Una estampida de presos, un portón sin llave y un escape improvisado. Así podría resumirse la masiva fuga de 11 internos de la comisaría tercera de Quilmes Oeste ocurrida ayer a la tarde y por la cual toda la cúpula de esa dependencia fue removida por decisión de la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
La fuga tuvo lugar exactamente a las 16:30 después de que un policía abriera la puerta de uno de los calabozos para entregarle la comida a los presos. En ese momento, un grupo de 11 reos aprovechó la oportunidad, se llevó puesto al oficial y salió corriendo de la celda hacia el patio de comisaría. En cuestión de segundos e inexplicablemente sin ningún tipo de oposición, los internos abrieron un portón que casualmente se encontraba sin llave y escaparon a lo largo de la avenida 12 de Octubre.
Uno de los efectivos apenas llegó a disparar un tiro con el objetivo de disuadirlos. Los persiguió hasta la intersección con la calle Aristóbulo del Valle pero no había mucho por hacer. Parte del grupo de los once presos se subió en un auto Renault Megane de color gris y escapó. El resto lo hizo corriendo y en varias direcciones. Resignado, el uniformado vio cómo sin usar armas y con una planificación que a primera vista no llevó mucho tiempo, los presos lograron su objetivo.
Fuentes judiciales confirmaron a Infobae que minutos después del escape, la policía logró recapturar a uno de los internos. Se trató de Alan Xavier Villalba, al que encontraron en su casa, a solamente tres cuadras de la comisaría. El hombre está procesado por “hurto en grado de tentativa” por el TOC N°1 de Quilmes. Ahora deberá sumar el intento de fuga.
Sin embargo, a esta hora la policía continúa con la intensa búsqueda de los otros 10 fugitivos. Uno de ellos es Eduardo Ezequiel Ramírez, detenido por “robo en grado de tentativa”, en una causa en la que interviene la UFI N° 3 de Quilmes. También tratan de localizar a Ignacio Alejandro Cardentes, imputado por “robo calificado en poblado y en banda” por el TOC 4 de la misma localidad.
Ulises Gastón Cabaña, acusado del delito de “robo agravado por el uso de arma en poblado y en banda” por la UFI 7 de Quilmes, y Gonzalo Emmanuel Sotelo, detenido por “robo agravado por el uso de arma” en una causa en la que interviene la UFI N°6 de Quilmes, también integran la lista de los 11.
A estos se suma Walter Alberto Luján, preso por “robo agravado por el uso de arma”, Adrián Muñoz, acusado de violar la Ley 23737 de estupefacientes, y Luis Alberto Navarro, detenido por “portación ilegal de arma de guerra” en un expediente que sigue también la UFI N°6 de Quilmes.
Completan el listado Aldo Adolfo Pérez, imputado por “robo simple” por la UFI N°2 de Quilmes, Mariano Ezequiel Arancibia, acusado de “encubrimiento agravado y portación ilegal de arma de guerra” y Jorge Adrián Torres, preso por el delito de “robo”, en un proceso que le sigue el TOC N°5 de Quilmes.
Sobrepoblación, antecedentes en la tercera de Quilmes y una cúpula que fue removida
Según supo este medio, en el momento de la huida había más de 50 presos, cuando la capacidad máxima de la dependencia es de 12 internos. Un viejo mal que se repite en todo el sistema penitenciario bonaerense, donde la sobrepoblación de reos es la regla. De acuerdo con un informe del Tribunal de Casación Penal reseñado por Infobae, hasta mayo de 2019, según informes del Ministerio de Justicia y de Seguridad citados por el documento, había 48.827 personas tras las rejas en el territorio provincial.
En ese sentido la sobrepoblación, llegaba al 113%, más del doble. En la comisarías asciende al 160% de su capacidad, con clausuras repetidas y 110 sentencias judiciales dictadas y firmes sobre su situación. En agosto de 2019 se informaron 3807 detenidos en dependencias policiales y había camastros para menos de la mitad.
En cuanto a la comisaría tercera, no es la primera vez que se encuentra envuelta en un escándalo. En enero de este año, Miguel Ángel Coch asumió el mando luego de que la dependencia fuera intervenida y de que removieran a cinco agentes. La polémica se dio luego de la denuncia por amenazas y extorsiones efectuada por ciudadanos bolivianos, quienes fueron allanados a raíz de una causa por falsificación de marca en la que, efectivamente, encontraron un taller de ropa clandestino en el que cinco compatriotas trabajaban y vivían hacinados. Según los denunciantes, los efectivos habrían coaccionado a los extranjeros a abonar una importante suma de dinero para que no cambiaran la carátula a “trata de personas”. Además, acusaron a los policías de haberlos golpeado en presencia de una fiscal.
El nuevo escándalo otra vez se llevó puesta a la cúpula. A raíz de la fuga de los 11 presos, el comisario Coch, su segundo, Rubén Darío Banegas y los oficiales de servicio, Jorge Fabián Omar Yolan, Elías Nicolás Castillo y el ayudante de judiciales, Matías Javier Gómez, fueron echados.
Seguí leyendo