Según los resultados de la autopsia, Marcela Laura Hilarión tenía 25 puñaladas, cortes en la vagina y la mutilación de sus dos orejas. La mujer fue hallada el miércoles pasado degollada y con un cuchillo clavado en un ojo, tras una explosión e incendio en una verdulería del partido bonaerense de Pilar.
Los forenses determinaron además que el agresor utilizó tres armas blancas distintas para asesinar a Hilarión. Uno de ellos era un cuchillo de cocina tipo Tramontina, el cual dejó clavado en el ojo izquierdo y que provocó lesiones en el hueso.
La principal hipótesis apunta a que fue asesinada por el empleado del comercio que murió a raíz de graves quemaduras en el mismo hecho.
Si bien inicialmente fue demorado el marido de la mujer y dueño de la verdulería, esta madrugada fue liberado por no existir indicios en su contra y luego de que no surgiera algún tipo de herida en el examen médico.
La coartada del verdulero es firme, ya que aseguró haber salido a hacer un reparto. De acuerdo a sus dichos, cuando volvió atendió a una clienta, comenzó a escuchar el silbido de una garrafa y luego una explosión procedente de una pequeña cocina ubicada en el fondo del local.
Siempre según su relato, se acercó al lugar y encontró dos puertas cerradas, una de madera y otra de rejas, que aparentemente estaba asegurada con un candado desde adentro.
Para abrir la reja, el marido de Hilarión pidió ayuda y junto a algunos vecinos logró romper el candado a mazazos. Una vez en el interior, hallaron a la mujer desnuda, con gran cantidad de heridas y la llama de la garrafa apuntándole a la cara.
Mientras tanto, el empleado, identificado como Rogelio Quispe, estaba prendido fuego y gritaba de dolor por las quemaduras. Fue trasladado a un hospital cercano, pero poco después murió.
Para los pesquisas, todos los indicios apuntan al fallecido Quispe, quien trabajaba en la verdulería desde hacía unos cinco años.
Lo que los investigadores aún no tienen claro es si el hombre inició ese fuego con intenciones de borrar rastros y quedó atrapado, si fue un accidente o si su fin fue suicidarse.
Un dato clave para orientar la pesquisa fue el hallazgo de la llave del candado de la puerta debajo del cuerpo de la mujer -es decir que fue colocado desde adentro- y del celular de Hilarión, que había sido destruido previo al incendio.
“Era un día normal, como todos los días. Con mi hermana estábamos bien, hablábamos, nos reíamos, hacíamos chistes con este chico (Quispe), que trabajaba acá hace como cinco años, aunque a veces faltaba”, le dijo al canal TN Claudia Hilarión, hermana de la víctima.
Dijo que Quispe primero “coqueteaba” con Marcela y “la empezó a molestar", pero después "le puso los puntos” y empezó a acosarla a ella.
Al respecto, contó que en una ocasión el empleado concurrió a su casa y su madre “lo retó” porque utilizaba números de celulares diferentes a los que tenía para molestarla a ella.
Consultada sobre quién pudo haber matado a su hermana, Claudia respondió: “En realidad, no puedo decir con certeza si fue él o mi cuñado”.
En las últimas horas, la fiscal de la Unidad Descentralizada Especializada en Violencia de Género de Pilar, Carolina Carballido, dispuso diversas diligencias para esclarecer lo ocurrido y, si bien no descarta ninguna pista, la causa se orienta a la hipótesis de un femicidio seguido de suicidio.
Efectivos de la comisaría séptima de Pilar y bomberos de la zona acudieron a un llamado al 911, a raíz de un incendio en una verdulería que habría provocado la explosión de una garrafa.
Al llegar al lugar, el personal se entrevistó con el propietario del negocio, quien le indicó que el estallido ocurrió en un cuarto trasero que estaba cerrado con un candado.
Cuando los efectivos ingresaron a esa habitación, encontraron a la esposa del dueño de la verdulería degollada y con un cuchillo clavado en el ojo izquierdo y al empleado con cerca del 90 por ciento de su cuerpo con quemaduras, por lo que dispusieron su traslado a un hospital.
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