El desayuno estaba en la mesa de la habitación del albergue transitorio R8 Hotel del barrio El Libertador de Tres de Febrero, intacto: dos cafés con leche y cuatro medialunas de grasa. Las medialunas tapaban uno de los cafés, como para que no perdiera calor. El resto de la habitación contaba el resto de la noche: un mazo de cartas para jugar al truco, botellas de alcohol y energizante, latas de cerveza, cigarrillos fumados o por fumar, una caja de lencería erótica, la sábana descubierta que dejaba ver la cobertura de plástico del colchón. Y estaba el cadáver, sobre la cama.
Ayer por la mañana, el personal del albergue se dio cuenta de que la pareja que llegó a las 22 horas del martes para pernoctar no había salido, el cambio de turno en el hotel forzaba a un chequeo en las habitaciones. Así, Giselle Fasanella, de 27 años, fue encontrada muerta con una marca de estrangulamiento en el cuello. Los empleados del hotel llamaron al 911, policías de la Comisaría 5° de Tres de Febrero de la Policía Bonaerense constataron el fallecimiento y la escena.
La ventana de la habitación estaba abierta: el femicida, el hombre que ingresó con ella, se fugó. Solo quedó la tarjeta de la Asignación Universal que cobraba Giselle, oriunda de Villa Lynch, como una prueba de la identidad de la víctima.
El hecho es investigado por la fiscal Marcela Costa, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 6 del Departamento Judicial San Martín. Una de las hipótesis radica en que pudo haberse tratado de un femicidio en el marco de un juego sexual, además de un ataque en contexto de violencia de género.
La funcionaria judicial dispuso que Policía Científica realice los peritajes correspondientes y que se analicen las cámaras de seguridad del albergue para identificar a la pareja de la joven.
Los femicidios en albergues transitorios son una figura que se repite en los últimos años. En octubre del año pasado, el crimen de Carolina M. en el hotel Susurros de Florencio Varela fue de un sadismo particular.
“Shock hipovolémico” y “traumatismo grave de perineo” fueron las causas de muerte listadas, según confirmaron fuentes cercanas al expediente a Infobae: la inserción de un “objeto contundente” le provocó desgarros masivos en su aparato urinario y reproductor que la llevaron a desangrarse hasta morir.
La víctima estaba embarazada de diez semanas.
De vuelta a Tres de Febrero, los vínculos de Giselle, la víctima, se vuelven una clave para determinar la identidad de su asesino, si fue una pareja estable u ocasional, si su entorno lo conocía o no. Su identidad hasta ahora es un misterio. El empleado que llevó el desayuno a la habitación también se vuelve otra clave: ¿acaso vio la cara del asesino?
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