Pasaron ya más de seis meses de la desaparición de Nicolás Duarte Luna en la provincia de Tierra del Fuego y en los últimos días surgió un hecho que podría darle claridad al caso: la policía de la provincia austral encontró el esqueleto de una persona y se investiga si se trata del cuerpo del joven porteño de 29 años.
El domingo por la mañana, dos motociclistas que transitaban por las inmediaciones del cerro Michi, en Tolhuin, en las afueras de Ushuaia, se toparon con parte de un esqueleto de un adulto humano joven. Aún fue imposible determinar el sexo. Ante el hallazgo, alertaron a las autoridades de Tierra del Fuego, que comenzaron los procedimientos de recolección de pruebas y de los restos.
La investigación quedó bajo la firma del juez Daniel Cesari Hernández, quien acudió al lugar con un grupo de 26 profesionales, entre los que se destacaron dos médicos forenses, un legista y representantes de la Policía Científica provincial.
El lugar donde estaban los restos era de un acceso muy dificultoso: solo se podía llegar ahí mediante una moto todoterreno o un vehículo 4x4, sumado a una caminata de una hora de duración y en la que hay que trepar por montaña y transitar entre turbales y monte.
Según pudo saber Infobae de fuentes del caso, el esqueleto no se encontraba completo, ya que parte del cuerpo había sido devorado por la fauna del lugar con signos de mordeduras de animales que podrían ser roedores, zorros o las jaurías de perros convertidos en salvajes comunes en la zona. También se encontraron restos de ropa desgarrados.
La comisión permaneció unas siete horas analizando el terreno y recogiendo diferentes muestras del suelo para someterlas a estudios de laboratorio.
Inmediatamente después de la aparición del cuerpo, la Justicia fueguina se puso en contacto con la familia de Duarte Luna. Tanto sus padres como uno de sus hermanos se trasladaron a Tolhuin para aportar más datos sobre Nicolás y para entregar muestras de sangre para pruebas de ADN.
Las muestras de la familia serán analizadas junto a las del cuerpo encontrado. Se estima que el resultado del chequeo se obtendrá en un período cercano a los 40 días y recién entonces se podrá confirmar si se trató de Nicolás Duarte Luna.
Según confirmó una fuente cercana a la investigación, de acuerdo a la ropa encontrada y al lugar donde fue hallado el cuerpo, hay “muchas posibilidades” de que se trate del joven porteño.
Duarte Luna se había ido a vivir a Tierra del Fuego a comienzos de año. Tras vivir durante gran parte de su vida en el barrio porteño de Versalles, decidió mudarse al sur del país en busca de paz. Según su familia, “quería encontrar su lugar en el mundo”.
Unos meses antes de abandonar la ciudad de Buenos Aires, había padecido cambios bruscos en su humor. Después de someterse a un tratamiento psiquiátrico, los especialistas no le diagnosticaron ningún tipo de trastorno específico, pero sí le brindaron una medicación diaria.
Por medio de su padre, Duarte consiguió trabajo en un aserradero de Tolhuin, donde se asentó. Sin embargo, después de dos meses en la zona sufrió un incendio en la cabaña donde residía y perdió la mayor parte de sus pertenencias.
Representantes de Desarrollo Social de Tierra del Fuego le brindaron un lugar en una pensión, que terminó abandonando a los pocos meses.
Luego, permaneció a la deriva y sin techo durante semanas, hasta que apareció sucio y mal dormido en la puerta del hospital local. La médica que lo atendió decidió acogerlo en su casa junto a su marido.
Así, en una mañana y sin aviso previo, Nicolás Duarte Luna se esfumó: “Lo más extraño de todo es que dejó sus anteojos y su documentación en la casa. Sin los anteojos a él le cuesta mucho ver. También se dejó el celular”, le dijo en su momento Federico Duarte, su hermano, a Infobae.
Cuando comenzó la búsqueda, la familia del joven había recibido el apoyo de María Elena Delgado, la madre de Sofía Herrera, la niña de tres años que desapareció en un camping en Río Grande, también en Tierra del Fuego.
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