartada ideal: Mientras Nora era asesinada en Río Cuarto, su marido estaba en Punta del Este, a más de mil kilómetros, adonde había viajado para competir en un torneo de golf. El anterior fiscal, Daniel Miralles, llegó a imputar a Macarrón como autor material. Es decir, según el funcionario judicial: el hoy viudo de Nora alquiló un “avión fantasma” para viajar a Río Cuarto, la estranguló y volvió a Uruguay. Pizarro, en cambio, cree que Macarrón decidió competir en ese certamen para que sea su “coartada perfecta”. A los investigadores les mostró los mensajes que le enviaba a Nora durante el viaje. Ella le decía: “Suerte, amor”.
* Los peritos: Para el fiscal resulta por lo menos llamativo que Macarrón hubiera contratado a los peritos Osvaldo Raffo, autor de más de 30 mil autopsias, y a Raúl Torre, comisario retirado y licenciado en criminología, para iniciar una investigación paralela. “Es como si esa pesquisa fuera direccionada para desvincularlo, de hecho apuntó a personas externas a la casa, más que nada a los obreros o algún amante de la víctima”, dijo una fuente judicial. Para los forenses que elaboraron el informe para Macarrón, Nora se trabó en lucha con el agresor. “En el estrangulamiento, el asesino ejerció una fuerza de 15 kilos durante tres a cinco minutos. Tenía lesiones en el cráneo y en el codo derecho. Se trata de una víctima luchando por su vida, derribada al suelo y transportada a la cama, o sorprendida en ella. No siempre se halla un escenario criminal con muebles derribados, vidrios rotos y regueros de sangre”.
* División Homicidios: Al principio del caso, cuando el fiscal era Javier Di Santo, un grupo de policías de la División Homicidios de Córdoba fueron sancionados por aceptar que el abogado de Macarrón, Daniel Lacase, les pagara alojamiento y viáticos en el Hotel Ópera de Río Cuarto. “Nunca quedó claro qué buscó el viudo con esa actitud”, dicen los pesquisas.
* El móvil: Es lo más confuso. ¿Qué motivos habría tenido Macarrón para mandar a matar a Nora? El fiscal sospecha de negocios turbios, un móvil económico o algo que ella sabía y había amenazado con decir. Y que por eso fue acallada. Pero en el expediente no está claro. Se investigaron los movimientos de dinero del acusado, si era testaferro de un poderoso empresario o político, y hasta su abogado, Daniel Lacase, está en la mira. Lo que aparece en el pedido de elevación a juicio de Pizarro es que Nora, durante el cumpleaños de Macarrón, seis días antes del crimen, le habría pedido el divorcio. Y habría dicho, delante de los invitados, que se iban a separar. Pizarro, en su escrito, habla de “desavenencias matrimoniales”. En ese sentido, el fiscal esboza una especie de conflicto: “Se investiga si el eje de la discusión fue la liquidación de la sociedad conyugal, cuya mitad le correspondería a Nora y Macarrón se oponía”.
* La madre de Nora: Las declaraciones de María Delia Grassi al diario El Puntal de Río Cuarto, que después amplió en el expediente, refuerzan lo que piensan los investigadores. “A Marcelo (Macarrón) lo he querido como yerno, no puedo decir que sea él y tampoco creo. Pero una persona sola no ha sido, ha venido bien planificado. La mató o la mandó a matar una mafia, como un clan. Alguna cosa sabría ella. Mi yerno estaba con toda esa gente en asados y comilonas”.
* La amante: Alicia C., la presunta amante de Macarrón que declaró ante Pizarro, había dicho que se había mudado de Río Cuarto por un motivo. “No quiero que me pase lo de Nora”. Para el fiscal, ella sabe más de lo que dijo. Y le llamó la atención que el día del crimen justo hubiera viajado. “Es como que Macarrón preparó el terreno en todo sentido, sacando a su amante de Río Cuarto”, razonó una fuente judicial. Para Marcelo Brito, el abogado del viudo, es un razonamiento sin sustento.
* Los amantes: En el comienzo de la causa, tanto de la Policía como de la Fiscalía, dejaron entrever que Nora pudo haber muerto en un juego sexual y se refirieron a sus supuestos amantes. Incluso Macarrón, en la única conferencia de prensa que da a los medios, dice: “La perdono”. El fiscal cree que desde un comienzo buscó direccionarse la investigación hacia un amante.
Macarrón insiste en su inocencia y quiere ir a juicio. “En un comienzo ensuciaron el honor de mi esposa, luego fueron por mi hijo, más adelante sospecharon de todos los hombres Macarrón y ahora me toca a mí. Nosotros somos los damnificados, no los culpables o mafiosos”, le dijo a su abogado Marcelo Brito.
Los otros sospechosos de la causa, por la que pasaron cinco fiscales, fueron Facundo, el hijo de Dalmasso y Macarrón, el obrero Gastón Zárate, el ex funcionario Rafael Magnasco, un empresario, y hasta un supuesto sicario colombiano.
Meses antes de morir, el forense Osvaldo Raffo, que resolvió más de 500 casos, llegó a decir: “Yo creo saber quién la mató, pero no lo digo porque no tengo pruebas”.
Se llevó su secreto a la tumba.
La última cena y los mensajes prohibidos
Mientras Macarrón y unos 15 amigos jugaban el torneo de golf, su esposa tomaba sol en la pileta, en bikini, y planeaba qué iba a hacer esa noche. En un momento recibió la visita de Silvia, la esposa de Guillermo Albarracín, el único amante de Nora, según consta en el expediente. “Ella estaba con una bata y un toallón en la cabeza, a modo de turbante. Le dije que Marcelo estaba jugando increíble, pero Guillermo un desastre”, declaró la mujer ante el fiscal.
Por lo que pudo develarse en el celular de Nora, ella más tarde le escribió a su amante: “Mal en el juego y en el amor, y yo acá, solita”. En la cena de los hombres, en Punta del Este, los testigos vieron que Albarracín enviaba y recibía mensajes.
Macarrón no sabía que su amigo era amante de su mujer. Por otra parte, él tampoco era fiel ya que también tenía una amante.
Pero lo que importa es: ¿qué hizo Nora hasta que uno o dos asesinos la esperaron en la casa para golpearla, estrangularla y huir sin dejar rastros?
La idea era reunirse con sus amigas en la casa de Albarracín, donde hacían karaoke en una velada que habían bautizado “Cantando por un sueño”. Nora cantaba los temas de Rodrigo y también de Luis Miguel. Pero hubo un cambio de planes porque el hijo de Silvia Albarracín se reunía con amigos en esa casa.
Mientras Macarrón iba primero en el torneo, Nora le escribió a Albarracín: “Cómo te está yendo en el juego, angelito”. La respuesta no tardó: “Me va mal, no pegué una”.
Al mismo tiempo le escribía a Macarrón: “Sos el mejor, amor”. Y él: “Te extraño, mi reina”.
Más tarde, Nora fue a la peluquería y se encontró con su cuñada, Silvia Susana Macarrón, en La Casa del Arte, donde Silvia exponía una obra.
Poco después de las diez, Nora entró en el pub Alvear, propiedad del ex tenista Agustín Calleri, en la calle Alvear 923, en pleno centro de la ciudad. Lo extraño es que el encargado del lugar avisó que la reserva había sido suspendida por un hombre que no se identificó.
Pero todo siguió su curso. Armaron una mesa en el entrepiso. Eran Rosarito, mujer de Gonzalo Gagna; Silvana, la esposa del legislador provincial Alfonso Mosquera; Graciela Bonino de Compagnucci; Paula Poli Fite de Ruiz; Patricia Funes de Carmine y Nora. Comieron ravioles de salmón, brochettes y ensaladas y tomaron vino.
Bromearon con TN y TV (Nora era del grupo de “Tetas Nuevas”, las otras eran las de “Tetas Verdaderas”), se llamaron a sí mismas “las congresales” (porque sus maridos se la pasaban de viaje) y hablaron de sexo, según contó una de las asistentes. Por entonces se decía que cuando se reunían con sus maridos jugaban al juego de la olla y mezclaban la llave de sus casas y así iban formando pareja. Pero eso fue desmentido.
Al parecer el intercambio de mensajes entre Nora y Albarracín siguió toda la noche.
El intercambio de mensajes de texto entre Guillermo y Nora fue en aumento a medida que se acercaba la una, la hora en la que pidieron la cuenta. A Nora le quedaban dos horas de vida.
El itinerario incluía tomar un Pommery en la casa de Rosarito. Luego Nora se despidió, se subió a su Bora. Poli Ruiz fue la última amiga en verla con vida. También en auto, le tocó bocina cuando la esposa de Macarrón atravesaba el portón del Villa Golf. Nora respondió con un bocinazo. Llegó a su casa, se bañó y se acostó desnuda en la cama de su hija (la suya estaba en refacciones). Y comenzó a llover.
Esa era la hora de los asesinos.
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