Nicola Corradi, Horacio Corbacho y Armando Gómez entraron fuertemente custodiados por hombres del Servicio Penitenciario de Mendoza poco después de las 9 de la mañana a la sala del Tribunal Penal Colegiado Nº2 de la capital provincial para el último día del juicio en su contra. Mantuvieron el mismo gesto adusto que usaron en sus caras a lo largo del proceso, que comenzó el 5 de agosto. Corradi, que sufre de problemas de audición que le impidieron oír las acusaciones en su contra y de glaucoma en un ojo, llegó en silla de ruedas, las manos sueltas, sin esposas. Horacio Corbacho, alto de estatura, caminó con sus brazos tras la espalda, esposado.
Los curas y el jardinero del Instituto Antonio Próvolo para chicos sordos en Mendoza, los protagonistas de uno de los casos más aberrantes de abuso sexual y corrupción de menores en la historia argentina que involucra a la Iglesia Católica, mantuvieron en silencio en todo momento, asistidos por una defensora oficial. El Tribunal integrado por los jueces Carlos Díaz, Mauricio Juan y Aníbal Crivelli les dio la oportunidad de dar sus últimas palabras antes del fallo que podrá condenarlos o absolverlos luego de la apertura de la audiencia a las 9:30 de la mañana de hoy: los acusados se negaron a hablar.
Poco después del mediodía, según fuentes cercanas al proceso, se procederá a la lectura del veredicto. Los familiares de las víctimas, acompañadas de organismos de derechos humanos, esperan fuera de la entrada del Tribunal.
Las acusaciones en contra de Corradi, Corbacho y Gómez estuvieron a cargo del fiscal Alejandro Iturbide. Incluyen 28 hechos y 11 víctimas. En su extenso alegato que duró dos jornadas del proceso, Iturbide solicitó 45 años de cárcel para los sacerdotes; considerando que -en el caso de Corbacho- contaba con la mayor cantidad de imputaciones. Respecto a Corradi, aunque tiene menos imputaciones en su contra, 6 en total, Iturbide recordó era el regente del instituto y quien comandaba todo lo que acontecía en el instituto religioso.
Para Gómez, quien es sordo, el pedido de pena fue menor, exactamente la mitad de la que se pidió para los curas: el fiscal tuvo en cuenta entre los atenuantes que se trata de una persona analfabeta, de poca instrucción y claramente influenciable. Según informó el diario mendocino Los Andes, un joven de 27 años que estuvo en la escuela religiosa entre el 2011 y el 2013, advirtió en el juicio que Gómez, a quien se refirió como “Pilo”, guardaba entre sus pertenencias prendas íntimas de algunos de los estudiantes de la institución.
Oscar Barrera, abogado querellante de las víctimas, asegura a Infobae: “Tenemos el convencimiento de que esto va a tener una sentencia condenatoria". Por otra parte, el caso de Mendoza no es el único para la institución. Quedan, por ejemplo, los abusos cometidos en La Plata, que debe investigar la fiscal Cecilia Corfield. “La sentencia va a tener un impacto para todas las víctimas. Las de Mendoza; pero también las de Verona, La Plata; aquellas que se quitaron la vida. Todo es para ellas. El Ministerio Público Fiscal y la Justicia han actuado a la altura”, continuó Barrera.
La lectura del veredicto, al tratarse de un caso de delitos de instancia privada, ocurrirá a puertas cerradas. No se especificarán los nombres de las víctimas al describir cada hecho. Será transmitida a través de Youtube por el Servicio de Información Judicial de Mendoza.
Con información de Ignacio De La Rosa
Fotos: Axel Lloret (desde Mendoza)
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