La justicia de Estados Unidos rechazó revisar el caso de Víctor Saldaño, el argentino condenado a muerte por el crimen de un comerciante en 1995, y será ejecutado en Texas.
Días atrás, el abogado que representa al cordobés que se encuentra desde hace 23 años en la prisión de Houston conocida como “el corredor de la muerte”, mantuvo una reunión de trabajo en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) y había pedido que no se le aplique la pena de muerte a su defendido alegando “racismo” de aquel país para con Saldaño.
En diálogo con Télam, Vega había expresado: “Este es el primer precedente en el Sistema Interamericano de DDHH que condena a los EE.UU por vicios de racismo en su sistema judicial”, y había agregado que ese país es el “responsable exclusivo por plurales violaciones fundadas en pruebas de que hubo racismo”. Finalmente, la justicia norteamericana denegó la última instancia de apelación y es inminente la ejecución del cordobés de 47 años a través de una inyección letal.
Lidia Guerrero, madre del detenido, habló con Cadena 3 y expresó que era una posibilidad remota que la Corte tome el caso. “Como aquella vez que anuló el primer juicio (por racismo), ahora denegó la última instancia de apelación”. “Estados Unidos sabe lo que hace, ya no se trata de la opinión de una madre" , sostuvo tras afirmar que la CIDH y la OEA habían dictaminado la anulación de estos juicios.
“Por mi parte estoy muy tranquila y agradecida a todas las gestiones que se hicieron. Se comprobó cómo opera el sistema de Texas para aplicar la pena de muerte. Si hace caso o no Estados Unidos, es su responsabilidad y cada cual sabe lo que hace”, concluyó Lidia Guerrero.
La madre descartó la posibilidad de recurrir a otra instancia judicial para impedir la ejecución. “Ellos son responsables de la decisión que tomen”, enfatizó.
El caso de Saldaño comenzó en 1995 en la ciudad de Plano en Texas. Allí, junto a su amigo mexicano Jorge Chávez, fueron acusados y posteriormente condenados por el asesinato de Paul King, en la ciudad de Dallas. Chávez confesó su culpabilidad, por lo que recibió cadena perpetua. Saldaño fue condenado a muerte por inyección letal.
Esta primera condena fue declarada nula por la Corte Suprema, luego de concluir que había habido elementos de discriminación por raza y nacionalidad. Por esa razón, el máximo tribunal ordenó al Poder Judicial del estado sureño llevar a cabo un nuevo juicio que no estuviera viciado.
Sin embargo, la nueva corte también declaró culpable a Saldaño, y otra vez lo condenó a muerte. Para ese entonces la salud mental del argentino ya se encontraba completamente devastada luego de haber pasado nueve años en condiciones de aislamiento extremas. Por esta razón su defensa legal solicitó, sin éxito, que fuera trasladado a un neuropsiquiátrico.
Saldaño está alojado en el corredor de la muerte de una cárcel de máxima seguridad en Houston desde 1996, en condiciones que los organismos internacionales de derechos humanos califican como “tortura”, a la espera de su inminente ejecución.
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