La Sala I de la Cámara de Apelaciones de Bahía Blanca condenó a un ex futbolista, Gabriel Ianni, por facilitación y explotación de la prostitución. El tribunal confirmó la sentencia a cinco años y seis meses de prisión del juzgado de primera instancia, que había sido apelada por la parte defensora.
La causa que derivó en el fallo comenzó en el año 2015, cuando 12 mujeres fueron rescatadas del establecimiento en cuestión, cuya fachada era un bar llamado “Takos”. Una de las personas detenidas en ese momento, que oficiaba como encargado del lugar, indicó al ser cuestionado por la Justicia que Ianni era el dueño y quien percibía rédito económico por la actividad ilícita que allí se desarrollaba.
En consecuencia, las autoridades ordenaron en mayo de 2017 la detención del entonces futbolista, que en ese momento se desempeñaba en el club Bella Vista de la ciudad bonaerense y que militaba en el torneo Federal B. Fue excarcelado pocas horas después.
Inicialmente, Ianni fue absuelto. Pero una cámara de apelaciones revocó la sentencia y ordenó que un otro juzgado de primera instancia tomara una nueva decisión. Esta determinó la condena, que sería apelada por la parte defensora. El recurso derivó en la presente sentencia.
Ianni siempre mantuvo su inocencia. Aseguró que nunca tuvo conocimiento del delito y que su propósito era abrir un local de pastas en el lugar. Por ello, luego de concluir el proceso de alquiler, dejó que quienes lo explotaban en ese momento siguieran haciéndolo hasta conseguir él todas las habilitaciones correspondientes.
También criticó al segundo juez de primera instancia por haber tomado la decisión sin haber presenciado el juicio oral que terminó con su absolución.
Sin embargo, los investigadores presentaron pruebas para argumentar lo contrario: establecieron que en 2013 Ianni alquiló el local y durante seis meses abonó el alquiler sin hacer uso de él ni visitarlo “sin contrato de sub locación y pautando de manera informal la retribución del alquiler” de quien explotaba “Takos”.
Además, en su testimonio, el encargado aseguró que “el tal Gabriel, cuando asumió la dirección del lugar, dijo que ‘siguiera todo como estaba’”. A pesar de no conocer personalmente a Ianni, agregó, se comunicaba con él por teléfono y le dejaba la recaudación del día en una caja negra con clave debajo de la barra. Y además, en el allanamiento del local, las fuerzas de seguridad encontraron un sobre marrón con la letra "G", y $2.000 y una hoja con el nombre Gabriel escrito adentro.
Por ello, la Cámara concluyó que “la versión ofrecida por la defensa presentó diversas inconsistencias y una cuestionable credibilidad” al ser contrastada con el resto de la prueba. Y en consecuencia resolvió “declarar improcedente el recurso y confirmar el fallo condenatorio”.
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